jueves, noviembre 27, 2025
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Las mejores portadas de Azagala (15)

Aureliano Sáinz

Entramos en 2022, año que marca un antes y un después en la historia reciente de Alburquerque. Y lo que indico no es una exageración: no hay más que mirar a la portada del número 128 para entender de qué estamos hablando. Pero no adelantemos acontecimientos y comencemos explicando los inicios de ese año, cuyos eventos más relevantes quedan descritos en el número del mes de enero.

Siempre en Azagala se han recogido los obituarios de los suscriptores y lectores de la revista, de modo que en este número 126 son numerosas las despedidas que se realizan. Aunque, sin destacar unas sobre otras, sí quisiera hacer referencia a la de Luis González Soto, autor de El fin del olvido, obra que estuvo retenida por Vadillo durante seis años.

También, en la revista se ha dado voz a todas las posiciones democráticas con el fin de que puedan expresarse sin cortapisas. Indico esto porque en este número se entrevista a doble página a Juan Carlos Prieto, secretario del Partido Socialista en Alburquerque. Se comienza con una frase destacada como titular: “Mi mayor locura fue prestarme a ayudar y presentarme a las elecciones de 2019”, algo que se explica dentro de la entrevista.

Por otro lado, sigue apareciendo el extenso y bien documentado trabajo en cinco entregas que realiza Gabriel Montesinos sobre “Las Alcabalas de Alburquerque”, lo que nos ayuda a entender una parte significativa de nuestra historia.

Como vemos, la portada del número 127 recoge una instantánea de la Semana Santa de ese año, siendo especialmente los niños los protagonistas de la escena que se muestra.

En este número se recuerda de manera especial a Felipa Méndez, “el alma de San Mateo”, tal como se indica en la revista. Como no podía ser de otra forma, el pueblo agradecido la recordará siempre por su nombre, puesto que a su memoria se dedicó una de las calles que bordea precisamente el templo al que tanta entrega brindó a lo largo de su vida.

Comencé este escrito aludiendo a un número especial: el 128, dedicado íntegramente al nuevo Ayuntamiento, puesto que Manuel Luis Gutiérrez Regalado, miembro de la candidatura IPAL, accedía finalmente a la alcaldía, cerrando de manera definitiva el negro período del vadillismo, tiempoque acabó siendo un verdadero cáncer para Alburquerque.

Es imposible hacer un resumen de este breve número de Azagala de tan solo 20 páginas; sin embargo, estoy por afirmar que es uno de los mejores que ha publicado el Colectivo Cultural Tres Castillos. No tiene desperdicio, por lo que hay que conservarlo como un verdadero documento de lo que sucedió en Alburquerque a mitad de ese 2022.

La portada del 129 corresponde a una fotografía cedida por la Asociación Amigos de Badajoz, la misma que luchó de manera infatigable para que se respetara la visión de la emblemática Torre Espantaperros. Recordemos que el denominado ‘cubo’ de la nueva Facultad de la Documentación (Biblioteconomía) suponía una grave alteración de la imagen de esta torre almohade. Y la larga lucha, como muchas de las que están cargadas de razón, acabó ganándose.

De este número, quisiera destacar la extensa entrevista que se le realizó a Juan Antonio García, representante del sindicato USO, quien tanto se involucró en la lucha que llevaron adelante los trabajadores del Ayuntamiento reivindicando el pago de las nóminas que no habían recibido.

Hay colaboradores que por su fidelidad a la revista desde sus inicios merecen ser citados. Es el caso de Elías Cortés (alias Marqués del Zajarrón), dado que nunca ha faltado a la cita mensual. En esta ocasión, en “Calorías y desesperación”, nos muestra dos fotografías suyas: una de 1961, cuando, supongo, que tenía 21 años y otra, de 2012, en la que había sobrepasado los setenta. “Como la vida es un suspiro”, nos dice, “resulta que pasas de los 65 kilos a los 96 que aguanto a mis 81 años y 185 cm de estatura en ‘na’ menos”… Pero es que, amigo Elías, la vida no perdona y nos va regalando kilos sin siquiera pedírselos.

