Pasaron las primeras fiestas con el ferial en Las Laderas y a la mayoría de la gente le ha gustado la iniciativa. Por las noches, el paseo lucía hermoso con el alumbrado y, a pesar del frío, había mucha gente en las casetas, especialmente las de la gente más joven. La discoteca móvil colocada donde se encontró el “pollo de los viejos” estuvo llena con el botellón.
Pero lo mejor es que se le ha evitado el ruido de las atracciones a la gente que vive en el Reducto (avenida Pablo Lapeña) así como los perjuicios económicos para algunos negocios de la zona, y el problema del tráfico.
Sin embargo, en el paseo se producían atascos porque el espacio que dejaban algunas de las atracciones para el paso de la gente era muy reducido, y hubo aglomeraciones.
Ahora bien, el problema vendrá cuando se quiten las luces y aquello vuelva a ser un paseo, porque tardarán años en crecer los árboles sembrados y, según nos explican algunos especialistas, el madroño es un arbusto grande y no suele crecer mucho. Además, aunque es muy hermoso y da frutos, necesita un suelo profundo y bien drenado, lo que no es el caso, para hacerlo lo suficiente y todos en armonía.
Por tanto, las Laderas pueden servir para el ferial (dos veces al año) y mejor si se colocaran las atracciones en otra zona, tal vez en el huerto de las Alcabalas, pero éste es privado y no hay dinero para comprarlo. Pero a nuestro juicio, el paseo, como tal, se lo han cargado, y muchos no veremos jamás el esplendor que tuvo con los enormes eucaliptos ornamentales. Aquello va a ser un descampado y un secarral. E, insistimos, no pueden poner como excusa para talarlos el hecho de que sea un árbol que chupa mucha agua, porque solo se han eliminado los grandes y dejado los cientos que existen en la ladera que da para la carretera, precisamente los feos y que podrían haber quitado.
Las ferias, en definitiva, han sido exitosas, a pesar de celebrarse en tres escenarios: el mercado ganadero, el centro (cuyos establecimientos, lógicamente, han notado la merma de ingresos y eso que, con el frío, mucha gente se venía a los bares de la plaza) y las Laderas.
Pero, sin lugar a dudas, lo peor de todo es el dineral que se debe a cientos de contratados del ayuntamiento, alumnos de la escuela de programadores, comercios y pequeñas empresas… Y, sin embargo, las ferias han tenido más gasto que nunca.
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