Por AURELIANO SÁINZ
No hace mucho dirigí una investigación que deparó resultados sorprendentes, por lo que quisiera presentarla en tres partes dentro de Azagala digital. En ella participaron como coordinadores estudiantes de Magisterio a los que imparto docencia en distintas asignaturas, tal como suelo hacer todos los años, no solamente para que conocieran la evolución del dibujo del escolar de manera teórica, sino para que también se acercaran a la realidad de los centros educativos.
El objetivo central de la investigación consistía en conocer qué trabajos asignan los escolares en la actualidad a los géneros masculino y femenino.
El atractivo de esta actividad reside en comprender el pensamiento infantil acerca de las labores que realizan los hombres y las mujeres. Recordemos que tiempo atrás presenté otra investigación en este diario en la que se abordaban los roles o actividades dentro de la casa; sin embargo, en esta ocasión, el interés radica en saber qué trabajos asignaban a cada género, teniendo en cuenta que podían ser las profesiones que ellos tomaban como referencia o que les gustaría ejercer en el futuro.
La investigación, para ser relevante, se desarrollaría en 40 colegios de diferentes niveles socioeconómicos, por lo que serían más de 600 dibujos los que habría que recibir. Por otro lado, las pruebas se llevarían a cabo a lo largo de los tres ciclos de Primaria, es decir, desde primero hasta sexto curso, de modo que participarían en las mismas niños y niñas de 6 a 12 años.
A los estudiantes de Magisterio les manifesté que la propuesta sería la siguiente: “En la clase de Primaria del centro que hayáis elegido les pediréis a los escolares que os dibujen a un hombre y a una mujer trabajando en la hoja que, dividida en la mitad por una línea vertical, les deberéis entregar”.
Les añadí: “Ante las posibles preguntas que os hagan, conviene aclararles que son totalmente libres para trazar la escena o el trabajo que deseen representar, de modo que no deben preocuparse si lo han hecho mejor o peor, porque lo importante es que se expresen de forma espontánea”.
Una vez hechas las pruebas, la sorpresa proviene de lo que los chicos y chicas de Primaria manifestaron en sus dibujos, pues se han alejado, mayoritariamente, de los esquemas conocidos. Lo cierto es que, en la actualidad, sus ideas acerca del trabajo que realizan hombres y mujeres están muy lejos del concepto tradicional de que es el hombre el que trabaja fuera de casa en diversas profesiones, al tiempo que la mujer se queda en la misma realizando labores domésticas.
Curiosamente, son las chicas las que más se separan de este estereotipo tan afianzado en el imaginario colectivo. Así, las profesiones que representan para el género femenino son amplias: desde profesoras, veterinarias, policías, arquitectas, oficinistas, científicas… hasta bomberas, mineras, constructoras. Queda, pues, muy lejos la idea de que sus futuros destinos se circunscribirán al trabajo doméstico; y, cuando lo hacen, suelen presentar al hombre realizando también en alguna labor de la casa.
Dada la amplitud de la investigación, dividiré los resultados en tres partes: en esta primera, comentaré una selección de seis dibujos realizados por las niñas, por lo que la he denominado Mujer y hombre trabajando; en la segunda, veremos las ideas de los niños en el artículo Hombre y mujer trabajando y, en la tercera parte, en la que he seleccionado dibujos de niños y de niñas, aparecen tanto los hombres como las mujeres realizando el mismo trabajo, por lo que lo titularé Camino hacia la igualdad.
¿Por qué empiezo por las chicas, cuando lo habitual es comenzar por el género masculino? La respuesta es sencilla: en principio no hay problema en comenzar por un género o por otro; pero la gran sorpresa proviene de que ellas representaban, generalmente, a las mujeres en trabajos de mayor proyección social que lo hacían para los hombres
¿Nos encontramos, pues, ante un cambio relevante de mentalidad distinta a la de las generaciones precedentes? Estoy por afirmar que es así, pues en la propia Universidad compruebo cómo gran parte de las alumnas son muy conscientes de jugarse su futuro con los estudios que les ayudarán a afrontar un horizonte complicado en una sociedad tremendamente exigente, y más aún para ellas.
Para que veamos de modo concreto las imágenes que las niñas plasman de la mujer y del hombre trabajando, tal como indiqué he seleccionado seis dibujos de distintas edades del total de los recogidos.
Empiezo por el de una chica de 11 años de sexto curso de Primaria. Comenzó por la izquierda, dibujando a una profesora, ya que la enseñanza es un trabajo muy afianzado en el mundo femenino. Una vez acabada esa parte, pasa a la derecha para realizar un bombero; teniendo en cuenta que ahora hay niñas no la consideran una profesión exclusivamente masculina, pues he encontrado también figuras de bomberas.
