EUGENIO LÓPEZ CANO
DE LAS PRENDAS. La bragueta abierta en contacto con la masa impide que fermente la levadura * Ponerse una prenda de vestir al revés, ignorándolo, y haciéndoselo advertir por otra persona, significa que estará a la espera de recibir un regalo inesperado.
DE LOS OBJETOS PERDIDOS. Hacer un nudo en el pañuelo ayuda a que aparezca lo perdido * Arrojar cualquier cosa en el lugar donde se extravía, tantas veces como sean necesarias, sirve para recuperar lo perdido * Para que «aparehca lo perdío, se presente lo que’htá’usente y en prevensión de que na le ocurra por causa d’un bicho malo«, dirigirse a la puerta de la calle, de noche, y mirando al cielo, recitar, sin equivocarse, la siguiente jaculatoria a San Antonio de Padua, después de rezar tres Padrenuestro y tres Avemaría: «San Antonio de Padua, / que’n Padua nasihte, / en Lihboa te criahte / y en el púlpito de Nuestro Señó predicahte. / Estando predicando vino la órden / de c’a Nuestro Señor Padre / lo iban a ajorcá y tú, / por irlo a salvá, / tu silabario perdihte. / El Niño de Dióh se lo’ncontró / y te llamó y te djo: / ‘Antonio, Antonio, Antonio, / toma tu silabario que’n mi corasón s’hallao lo paresío«.
DE LA BUENA SUERTE. Trae buena suerte ver una mariquita; encontrar una peseta; tocar madera cuando dos personas dicen la misma cosa; tocar la chepa de una jorobado, o pasar un décimo de lotería sobre su córcova; ver una mariposa blanca volando; derramar el vino sobre la mesa; hablar de piojos; soñar con alguien que se muere, le das muchos días de vida; si al levantarte de la cama te pones una prenda del revés, significa que te van a regalar algo, siempre que se mantenga en secreto; también si al ponértela lo ignoras, y te lo indican, es señal de que algo agradable vas a recibir.
DE LA MALA SUERTE. Da mala suerte el número trece; sembrar laurel; pasar debajo de una escalera portátil; verter sal por la noche; que la leche suba y se derrame; dar vueltas a un cuchillo o a un plato sobre la mesa; darle vueltas a una silla o a un paraguas abierto, dentro de una habitación (podía morir el niño más pequeño o el primogénito, o el padre pegarle a la madre); ver el novio a su prometida, antes de casarse, vestida con el traje nupcial; hacerse ésta su propio traje de novia; ver tres curas juntos; cortar la cola a un caballo; acostarse al revés; barrer de noche; ver a un tuerto; el sonar de latas; cruzar los tenedores; dejar abiertas las tijeras; romper un espejo; matar una golondrina; encontrar un trébol de cuatro hojas; ver volar a una mariposa de color negro; colocar unos zapatos debajo de la cama, atravesados o mirando hacia el cabecero (la cabecera); ponerse frente a una puerta cuando hay tormenta; casarse, o salir en grupo de casa cuando es martes y trece; andar con fuego significa, en el caso de los niños, que se orinará en la cama; tener la hortensia en casa, sale cáncer; que te regalen cuchillos, tijeras, alfileres… es «señal de que vah’j’a sufrí y a derramá lágrimah» * Refrán: Lunes y martes, ni te cases, ni te apartes, ni tu niño bautices, ni tus cerdos mates.
DE LA MUERTE. Cuando el perro aúlla, anuncia la muerte de una persona. Lo mismo si son lobos * Si el enfermo habla de viajar, o intenta levantarse de la cama, o se desarropa, o arrebuja las sábanas entre las manos, es señal de que morirá pronto * Quien hace una promesa por una persona enferma, y fallece sin haberla cumplido, se le aparece su espíritu, a ella o a otras personas próximas al difunto, para que así se cumpla dicha promesa, y «deje de vagá con lah’j’ánimah del purgatorio«.
DE VARIOS. Para adelgazar, beberse un vaso de agua caliente en ayunas; el comer muchas aceitunas embrutece; las manchas blancas en las uñas significan una mentira por cada una de ellas; encender un cigarrillo para entregárselo a otra persona, o beber de su mismo vaso, es creencia de que ésta sabrá sus secretos y pensamientos más ocultos; por cada cana que se arranque, otras más aparecerán; colocarse una cáscara de cebolla en la cabeza, impide que lloren los ojos al cortarla; en las matanzas, a las mujeres con menstruación se les tenía prohibido «ponese’n la carne«, tanto para guisarla como para embutirla; el golpe en un codo se llama doló de suegra, y es señal de que en ese instante está hablando mal de su yerno.
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