UNA ENTREVISTA DE ÁLVARO RUBIO/ DIARIO HOY
La jueza María Victoria García Copetudo está al frente de la Sección Civil y de Instrucción del Tribunal de Instancia nº1 de Coria y es una gran conocedora de asuntos relacionados con la violencia machista. Antes de asentarse en Extremadura, su primer destino fue en un juzgado de violencia sobre la mujer en Barbate (Cádiz). Ahora se topa con este tipo de casos habitualmente cuando realiza guardias, pues en esta región los delitos de este ámbito se centralizan en Cáceres y Badajoz.
–¿Cree que la sociedad está concienciada con la violencia de género?
Hemos avanzado de manera muy notable, pero la igualdad real a día de hoy sigue siendo un objetivo que está en construcción. No basta con que reconozcamos de manera formal los derechos, sino que es necesario que ese reconocimiento se traduzca en comportamientos cotidianos. Debemos seguir trabajando para que haya una igualdad efectiva en nuestro día a día, libre de violencia, discriminación y cualquier otra conducta que pueda ser sancionada.
Desde el ámbito judicial, nuestra función es garantizar la protección efectiva de los derechos, pero la igualdad no solo requiere del campo de la justicia, sino también del compromiso social y educativo. La igualdad no se logra únicamente en los tribunales, sino que exige una implicación colectiva, sostenida y coordinada.
–El problema es que ahora se tienen que encargar de más casos, pues desde octubre los juzgados de violencia sobre la mujer asumen todas las competencias relativas a los delitos sobre la libertad sexual siempre que la víctima sea una mujer, ¿no?
Sí, ya no se necesita para que vaya al juzgado de violencia sobre la mujer que haya una relación de pareja o una análoga de afectividad, sino que todo delito relativo a la libertad sexual y que tenga por víctima a una mujer va a los juzgados de violencia sobre la mujer. Así que es cierto que la carga de trabajo aumenta, pero aquí en Extremadura al menos contamos con tres nuevas plazas que contribuirán a un mayor equilibrio.

–¿Los tribunales están ahora más cerca de las víctimas que hace unos años, hay mayor perspectiva de género?
Sí, es verdad que con la ley del ‘solo sí es sí’, con la que todo gira en torno al consentimiento, y con la última reforma legislativa, se ha intentado garantizar una mayor protección efectiva de las víctimas. Nuestro objetivo en los tribunales no solo es lograr la condena del autor, sino también que cuando llega la víctima a un juzgado se sienta en un espacio de escucha, respeto y de protección.
Las últimas reformas han supuesto una transformación bastante importante, tanto en el tema procesal como en el cultural. Hay más concienciación y existe una mayor sensibilidad hacia las víctimas. Contamos con protocolos de actuación e intentamos garantizar el acompañamiento a la víctima, con salas especiales, medidas cautelares y herramientas tecnológicas de protección. También se ha cambiado la forma de celebrar las vistas. Ahora se cuida muchísimo más el trato procesal o aspectos como el lenguaje judicial. Cada una de las palabras del juez y cada una de las decisiones que tomamos van a marcar el límite entre lo que es la confianza en el sistema judicial y la desafección. Las oficinas de víctimas también han mejorado, así como la coordinación entre justicia, fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y servicios sociales.
–¿Es más complicado denunciar en una región como Extremadura, eminentemente rural?
El problema al que nos enfrentamos es el silencio de la víctima. La violencia de género se lleva a cabo en un ámbito de intimidad y, por desgracia, no denuncian todo lo que se debería, bien por el miedo al desconocimiento del proceso, bien por el miedo a no ser creídas o a la estigmatización social. Además, en el entorno rural se añaden ciertas barreras, como la dificultad de anonimato. Al final, el reto que tenemos desde la justicia como desde otras instituciones es que cualquier mujer, viva donde viva, perciba que si denuncia va a ser seguro y accesible. Debemos de estar cerca de la ciudadanía, pero no solo geográficamente, sino también en términos de confianza.
–¿Existen las denuncias falsas?
Sí, pero las estadísticas oficiales muestran que las denuncias falsas por violencia de género tienen un porcentaje extremadamente reducido respecto del total de procedimientos. Hay que tratar el asunto con rigor porque cuestionar de forma indiscriminada a la víctima, al final hace que no se denuncie.
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PORTADA: Mª Victoria García, en la entrevista publicada por el diario Hoy.
FOTO 2: La jueza alburquerqueña, durante el pregón de las fiestas patronales de este 2025.
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