EUGENIO LÓPEZ CANO
PARA EL HIGADO. Infusión de angélica, o de verdelobo (gordolobo), o de hojas de lantén (llantén), para el dolor de hígado.
PARA LA PIEL. El aceite de oliva y el pepino, para suavizar la piel; también se utiliza para lo mismo el frote con orín, remedio éste que también sirve para los sabañones. Para éstos últimos, se utiliza igualmente una fricción de aceite y ajo. Del mismo modo, el bicarbonato, aplicado directamente, se emplea para suavizar la piel y las dureces de los pies. Agua con azúcar, para las agujetas. Cataplasma de leche y harina, o aplicación de miel, para sanar los granos y llagas. Aplicando igualmente una hoja de sanalotó(do) sobre granos y diviesos. Unte de aceite de oliva para sacarse las espinas de la piel. Infusión de flores de pepinela (pimpinela) o flores de sanguinaria, o aníh de la’htrella, para la urticaria. Leche del fruto de la higuera brava, para las verrugas. Un emplaste de agua y sal, con hojas de ocalito (eucaliptus), para bajar la hinchazón producida por golpes o magulladuras. Para la inflamación muscular, frotadura de limón sobre la superficie afectada. Cataplasma de excremento de hurón, para el golondrino, Cataplasma de excrementos de paloma, cocidos, para las quemaduras. Barro aplicado en las mismas, para evitar las ampollas. Sanguijuelas aplicadas en las partes doloridas, para los hematomas e inflamaciones infecciosas. Para sanar el culebrón o culebro (herpes zoster), se debe aplicar directamente sobre el mismo el líquido que resulte de quemar trigo con un hierro candente; se sana también untando sobre la parte afectada la ceniza de bayón (espadaña) mezclada con grasa de cerdo, al tiempo que se reza una oración, cuyo texto desconozco.
PARA LAS HERIDAS. Colocar sobre la misma un emplasto de aceite de oliva. Para cortar la hemorragia de una herida leve, poner rápidamente sobre ella un papel de fumar o cualquier otro de parecidas características; para lo mismo, una infusión de hojas de colantrillo (culantrillo). Utilizar azúcar o pólvora directamente en la herida, o una cataplasma de tabaco o de pimiento molido o también de sal y vinagre. Las heridas se cierran lavándolas con un cocimiento de raíz de la olla (olla de mono) o de manzanilla, o con una infusión de hojas de la doradilla. Aplicar una hoja de sanalotó(do) sobre la misma.
PARA LAS PICADURAS Y MORDEDURAS DE ANIMALES. El embue (tubérculo de regato), machacado con ajo, sal, vinagre y aceite, para la picadura de alacrán; lo mismo, pero aplicándole maceramiento de alacranes en alcohol, o introducir el punzón de una lezna impregnada de ajo en la herida de un animal, para colocarlo sobre dicha picadura. Aplicar cataplasma de saliva y tierra en las picaduras de avispas, calma el dolor y evita la hinchazón. La mordedura de una víbora se sana colocando sobre la herida una piedra llamada bezoar (1), también conocida por piedra de la culebra, hasta que ésta absorba toda la ponzoña.
COMO RECONSTITUYENTE Y MEJORA DEL APETITO. Una toma de polen seco, solo o mezclado con líquido (se recomienda con zumo de naranja), como reconstituyente. El polen, como vitamínico, para los niños (una cucharada sopera durante veinte días). El aceite de hígado de bacalao, para la falta de apetito; para lo mismo, caldo de mochuelo, o batido de huevo, canela y vino de quina, o un vasito de vino al que previamente se le haya apagado un hierro candente dentro de él. Una cucharada de agua de cal con aceite de oliva, para la falta de calcio. Entre abril y mayo, cuando loh’j’animaleh tienen leche (preferentemente la de burra), era costumbre, para cogé sangre, ir al campo («ehtaba mu bien vihto, y era señal de riquesa, ise a pasá esoh díah’j’al campo pa tomá la leche«), o a algún establo cercano (en este caso «había madreh que mandaban a suh’s’hijoh con su vaso correspondiente«) para tomar la leche recien ordeñada (Se les recetaba a las «personah que’htaban debileh o a falta d’apetito, o ehtaban flojah, o pa rehtablesese dehpuéh d’una’nfermedá«).
PARA LAS HEMORROIDES. Aplicando una infusión de flores de malva sobre las mismas, baja la inflamación; alcanza igual efecto colocando sobre ellas una rodaja de tomate.
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NOTA
1-Es pequeña, negra y redonda. Según el diccionario de don Julio Casares, es una «concreción calculosa que suele encontrarse en el estómago o en las vías urinarias de algunos cuadrúpedos, y que se considera antídoto y como medicamento«. (En la fotografía número 5 vemos esta piedra).
FOTOGRAFÍAS:
PORTADA: El pueblo llano en su conjunto ha conservado en gran parte, a través de la tradición, el conocimiento y tratamiento de las plantas para curar las heridas y enfermedades de personas y animales. La sabiduría popular, cada vez más apreciada, es objeto continuo de estudio por curiosos e investigadores.
FOTO 2: Verdelobo.
FOTO 3: Flores de sanguinaria.
FOTO 4: Colantrillo.
FOTO 5: Bezoar o piedra de la culebra, contra la picadura de la víbora.
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Amplia la variedad de plantas y ungüentos utilizados por el pueblo «cuando había que buscárselas». De muy amena lectura.