EUGENIO LÓPEZ CANO
POZOS
A pesar de que nada se diga al respecto, no es de extrañar que en la Villa Adentro existiera más de un pozo de uso público para abastecimiento de agua potable, máxime en este tipo de fortaleza fronteriza expuesta a continuos conflictos bélicos, aunque es de prever que en casos de asedio, o de grandes apreturas, los pozos particulares, abundantes en las casas (uno, al menos), suplirían con creces la falta de abastecimiento, sin olvidar, por supuesto, el preciado líquido que se almacenaba en los amplios aljibes del castillo, en este caso para consumo del acuartelamiento del recinto. No obstante, es posible que, al igual que en otras villas fortificadas, en la plaza Santa María, junto a la antigua Casa del Concejo, existiera una fuente junto a la horca.
A finales del siglo XVIII solamente existía, que sepamos, un pozo en el interior del caserío amurallado, pozo que se conoce con el nombre de Alcántara por estar encarado a la puerta homónima (desaparecida en parte). Dicho elemento público, existente desde los primeros pobladores, se erige en el centro de la Plaza de Armas de la Parada (popularmente conocida por Placina de Armas), situado sobre una pequeña elevación del terreno causada por la amplitud de las bóvedas interiores. El brocal es cuadrado, de cantería (2,45 por 2,35 m.), rematado en su base por una grada de losas de granito. En el interior conserva todavía parte de los escalones que existían antes de levantarse el brocal, necesario entonces para acceder a la fuente al quedar ésta por debajo del nivel del suelo. En el lateral de Poniente se halla inserta una leyenda, fechada en 1643, sin que por ello aclare de modo alguno si se refiere a su construcción primera, o tan sólo a obras de restauración, en la que se lee: «POR MANDADO DE LOS SEÑORES DIEGO VELEZ DE GUEVARA, ALCALDE MAYOR DE ESTA VILLA Y MAYORDOMO DEL DUQUE MI SEÑOR MARTIN BELLO, HIJO VARON DE VERGARA, ALCALDES ORDINARIOS ANDRES RUIZ DE HERRERA Y LUCAS MATEOS FOLLECO Y FERNANDO LOPEZ REGIDORES Y FRANCISCO MOLANO SOITINO, PROCURADOR GENERAL Y (…) I S P G S SANCHO PEDRO GONZALEZ S PEDRARIAS Y MAYORDOMO A LOS SZ (…) BROCAL Y SE MANDO LIMPIAR Y (…) REGAR SAHVMAR ESTA (…) ESTA FUENTE Y DURO 37 DIAS Y NOCHES (…) 16 DE SETIEMBRE DE 1643«.
El resto de los pozos se hallan extramuros, construidos en general con brocal cuadrado de piedras de granito, unidas entre sí con grapas de hierro, perforados en la roca, o revestidos de mampostería o piedra de sillería, con o sin bóveda interior. Junto a ellos solían abundar los pilones o pilas de cantería para dar de beber al ganado, algunas con aliviaderos comunicantes.
Los pozos y pilares más antiguos de la Villa Afuera debieron ser sin duda los situados en las inmediaciones de las puertas de la Villa Adentro, costumbre por lo común muy extendida en las ciudades fortificadas. A un tiro de piedra de la Puerta de la Villa o Puerta de San Mateo -también de Belén o del Sol, que por todos estos nombres era conocida- se hallaba el pozo de El Concejo -desaparecido-, sito en la calle homónima, abierta al arranque del Camino Real de Badajoz. Su brocal era de granito, de 2 metros por lado aproximadamente. Aunque se considera uno de los más antiguos, las primeras noticias que poseo de su existencia no me llevan más allá de 1599, fecha en la que se realizó un repartimiento vecinal de 7.614 reales contra los habitantes de esta Villa, citándose por dicho motivo, entre otras calles, la de El Pozo del Concejo, con 26 vecinos.
En 1926, y con motivo de la construcción de la nueva Casa Consistorial, se abriría otro pozo más, éste sin brocal, conocido por el Pozo del Ayuntamiento, situado entre la calle Zapateros y La Plazuela, o plaza La Villa o de La Audiencia.
Lejos de las contiendas, y con una paz más duradera, otros pozos se irían abriendo al hilo de los nuevos arrabales o en dirección a los caminos más transitados.
Exceptuando el pozo y pilar de Los Camineros, sitos en el cruce de la carretera de Villar del Rey, de ladrillo y 1,50 metros aproximadamente de diámetro (desaparecidos en obras de ensanche), el resto se encuentra diseminado en la franja que se extiende de N. a W., con especial inclinación hacia la zona más septentrional, buscando quizá la benignidad del terreno y la inmediatez de la servidumbre a los núcleos urbanos más alejados.
De este modo, distribuyéndolos de derecha a izquierda, apreciamos los siguientes, todos con brocal de grandes losas de granito: el de El Pilar, al comienzo de la calle Travesía del Pilar, de aceptables dimensiones (desaparecido); el de Panda, en la calle homónima, de brocal ochavado irregular, típico de las poblaciones bajoextremeñas de los siglos XV-XVI, de 1,90 y 1,28 de lado alternativo, y lápida de mármol blanco aparte con la inscripción de «AÑO DE 1869«, sin especificar por tanto si se refiere a su apertura o a obras de reparación y mejora (en 1839 ya consta que fue reedificado, al igual que el de Alcántara), todo ello cercado con un pretil corrido con asiento de mampostería; el de Las Pilas, en la travesía de la calle La Dehesa, de 2 m. por 1,90; el de El Matadero, en la calle Pozo de las Pilas, de 1,91 por 1,87 m.; el de La Dehesa, junto a la falda de El Risco de San Blas, de brocal cuadrado de 1,20 m. de lado; el de El Conejo, al final de la calle San Vicente, de 1,10 m.; el del cementerio de San Albín, desaparecido; el pozo Blanco, construido en la década de 1950, se halla al final de la calle homónima, y su circunferencia tiene un diámetro de 6,60 m., y el de La Higuera, dispuesto entre las calles San Blas o Puerta Carillo y el pozo Blanco, de 3 m. por 2,62. El brocal de los dos últimos es irregular, con cuatro entrantes o saca(d)eros a modo de balconcillos: el primero, de forja, y el último, de granito.
En la parte oriental del barrio de San Mateo, al inicio de la calleja El Santo, se halla la fuente Nueva, de agua no potable. Su brocal es ochavado, con losas de granito de 1,64 m. de longitud cada una.
Por último, citar el Pozo de la Nieve, como el más singular, construido quizás entre los siglos XVII y XVIII.
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