ELÍSABETH GARCÍA ROMÁN
El convento de religiosos franciscanos de la Madre de Dios, de Alburquerque tiene una protección especial como Bien de Interés Cultural y forma parte del Conjunto Histórico-Artístico de la villa de Alburquerque, tal y como aparece en el Diario Oficial de Extremadura de fecha 15 de julio de 1993. Aquí estamos ante un ejemplo de una acción derivada de la Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural de 1972. La Junta de Extremadura dictó la orden de protección del antiguo convento (con la iglesia de San Francisco incluida). Sin embargo no se están cumpliendo las pautas incluidas en dicha Convención en dos sentidos. Una parte del convento, en manos privadas, está abandonada a su suerte. La familia no puede destinar los fondos necesarios para conservar y mucho menos rehabilitar un edificio del tamaño y las características del convento. Además, aunque existen normas que eximen de abonar el Impuesto de Bienes Inmuebles por edificios que están catalogados como Bien de Interés Cultural, en el caso de Alburquerque el ayuntamiento no respeta la normativa y la familia propietaria del cenobio paga una cantidad desorbitada por el mismo. Por otra parte, la mitad del convento que está en manos del consistorio local ha sufrido algunas obras de rehabilitación adecuadas, pero otras desgraciadas, como la última en la que se eliminó la vieja escalera de granito, en perfecto estado de conservación, que existía para acceder a la primera planta del edificio.

Pero, como ya he apuntado, actualmente, el convento está dividido en dos partes: una, a los pies del templo de San Francisco, de propiedad particular, con fachada principal al Mediodía y espaciosas habitaciones con balconajes y bóvedas de rosca y de cañón, a la que hay que añadir un corral de amplias dimensiones y otra, del lado de la Epístola, propiedad del ayuntamiento, cuyo claustro tiene una belleza singular. Se compone de tres arcos de medio punto en cada uno de los frentes, sostenidos por dobles columnas coronadas por capiteles, más las cuatro de cada esquina, sobre las que se elevan crujías superiores sustentadas por bóvedas de rosca. El cenobio se comunicaba a su vez con el coro del templo a través de un corredor con bóveda de cañón con lunetos.
El edificio consta de dos plantas cuyas obras de construcción comenzaron en el año 1620 y, tras las leyes desamortizadoras del siglo XIX, dejó de utilizarse como convento y tuvo diferentes usos hasta la actualidad: Colegio de Segunda Enseñanza, Instituto de Enseñanza Secundaria, Centro Cultural, Escuela de Alfabetización de Adultos y Aula EPA (Educación Permanente de Adultos), sede de Escuela Taller y, actualmente en abandono y sin actividad, a pesar de que llegó una generosa subvención para convertir el edificio en un albergue juvenil, pero las obras quedaron a medias sin que nadie haya explicado aún el destino de los fondos.

Como decía anteriormente, la parte del convento que está en manos privadas se encuentra deteriorado, dado que la familia no ha recibido jamás ayudas públicas para su conservación y sus grandes dimensiones impiden exigen una fuerte inversión para su cuidado y rehabilitación. Durante muchos años, sus habitaciones fueron alquiladas a distintos inquilinos, pero su estado actual dificulta también su uso como vivienda.
La zona de propiedad municipal se encuentra en buen estado de conservación. A lo largo del tiempo se han destinado diversas partidas presupuestarias para rehabilitarlo e incluso se le añadió un edificio de nueva planta para su ampliación a finales de los años 80. Las últimas obras, ejecutadas a lo largo de los años 2009, 2010 y 2011, fueron las más ambiciosas, dado que se invirtieron 1.260.578 euros. El objetivo era destinarlo a albergue juvenil de la Junta de Extremadura, pero los trabajos fueron paralizadas en el mes de enero del año 2011.

Una tercera parte del convento franciscano es la iglesia de San Francisco, la cual empezó a construirse en el primer cuarto del siglo XVII. El templo es de planta única y rectangular, con cabecera rectilínea. El interior, construido sobre pilastras en muros con revoque, se halla dividido en tres tramos, cubierto por bóveda de cañón. El retablo mayor es de estilo barroco-churrigueresco, posiblemente del último tercio del siglo XVIII.
A esta iglesia pertenecían las cofradías de San Francisco, erigida canónicamente en el año 1900 y la Pía Unión de San Antonio y Pan de los Pobres, cuyo ejercicio consistía en ejercer la caridad a favor de los pobres y el culto al Santo, en cuyo honor se celebraba cada año la “Velada de San Antonio”, fiesta popular de gran tradición en la Villa, de la que hablaremos en otro apartado de este trabajo.
FOTOGRAFÍAS: Fachada frontal de la parte del convento adquirida por el ayuntamiento (Calle San Andrés); Plaza de San Francisco, con la iglesia que también pertenecía al convento; claustro interior en la parte municipal y aulas del colegio libre adoptado, después instituto, que dan para el patio interior (claustro).
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