El ayuntamiento recibe un balón de oxígeno al no tener que pagar a partir del próximo mes de noviembre los 3,6 millones de euros del último préstamo bancario que facilitó el gobierno para liquidar las deudas con la Seguridad Social, sino que empezará a abonarlo dentro de 2 años. Asimismo, otro crédito que restaba del pago a proveedores, por valor de 1,2 millones de euros, también se aplaza por ese mismo periodo de tiempo. Esto supone que durante los años 2020 y 2021 no tendrá que abonar mensualmente las cuotas correspondientes a la cantidad de 4,8 millones de euros, aunque sí tendrá que pagar los intereses.
Sin embargo, como la deuda que tiene nuestro ayuntamiento con los bancos asciende a algo más de siete millones de euros, en concreto, 7.138.000 euros, tendrá que seguir abonando las cuotas correspondientes a 2,3 millones de euros, cantidad que no entra en esta agrupación de préstamos que facilita el gobierno a los ayuntamientos que están en riesgo financiero, lo que viene a ser, en palabras entendibles, en riesgo de quiebra.
En el pleno en el que se aprobó por unanimidad este punto, ya que no podía ser de otra manera porque acogerse a esta agrupación de préstamos es obligatoria para todos los ayuntamientos en riesgo, Gutiérrez pidió que se aproveche este respiro de dos años y se gaste el dinero de manera racional y no como se ha venido haciendo hasta ahora. Exigió que se pague a los trabajadores y a las empresas todo lo que se les debe y preguntó cómo afectará al plan de ajuste que ya existía tras el crédito de 3,6 millones de euros, plan que nunca fue presentado al grupo Ipal. El portavoz de Ipal recordó que esta no es la solución para el grave problema económico del consistorio sino un respiro que podrá convertirse en “pan para hoy y hambre para mañana”, si no se produce un cambio en la gestión económica.
Marisa Murillo respondió que no afecta para nada al plan de ajuste ya existente y que el gobierno local seguirá trabajando en la misma línea que lo ha venido haciendo todos estos años.
Lo cierto es que, haciendo un símil con el boxeo, la campana ha salvado al ayuntamiento del KO, porque empezaba a pagar los 3,6 millones de euros del último crédito ya el próximo mes de noviembre y eso, unido a las ingentes deudas con trabajadores y proveedores, habría sido el final. Aun así, las dificultades van a continuar.
El pleno extraordinario transcurrió con normalidad y esta vez la alcaldesa permitió dos intervenciones y un debate sobre este asunto, lo que es agradecer para rebajar la tensión existente.
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