En un acto en el que la candidata a la alcaldía de Alburquerque, Marisa Murillo, intervino como telonera del alcalde actual, Ángel Vadillo, se vertieron tanto odio, descalificaciones y falsedades, que aquello sí que puede considerarse un “derroche” de resentimiento, sobre todo por parte de Vadillo, quien demostró una vez más que no solo es una rémora y una vergüenza para el pueblo y para la política en general, sino que es un peligro para la propia convivencia, y eso que, ya al final, dijo para enternecer al auditorio después de desatar las bajas pasiones, que él creía en el amor sobre todas las cosas.
Murillo demostró que tiene miedo de gobernar y prefiere tener a Vadillo por encima, al proponer una recogida de firmas para que le nombren “alcalde honorario y de asesoramiento en gestión municipal”, y decirle a su mentor que “sólo tú podrás conseguir los proyectos para Alburquerque”. Mal vamos si ella se autodescarta para lograr cosas buenas para el pueblo.
Y fue la candidata por accidente quien empezó con la retahíla de Negrete, repitiendo las palabras de su jefe de filas, en el sentido de que Vadillo ha caído por el “interés personal de Negrete”. Y añadió que el hecho de que éste no pueda presentarse a las elecciones es “un atentado contra la democracia”. ¡Toma ya esa! Y parte del auditorio aplaudiendo a rabiar…
Por su parte, Ángel Vadillo no anduvo con rodeos, se lanzó desde el principio al objetivo por el cual subió al escenario: verter todo su odio contra un servidor, Francis Negrete, y contra toda la lista de Ipal; miembros del PP, sobre todo Margarita Robles, e incluso contra la “dirección del instituto”, algo incomprensible porque el comportamiento de la directora ha sido siempre respetuoso con el alcalde, algo que él negó en su verborrea delirante.
Empezó diciendo, en referencia a todos los citados, de los que dijo que le “dan pena”, que cuando una persona va a morir y “ha vivido solo para hacer daño”, recapacita en ese justo momento y “muere con pena”. Dijo que lo sabía por experiencia de una época en la que, por lo visto, se dedicó a visitar a enfermos terminales.
Ángel Vadillo, que lleva 24 años en la alcaldía, aseguró que “no tiene ningún apego al cargo” y que, “si alguien piensa que me preocuparía dejar de serlo, se confunde”.
En plan paternalista, sostuvo que “no quiere la alcaldía, sino que los proyectos salgan adelante”, como si no hubiera un antes y un después de su presencia en el gobierno, como si el pueblo fuera el paraíso.
La mayor parte del discurso la centró en un servidor. Aseguró que la lista del PP en la que iban Jesús Lara y Ángel Rasero, la “montó Negrete”. Que le han “hecho el vacío desde la dirección del instituto en los últimos años por la relación de Negrete con la dirección”, a la que acusó de “falta de respecto al alcalde”. Dijo que “Negrete fue el primero que escribió en contra de las renovables”, e igualmente demostraré en los próximos días que eso es mentira. Dijo que “Negrete tiene interés en que el pueblo no avance”, que “todo lo que dice Gutiérrez es en realidad la voz de Negrete”. También aseguró que “Negrete está utilizando el fútbol para ir contra él” y que no ha sido abonado del club. Otra falsedad: lo he sido durante casi 20 años y, por cierto, yo no debo ningún carnet de oro…
También habló de una estrategia a largo plazo de “Negrete”. Por lo visto, yo hablé con los dirigentes regionales del PP y les dije que quitaran a Vadillo de en medio, que les expliqué que así ganaría Ipal, y que dentro de 4 años, todos los de Ipal se pasarían al PP, y ¡carambola”, Negrete habría conseguido darle a los populares la alcaldía de Alburquerque.
Pero vamos con el resto de malos: Dijo que una de las mayores traiciones de su vida la ha sufrido de manos de Manuel Gutiérrez, a quien “me traje de Badajoz” y le dio trabajo en la guardería, y luego este lo traicionó al presentarse a las elecciones por un partido que ¿adivinan quien montó?
Atacó a Gutiérrez por cometer el gran delito de llamar “gallina clueca” a Marisa Murillo y criticó que, con este antecedente tan grave, “haya gente que le acompañe en la lista”. Parece que olvidó que él está condenado a una pena de cárcel por amenazar, humillar y perseguir a una mujer. Entonces, nos preguntamos, ¿cómo es que va gente en la candidatura con él, incluso declaradas defensoras a ultranza de las mujeres y contrarias al machismo, como la propia Murillo, Santalla, o Alejo?
Dijo que la lista de Ipal “está ahí solo para hacerme daño” y que, siendo presidenta Raquel del Pozo, candidata número tres de esta candidatura independiente, “noté lo que estaba pasando y, por eso, no me extraña que la presidenta del club sea ahora de Ipal”. Dijo que esta no le había respetado. Por cierto, Vadillo en su día la alabó tanto por ser la primera mujer en presidir el club, como por su excelente gestión deportiva y económica. De pronto, se ha vuelto mala. ¿Saben la causa?
De Víctor Píriz señaló que, hace muchos años, le pidió una canasta en el pueblo para jugar al baloncesto. Ya saben… tiene que agradecérselo de por vida, y si no, alta traición. Y de Margarita Robles que solo quiere ser alcalde, y aquí dio voces de mitinero, para quedarse con una fuente pública.
Y no podían faltar las grandes promesas de siempre y que, ya anunció, formarán parte de esos programas electorales grandiosos que presenta cada 4 años y no cumple nunca. Se comprometió nada menos que a construir mil plazas de viviendas adosadas de 30 metros cuadrados cada una para los mayores, con todos los servicios, incluido spa. Y, cómo no, volvió a sacar el tema de las renovables.
¡¡¡Vivir para creer!!!
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