ELÍSABETH GARCÍA ROMÁN
La Comunidad de Descalzos de San Francisco, perteneciente a la Orden de San Gabriel, fue fundada en 1506 “a instancias de la villa y sus moradores”, bajo la advocación de la Madre de Dios (3). Al principio, el convento estuvo a cinco kilómetros de Alburquerque, y de él se conservan solamente “las reliquias antiguas de unas tapias” (4).
Entonces, la villa era cabeza del señorío del duque de Alburquerque, que con sus limosnas dio estabilidad a la comunidad de frailes que allí vivía. Pasados algunos años, dadas las dificultades que tenían para asistir a las celebraciones, principalmente el sacramento de la Penitencia, los vecinos consiguieron que se fundara otro convento más cercano, a media legua del anterior y otra media de la villa. Estos pidieron que el lugar fuera más próximo, pero los deseos de los frailes de soledad y las severas leyes de los Descalzos no lo permitieron. Así, se situó en la ladera norte de la sierra que lleva el nombre de Frailes Viejos y que antiguamente se le conocía como la sierra de la Piedra Horadada. De este edificio se conserva en la actualidad grandes paredones y arranque de bóvedas que acreditan una buena fábrica del mismo. “El lugar es amenísimo con hermosísimas huertas, con aguas de riego, con un bosque de encinas y ajeno a las molestias de los seglares” (5).

Cerca de allí, en una gran piedra ubicada en un lugar recóndito existe una hornacina y un reclinatorio esculpidos en la roca donde se sentaba San Pedro de Alcántara para sus rezos y meditaciones (6).
Allí vivían de ordinario entre doce y catorce frailes, muy queridos en el pueblo por la fama de santidad que tenía fray Juan de Bobadilla, enterrado en dicho convento, y por tener conciencia la villa de haber sido librada de la gran peste de 1530 por las oraciones de los religiosos (7).
En este segundo sitio habitaron los Descalzos durante más de 100 años, “sin acordarse de trasladar al convento ni consentir que se eso se tratasse, porque hazían grande aprecio del por haber vivido y estar sepultado muchos Religiosos perfectísimos y de singular virtud” (8).
Sin embargo, en 1620 se había empezado a construir otro edificio de dimensiones muy superiores en los arrabales de Alburquerque. Se hizo lentamente porque los religiosos se oponían a abandonar el ubicado en la sierra conocida como de los Frailes Viejos. No obstante, en 1634, después de oficiarse con solemnidad diversos actos religiosos, culminando con misa cantada y procesión desde la parroquia de Santa María del Mercado, se inauguraba el nuevo convento ubicado en el Llano de San Andrés, junto a la ermita homónima. (9)

“…aunque bañados en lágrimas muchos de los frailes por considerar desamparada su antigua vivienda, donde parece que el cielo ejercía influencias soberanas y favores sobrenaturales” (10).
Más tarde, y también con solemne procesión, se trasladaron los restos de los frailes enterrados en el anterior convento, encontrándose cuerpos incorruptos pese haber permanecido durante muchos años sepultados bajo tierra. (11).

En la última década del siglo XVIII, la comunidad religiosa de San Francisco se componía de 35 individuos, los cuales se sustentaban de las limosnas de los fieles y de una renta de 1.500 reales con los que contribuía la villa, además de las ayudas complementarias por las clases de un maestro de gramática, un lector de filosofía y otro de moral para los seglares. (12).
La exclaustración se produjo con motivo de las Leyes Desamortizadoras del siglo XIX.
En octubre del año 1906 lo compró un particular, Gonzalo Barrantes Torres, a cuya nieta entrevisto en este trabajo. Después, en 1944, aquel vende la mitad al ayuntamiento de Alburquerque por la cantidad de 20.000 pesetas. Años después, acoge el primer proyecto educativo.
NOTAS
(4)-Eugenio López Cano. “Alburquerque, villa y ducado” pp. 17. Editora Regional de Extremadura. Consejería de Educación y Cultura. (1991)
(5)-Wadingo, Lucas. Annales Minorum, XV, ad Annun 1506, Quaracci, 1933, nº 43, pp. 434.
(6)-Duarte Insúa, Lino. Historia de Alburquerque. 1929. pp. 236.
(7)-Hipólito Ámez Prieto. “La provincia franciscana de San Gabriel: sus conventos”, pp. 24. Revista de Estudios Extremeños.
(8)-Trinidad, Juan de. Chronica de la Provincia de San Gabriel, cap. XXV, pp. 151.
(9)- Hipólito Ámez Prieto. “La provincia franciscana de San Gabriel: sus conventos”. pp. 25. Revista de Estudios Extremeños.
(10)- Trinidad, Juan de. Chronica de la Provincia de San Gabriel, cap. XXV, pp. 152.
(11)- Hipólito Ámez Prieto. “La provincia franciscana de San Gabriel: sus conventos”. pp. 25. Revista de Estudios Extremeños.
(12)-Eugenio López Cano. “Alburquerque, villa y ducado” pp. 20. Editora Regional de Extremadura. Consejería de Educación y Cultura. (1991)
FOTOGRAFÍAS
Portada: Ruinas del convento de los Frailes Viejos.
Foto 2-Representación de frailes de la Comunidad de Descalzos.
Foto 3-Imagen de San Pedro de Alcántara.
Foto 4-Convento de la comunidad religiosa de San Francisco, en la entrada por la calle San Andrés.
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