EUGENIO LÓPEZ CANO
Se desconocen los orígenes por los que en muchos pueblos de España se torna a San Antonio como santo casadero, Según cuenta el sacerdote Manuel Amézcua, encargado de la sección del santoral en la publicación “Revista en Camino”, San Antonio de Padua, cuyo verdadero nombre era Fernando Hernando, natural de Lisboa, fue uno de los más brillantes predicadores del siglo XIII. Opina, en un ejercicio de imaginación fuera de lo común, que quizá por su brillante oratoria y su capacidad de persuasión es muy posible que muchos jóvenes se acercaran a él para pedirle consejo y para arreglarles sus desavenencias amorosas.

A propósito de su cofradía, en citado artículo “Cultos”, publicado en el libro La vida en Alburquerque, editado en 1901, Pedro Martínez cuenta que la “La Pía Unión de San Antonio y Pan de los Pobres, también creada canónicamente en San Francisco en Febrero último; está dando satisfactorios resultados, mereciendo de justicia las jóvenes que forman la Junta, elogios por su celo y caridad a favor de los pobres, y el vivo interés en el culto del Santo”.
(Para mayor información, vid. el artículo “La Velada de San Antonio” dentro de la obra “Alburquerque. Tradiciones y Costumbres populares”, publicado en la revista AZAGALA)
A continuación reproduzco íntegramente, por los detalles vividos y hermosos, el texto que de puño y letra me legó en 1980 mi primo don Juan Cano Izquierdo, hermano de Julián, como homenaje a su persona -un ser cariñoso con todo el mundo y un fiel amigo de sus amigos-, y más en concreto en reconocimiento a su labor como informante privilegiado en usos y costumbres de nuestro pueblo, de quien guardo los mejores recuerdos.

«LA FIESTA OLVIDADA. Hace ya como treinta años que no se celebra. Era muy bonita, o al menos a mí me lo parecía. Se celebraba en la Plaza de San Francisco, frente a la iglesia del mismo nombre. Allí se ponían grandes tenderetes de flores, las cuales se compraban para ofrecerlas a la pareja. Era como la fiesta de la Primavera. Había verbena y también se vendían churros, refrescos e incluso creo que rosquillas. La verdad es que hace tanto tiempo que a veces me parece que sea un sueño bonito.
Todo aquel que tenga mi edad o algunos añitos más, la recordará. Pienso que era por estas fechas o principios de mayo, no lo sé exactamente, pero me propongo recoger todos los datos que pueda y en una próxima ocasión daré ‘pelos y señales’ de la ‘Fiesta olvidada'».
En efecto. Poco tiempo después me hizo llegar el siguiente texto, escrito a mano en una hoja cuadriculada, como si quisiera darle ese toque de nostalgia:
«La fiesta de San Antonio se celebraba el día 13 de junio, y consistía en misa, procesión y verbena. Era costumbre entre las solteras tirar de los cordones del santo, ya que decían que daba suerte para tener novio. El recorrido de la procesión era el siguiente: San Francisco, calles Calzada, Alameda, Los Curas, del Pilar y Plaza de Abastos. Al término de la misma se rifaba un borrego, aportado por la Cofradía de San Antonio, para sufragar los gastos de la fiesta. Para el mismo se vendían medallas, postales y otros recuerdos de San Antonio, en una mesa situada a la derecha, junto al convento. Dejó de realizarse por la falta de colaboración de las personas y por la ausencia de religiosidad de un acto que cada vez tendía más a lo profano».

Por último, señalar dos supersticiones:
-Durante la Velada de San Antonio las solteras tenían por costumbre tirar de los cordones de la imagen para que les concediera un novio, al tiempo que le decían: San Antonio bendito, dame un marido que no fume, ni beba, ni vaya a la taberna con los amigos.
-Se consideraba afortunada la chica que lograba quitarle a otra una estampa o imagen de San Antonio, ya que con ello pensaba que le saldría novio.
PORTADA: Velada de San Antonio, año 2024. Francis Negrete/ ARCHIVO AZAGALA. Derechos reservados.
FOTO 2: Velada antigua./ Eugenio López Cano.
FOTOS 3 Y 4: Velada del 2024.
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