En Alburquerque hay un buen número de personas que cada día, a las ocho de la tarde, como un reloj, asoman a sus balcones o salen a las puertas de sus casas para aplaudir a quienes están dando la vida por la salud de los demás. En muchos casos es…
En Alburquerque hay un buen número de personas que cada día, a las ocho de la tarde, como un reloj, asoman a sus balcones o salen a las puertas de sus casas para aplaudir a quienes están dando la vida por la salud de los demás. En muchos casos es…