Dentro de las edades más pequeñas, es habitual que las niñas reflejen en sus dibujos los trabajos que realizan sus padres, porque son los modelos familiares más cercanos a ellas. Es lo que sucede en este dibujo de una niña de 8 años cuyos padres recientemente se habían separado. En estos casos, la figura masculina suele dibujarse la primera, ya que manifiesta, de manera no consciente, que el hombre es quien tiene mayor poder o autoridad en el seno familiar.
De este modo, la autora ha trazado en el lado izquierdo a un camionero, es decir, la profesión de su padre. Cuando acabó, pasó al lado derecho para dibujar una figura femenina como ama de casa, que se encargaría de todo el trabajo que hay que ejecutar en el hogar.
A medida que van avanzando en edad, las niñas comienzan a reflejar situaciones alejadas de lo que ven en sus casas, tomando como referencia los trabajos que realizan padres y madres fuera del hogar. Esto se comprende bien al entender que hay muchas profesiones que pueden ejercerse socialmente y con las que ellas llegan a identificarse.
Lo indicado podemos apreciarlo en el dibujo precedente. Su autora, de 9 años, que se encuentra en cuarto curso de Primaria, comienza por el trazado de una figura femenina, en este caso, una profesora de inglés que está impartiendo la clase de este idioma. Una vez plasmada la idea de ‘una mujer trabajando’, acude a realizar la parte derecha y nos muestra a ‘un hombre trabajando’ con la imagen de un taxista. Tengo que apuntar que, en este caso, la niña no acudía a las profesiones familiares, ya que eran otras.
Tradicionalmente, se suele asociar al género masculino con aquello trabajos que implican fuerza y habilidad manual; mientras que al femenino con los que implican componentes emocionales y de cuidados personales. Sin embargo, este esquema se está rompiendo en las generaciones más jóvenes, como he podido comprobar en esta investigación. Y para que veamos los cambios que se están produciendo en los estereotipos establecidos acerca de los trabajos que llevan a cabo hombres y mujeres, sirve bien este dibujo de una niña de 10 años que se encuentra en quinto curso de Primaria.
Comienza a dibujar en el lado izquierdo trazando una figura femenina que está trabajando en un taller. Allí la vemos rodeada de todos los utensilios -mesa de trabajo, martillo, sierra, alicates, etc.- que son habituales en este tipo de trabajo. En el lado derecho, representa a una figura masculina con un guardia de la circulación dirigiendo el tráfico.
La fantasía infantil femenina referida a su propio género no sería concebible tiempo atrás, puesto que, en la actualidad, las niñas pueden asignarse trabajos o actividades que solo cabía en el imaginario masculino. Es lo que le acontece con esta chica de 10 años que nos entregó una lámina en la que aparecía inicialmente dibujada una astronauta española que, tras un largo viaje espacial, ha llegado a un planeta y sobre el suelo ha plantado una bandera de nuestro país, como signo de orgullo y triunfo. Sin embargo, cuando pasa a plasmar el trabajo de un personaje masculino acude a la función de “azafato”, actividad que tradicionalmente ha ejercido el género femenino.
Resulta curioso comprobar cómo, en esta investigación, las chicas de sexto curso apuntan hacia profesiones de gran reconocimiento social. Así, en la lámina anterior, de una chica de 11 años que se encuentra en sexto curso de Primaria, vemos que acude a la figura femenina de una veterinaria que está cuidando de un perro.
Quisiera apuntar que el trabajo de veterinaria ha sido representado en los dibujos por un alto número de chicas como una profesión femenina muy estimada por ellas. Quizás se deba a que el cuidado de los animales y, más aún, si tienen mascotas en sus casas, es un motivo poderoso para ello. Una vez terminada la figura femenina, en el lado derecho traza una masculina sentada sobre una mesa. Al preguntarle qué profesión es la que ejerce el hombre, la autora nos indica que es un abogado.
Acabamos esta breve visión de los trabajos que realizan hombres y mujeres plasmados por las alumnas de Educación Primaria con el que se corresponde con una chica de 12 años que se encontraba en sexto curso.
Vemos que, en la izquierda, aparece una figura femenina vestida con una especie de mono, cubierta con un casco y con herramientas en la mano y la cintura. Por encima de la lámina, ha escrito la palabra ‘arquitecta’, como si fuera la profesión que le gustaría ejercer en el futuro. Una vez finalizada esta parte, pasa al lado derecho y dibuja a un hombre con gafas, arremangado, con un espejo en su mano derecha y unas tijeras en su izquierda. La profesión asignada al hombre es la de ‘peluquero’, tal como escribe por encima del personaje.
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