REDACCIÓN AZAGALA
Ya está en la calle el número 152 de AZAGALA, se ha repartido ya la mayoría de las revistas a los más de un centenar de suscriptores de Alburquerque, el lunes se remitirá a los que viven fuera y puede recogerse en la Librería Maribel. Abajo, pueden ver la presentación de todo su contenido y ahora adelantamos un resumen del mismo.
Comenzamos hablando de la “importante discrepancia entre Víctor Píriz y Manolo Gutiérrez” y entramos después en dos de los reportajes especiales de este número, uno sobre el derrumbamiento de una parte del castillo en 1996 debido a las intensas lluvias. Acompañamos el texto con fotografías y vemos cómo el corazón pétreo de Jesús estuvo a punto de despeñarse junto con otras piedras que rodaron por la Villa Adentro. Y siguiendo con la fortaleza, hablamos de las últimas obras importantes en el castillo y su entorno, que se aprobaron siendo alcalde Emilio Martín. Ya ha llovido desde entonces.

Seguimos con noticias sobre la penosa imagen de la carpa en la plaza de España, dentro de la sección llamada “La herencia envenenada” y del mirador privilegiado que se está construyendo en el Reducto, una gran idea. También tratamos de cómo la quesería Doña Leonor de Alburquerque sigue innovando con productos exquisitos.
Recordamos cómo se vivió en Alburquerque el confinamiento por el Covid, aseguramos que la Ruta Cicloturista del Vino y el Jamón es una “buena fórmula para la atracción de visitantes” y comentamos las lluvias del invierno en nuestro pueblo, con datos sobre el número de precipitaciones caídas y las comparamos con otros años. En este sentido publicamos un artículo titulado “Como cuando éramos niños”, en referencia a los días y días seguidos sin dejar de llover. “Demasiados criadilleros”, es otro escrito relacionado con esto.

Otro de los reportajes especiales es sobre la venta de la Casa del Indiano que perteneció a un alburquerqueño, Juan Ruiz de Arce, que fue uno de los descubridores extremeños más destacados, segundo de Francisco Pizarro, con el que discrepó en la ejecución de Atahualpa. Lamentable e inexplicablemente, Ruiz de Arce, también llamado Ruiz de Alburquerque, no tiene el reconocimiento que merece. Hablamos de sus obras, de sus descendientes en nuestra villa, donde murió.
Dedicamos dos páginas a aquel extraordinario chef que fue Pepe Cordovilla y ha entrados en las cartas a AZAGALA llevamos tres: “Juntos de nuevo los machos del Tarro”, “Emoción y esperanza por las obras del castillo de Azagala”, ambas llegadas desde Barcelona, y una tercera titulada “Marbella y Alburquerque”.

También recordamos en dos obituarios a Manuel Aguado y Saturnino Generelo.
En la sección “Historia de la fotografía” publicamos una de nuestra compañera en el consejo de redacción, Mari Carmen Martín, sobre una “chimenea para ahuyentar a las malas lunas”.
Luego entramos en páginas de colaboraciones: Gabriel Montesinos escribe la segunda parte del “derecho a una vida mejor”; Francis Negrete sobre “Rosillo, el coherente ideólogo de ORPO que dimitió al año de alcanzar el poder”; Juan Toledano, “Recuerdos de mi querido Alburquerque”; Antonio Maqueda, “La piel del recuerdo”, artículo en el que analiza la portada de “El balcón en invierno”, de Luis Landero. Y aquí hacemos un inciso para señalar que el escritor alburquerqueño nos decía ayer que le gusta mucho esta sección de Maqueda, al que le está muy agradecido y a quien desea conocer y darle un gran abrazo.

Víctor Píriz traza un artículo en homenaje a José Rivero Sudón y a sus dos hijos, Raquel y Jose, a los que se encontró en el stand de “Encina Blanca de Alburquerque”, en Dusseldorf, Alemania. Teodora Collado escribe “Caminando hacia la muerte”, Manuel Unión, “El nuevo capitalismo”; Francis Negrete, “Uno de los muertos anónimos”, dedicado a Gregorio Gamero, “Patalana” y “El abrótano macho y otras cosas de papa”, en sus Cartas a Manolín.
Moisés Cayetano, en su sección “Cincuenta años no es nada y veinte menos”, escribe sobre su experiencia en el servicio militar, José Narciso Robles, en sus valiosa escrituras notariales antiguas, habla sobre un pleito sobre una ventana en Alburquerque; Eugenio López, en su apartado sobre la guerra civil en Alburquerque, escribe sobre el asesinato de dos familiares suyos y publicamos una carta de despedida de su tío Emilio Cano, escrita por éste de puño y letra la noche antes de ser fusilado en Alburquerque.

Benigno Sáinz escribe sobre “Leonor González, en la Villa de Alburquerque”: Julián Cano, en su historia de la Banda de Música, sobre la figura de Martín Chaparro Rey, y Eugenio en esa sección de recetas antiguas típicas de nuestro pueblo habla sobre los arroces.
Publicamos una entrevista muy interesante a una nueva vecina de Alburquerque, la orientadora escolar asturiana María García, quien opina sobre nuestra villa.

Antonio Maqueda analiza concienzudamente la última publicación de nuestro colaborador, el historiador Moisés Cayetano: “De los hombres sin tierra a la tierra sin hombres”, obra sobre la reforma agraria en el Alentejo y Extremadura que se presentará en Alburquerque el próximo día 9 de mayo.

Finalmente, en la sección “Protagonista”, escribimos sobre una joven alburquerqueña con un gran futuro en el balonmano, Marina Píriz Olivera.

FOTOGRAFÍAS: Imágenes de algunas páginas de AZAGALA.
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