Pasamos al número 130, en el que, por primera vez, aparece una portada en ángulo aberrante, es decir, con la imagen inclinada a partir del encuadre. Es la que nos ofrece Sergio Pocostales de tres niños muy contentos con su vestimenta de soldados medievales.

Algunos titulares de este número: “Además del hotel en el castillo de Azagala, Madera hará alojamientos turísticos en su finca Valero” (refiriéndose, claro está, a Víctor Madera); “El gran éxito de CPOP en Olivenza aleja la esperanza de que regrese a Alburquerque”, que se acompaña de la excelente crónica de Charo Ceballos titulada “Contempopránea 2022: Crónica sentimental”; “El ejemplo de antiguos adversarios políticos que deberá cundir tras enterrar el vadillismo”; mi hermano Benigno cierra con su quinta entrega la serie “Luz y colores de Alburquerque en la Lisboa renacentista”; etcétera.

De nuevo se acude a dos fotografías cedidas por Amigos de Badajoz para que sirvan de portada de los números 131 y 132.

En el primero de los números citados, aparece un artículo con el título de “El Colectivo Tres Castillos se ‘feminiza’”, lo que es una manera elegante de dar la bienvenida al consejo de redacción a dos bellos rostros femeninos: el de Charo Ceballos y el de Carmen Martín… Y digo lo de rostros porque estas dos magníficas incorporaciones femeninas se muestran en ambas fotografías de plano medio (y eso que el color no había entrado de plena forma en Azagala).

Parece que las pesadillas no desaparecían de Alburquerque cuando leemos que “Vadillo empieza a preparar su candidatura para las elecciones de mayo de 2023”. Pero este titular apenas dejó de ser el anuncio de los estertores de un cadáver político que no se daba cuenta de que el pueblo ya no quería volver a vivir en medio de agobiantes pesadillas.

Largo reportaje el que se dedica al Encuentro de Azagala de 2022. Y, aunque pueda parecer un ejercicio de autopromoción, lo cierto es que no deja de ser un claro ejemplo del incansable esfuerzo que ha llevado adelante un equipo que, sin más apoyo económico que el logrado con sus propios recursos, se ha mostrado tenaz en incansable desde sus orígenes en el lejano 2008.

Un titular que en estos días habría que cambiar: “Isabel Gemio, la lucha valiente de una alburquerqueña ahora en paro”, pues, como bien sabemos, la alburquerqueña Isabel Gemio vuelve a las ondas de Radio Nacional de España con el programa “El último tren”, emitido a partir de las 23:30, una hora muy propicia para esos diálogos que ella tan bien sabe llevar adelante.

Se cierra 2022. El tiempo invernal se plasma en esa imagen de portada de Alburquerque en un frío día de diciembre.

Dos artículos de este número 132 que hay que leer uno tras el otro para entender bien sus significados. Primero, “Las distinciones concedidas en su día a José Mª Pámpano y Ángel Solano no tienen validez legal”, y, después, “Lino Duarte y Luis Landero son los dos únicos alburquerqueños nombrados Hijos Predilectos”.

Cada número de Azagala acoge una larga entrevista a doble página. En esta ocasión es la que se le hace a Pablo Pasalodos y que viene encabezada con la frase que se destaca del entrevistado: “En los años 90 era mucho más atractivo el campo que ahora”.

Siempre me ha dado un cierto pudor que yo hable de mí mismo dentro de lo que escribo. Pero cuando recorro las últimas páginas de este número de diciembre, me veo en la presentación que realicé del penúltimo libro que escribí: “Vida y muerte de don Álvaro de Luna”, y que lleva el subtítulo de “Historia del Castillo de Alburquerque y la lucha por conservarlo”. Inmediatamente, me nacen los sentimientos de gratitud hacia tantos y tan buenos amigos que tengo en mi pueblo y que quedan recogidos en las numerosas fotografías que ilustran el reportaje de aquella presentación.

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