Redacción Azagala
Fue un acto entrañable y ameno en el que Juan Calderón demostró que tiene tablas para dar y tomar. Cómo no iba a tenerlas si lleva 50 años creando sin parar en todas las artes culturales existentes: novelista, poeta, guionista de programas de televisión, compositor, cantante, pintor, dramaturgo, actor, modelo publicitario… Si hasta llegó a regentar una galería de arte y en esta su última y extraordinaria obra ha ejercido también como fotógrafo para ilustrar sus páginas mediante una idea original. Ha tomado imágenes minúsculas de diversas cosas y luego las ha ampliado y coloreado, dando un resultado atractivo y sugerente para cada una de las diez temáticas en las que divide sus “Paisajes interiores”.
En este poemario, Juan Calderón Matador ha abierto su corazón y su alma en unos poemas en los que se ha dejado jirones de piel y expresado mucho dolor, pero también dicha. Eso mismo hizo en la presentación, en la que recitó algunos versos descarnados, algunos de ellos fruto de la incomprensión y la intolerancia en momentos duros de su vida, pero hizo bien al confesar al final a los presentes que ha tenido una vida llena de satisfacción, de amor y entusiasmo.
Tras una introducción de Ángela Robles, responsable de la Universidad Popular, sería Juan Antonio Matador de Matos el encargado de hacer un repaso por el dilatadísimo currículo creativo de Juan Calderón y entrar a presentar la obra, como muy bien hace Javier Díaz Gil en un prólogo muy certero, minucioso y brillante del poemario.
Después tomó la palabra el alcalde, Manolo Gutiérrez, quien demostró una gran cercanía y complicidad con el autor. Recordó los primeros “pinitos” de Calderón Matador en Alburquerque, y en esa tarde de sábado, en el que la gran mayoría de los alburquerqueños no tuvimos red móvil, Gutiérrez retrocedió más de medio siglo para rememorar a la familia telefonista de Juan, algunos de cuyos miembros, Maribel y Antonia, estuvieron presentes en el acto celebrado en la casa de cultura Luis Landero.
Posteriormente, Juan Calderón fue recitando, con la maestría que le da la experiencia y su arte innato, algunos de los poemas de cada “paisaje interior”, tarea que fue alternando con la colaboración de tres alburquerqueños a los que eligió para recitar otros que él mismo seleccionó. Así, Loli Barroso, Juana Marmelo y Francis Negrete subieron al escenario para hacer aquello que les pidió Juan y que ellos aceptaron gustosamente. Memorable fue el diálogo a dos voces, la de Calderón y la de Raña, recitando uno de los poemas.
Asimismo, David Álvarez puso música a otros versos de esta última obra y los cantó junto a Paco Jaén.
El acto terminó con gracia y salero, como quiso Juan Calderón, quien recitó un poema sobre la “maja desnuda” de Goya que él mismo compuso y que suele utilizar en sus muchos recitales en distintos puntos de España.
El dinero recaudado de la venta de libros en Alburquerque lo destinará al centro de asociaciones Pedro Márquez.
En este enlace se puede ver el video del acto:
(Más información en la edición impresa de AZAGALA)
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