ELÍSABETH GARCÍA ROMÁN
Muchos de los visitantes que acuden al Museo Escolar de Pusol quizá desconozcan que, junto al valioso conjunto de documentos materiales recuperados por sus investigadores, se encuentra un archivo de fuentes orales con cientos de grabaciones. En el taller de la palabra, se guarda el testimonio vivo de mujeres y hombres que habitaron el extenso campo de Elche durante el pasado siglo. Por tanto, desde el punto de vista historiográfico, esta fuente documental es muy importante para el museo pedagógico de Pusol.

Las memorias, los recuerdos de la gente mayor se convierten así en fuentes históricas y como tales, conservan un valor similar al de los documentos tradicionales, pues responden a los nuevos interrogantes de los historiadores por conocer y analizar hechos y procesos sociales referidos a la vida cotidiana de la gente común. En este sentido, las palabras de los mayores se convierten en fuentes tan válidas como un documento gubernamental, una carta o un periódico antiguo.
Esto tiene un gran valor histórico y humano, aparte de que la construcción de la Historia Oral tiene para las generaciones presentes y futuras tiene una gran trascendencia educativa. En este sentido, Leonor Maldonado, investigadora del Departamento de Innovación y Formación Didáctica de la Universidad de Alicante, apunta una serie de ventajas de estos documentos orales en el terreno de la Ciencia Histórica, como son:

• Permite conservar de manera efectiva y permanente aspectos de la vida social que podrían quedar irremisiblemente perdidos para la posteridad. Todos llevamos en nuestra memoria un tesoro de experiencias adquiridas y especialmente los mayores, que, al morir, junto al vacío afectivo que dejan se produce la desaparición de una parte de la historia colectiva que no quedó documentada en otro tipo de fuente.
• Rescata para la historia áreas de la realidad que trascienden la esfera de lo público (la familia, la privacidad, las costumbres…), logrando que lo cotidiano se transforme en historia.

• Permite escuchar la voz de las poblaciones marginada del poder y de la cultura escrita. En palabras de Thompson permite oír la “voz de los sin voz”, la de los sujetos a los que hasta hace poco se ha negado su protagonismo histórico: habitantes de zonas rurales, obreros, mujeres, minorías étnicas… De ahí que esté especialmente indicada en los estudios de historia social para recuperar la historia de la gente sencilla, proporcionándoles los instrumentos para narrar sus historias personales, más humanas e intimistas, que nos permiten introducimos en sus estilos y formas de vida y en sus sistemas de creencias y valores.
• Ayuda a los más ancianos a la búsqueda de su dignidad haciéndoles sentir que sus vidas siguen siendo útiles. En una sociedad como la nuestra en que son ignorados y a menudo despreciados, se les brinda la oportunidad de transmitir una valiosa información a otras generaciones más jóvenes.

• Proporciona múltiples temáticas de estudio del pasado:
-La historia de la vida del informador y los ciclos de vida: gestación, nacimiento, bautismo, infancia, adolescencia, servicio militar, noviazgo, ritual de bodas, ritos relacionados con la muerte… La cultura popular material: la casa urbana y la casa rural, el mobiliario y otros accesorios caseros, herramientas de trabajo y artesanías caseras, monedas, pesos y medidas, medios de comunicación y de transporte…
-Los modos de subsistencia: obtención de alimentos en general, gastronomía tradicional, indumentaria, higiene, medicina popular…
-Actividades laborales: oficios tradicionales, trabajos atribuidos a la mujer, mercados, ferias…
-Actividades de ocio: teatro, cine, deportes tradicionales, fiestas, juegos, música, bailes, lecturas, tipos de conversación…
-Actividades educativas: enseñanza, escuela…
-Organización de la comunidad: entidades sociales, clases, familia, estructura de la propiedad, organización de la producción.

• Pone en relación el devenir histórico de ámbito local en un contexto más amplio, a escala nacional o internacional, manifestando la percepción personal que de los procesos de cambio tuvieron los entrevistados: desarrollo de la tecnología y su impacto en la vida cotidiana, cambios de actitud ante la transformación de las formas de vida, acontecimientos más importantes que se han vivido o se recuerdan.
La escuela debe ofrecer oportunidades para que los niños de 6 a 12 años desarrollen y enriquezcan sus propias ideas acerca de la relación entre el pasado y el presente.
Los argumentos a favor de incluir fuentes orales en el currículo de Primaria son muchos:

1.-Inicia al alumnado en los métodos de reconstrucción histórica. A partir de sencillos proyectos los alumnos pueden:
– Plantearse interrogantes” ¿Qué queremos saber?”.
– Buscar la información obtenida “¿Cómo lo podemos saber”.
-Analizar los testimonios recogidos y dar una explicación a las cuestiones iniciales. “Qué hemos averiguado”. No se trata de formar “pequeños historiadores” sino de desarrollarles habilidades mentales de tipo procedimental que constituyan una base para la adquisición de conocimientos más complejos.
2.- Favorece la formación primera de una conciencia histórica. Identifica al alumno con el pasado al ser él mismo transmisor de una realidad pretérita de la que se siente partícipe, a través del contacto con sus mayores. El alumnado, podrá comprobar a través de su propia indagación que en el pasado vivieron personas que construyeron sociedades y crearon su propia cultura, de la que ellos mismos son herederos.
3.- Estimula actitudes positivas que abren el camino hacia la propia realización personal: el gusto por la Historia y la curiosidad científica, la valoración positiva de los ancianos generando un mayor grado de socialización intergeneracional, el saber escuchar y el respeto a las opiniones ajenas, la cooperación, el debate y la reflexión crítica en el aula…
4.- Desarrolla las capacidades lingüísticas de expresión y de comunicación a través de la técnica de la entrevista, permitiéndole ponerse en contacto con un lenguaje adulto.

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