El ayuntamiento ha procedido esta mañana a eliminar un buen número de eucaliptos de las Laderas, en concreto, los de la margen derecha que existían entre la zona ancha del paseo y los del final del mismo, donde han quedado por ahora tres, los que se encontraban junto al “poyo de los viejos”, que fue destrozado al principio de las obras junto a la pared de entrada al huerto de las Alcabalas.
La opinión pública alburquerqueña parece dividida entre quienes aplauden la decisión de talar estos árboles, al no ser autóctonos y ser “dañinos” para otras especies arbóreas, y quienes lo critican por tratarse de ejemplares ornamentales y con valor paisajístico y emocional.
Sin embargo, todo el mundo coincide en que los que deberían talarse son los existentes en la ladera que da para la carretera, los pequeños, precisamente los que no van a tocarse, y también coincide la mayoría de la gente en la creencia casi generalizada de que la obra no va a terminarse y va a quedar el paseo “patas arriba”.
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