domingo, mayo 18, 2025
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La educación en el convento de San Francisco (IV). Historia y el esplendor del barrio de San Francisco

ELÍSABETH GARCÍA ROMÁN

El convento de la Madre de Dios y la iglesia que formaba parte del mismo se encuentran enclavados entre las calles San Francisco y San Andrés, y en esta última se halla la entrada a la parte pública del edificio que albergó los colegios de Segunda Enseñanza, Libre Adoptado e Instituto de Educación Secundaria. La calle San Andrés, donde había dos ermitas, ya se cita en un censo confeccionado en 1599.  Por tanto, es anterior al barrio de San Francisco. En la explanada existente delante del convento se celebraban corridas de toros a finales del siglo XVIII y principios del XIX, ya que era la iglesia la encargada de la organización de estos festejos taurinos.

  Nadie sabe a ciencia cierta en qué años se construyeron las primeras viviendas de la plaza de San Francisco, algunas aledañas al convento, pero debió ser a finales del siglo XIX. Se sabe que en el mes de mayo del año 1836 fue tasada la mitad del corral contiguo al convento, propiedad de la Orden Franciscana, con inclusión de su noria, en 32.560 reales. Hacia la mitad del siglo XIX la zona era un verdadero muladar que formaban las tapias de los huertos y corrales de calles adyacentes.

  Sin embargo, con los años, esa plaza adquirió una notoriedad importante al amparo de los proyectos educativos que se desarrollaron en el convento de la Madre de Dios. Además, la primera fábrica de pan existente en la localidad estuvo ubicada en un enorme local de la plaza de San Francisco y allí mismo se instalaron los primeros generadores y transformadores que llevaron la luz a todo el pueblo.

  Pero antes de que en el convento se ubicara un centro de enseñanza, en el barrio de San Francisco hubo otra iniciativa educativa; en concreto una especie de guardería a la que llamaban “escuela de los cagones” que montó una señora, doña Rosita, y que acogía a los niños hasta los seis años de edad, edad a la que ya entraban en la escuela, en concreto en el Colegio Público “Francisco Franco”.

  Los años de mayor esplendor del barrio coincidieron con los del uso educativo del convento franciscano: primero como Colegio de Segunda Enseñanza, después como Colegio Libre Adoptado y finalmente como Instituto de Enseñanza Secundaria. Hay que tener en cuenta que a estos centros asistían alumnos no solo de Alburquerque sino de otras localidades de la comarca como San Vicente de Alcántara, Villar del Rey y La Codosera, cuyos estudiantes se desplazaban diariamente en autobuses al centro educativo. En aquella época existía en San Francisco una panadería y una tienda de ultramarinos que vendían muchos productos, especialmente a la hora del recreo.

  Vecinos de las calles que conforman el barrio, esto es, San Andrés, Alcantarilla, Mediodía y la plaza de San Francisco, recuerdan el trajinar de alumnos continuamente por aquellas vías públicas y cómo hacían gimnasia en la plaza o en la misma puerta del centro.

  Una curiosa particularidad de la plaza de San Francisco es que las casas de una de las aceras pertenecían a las clases más pudientes, entre ellas, los propietarios del convento, y en la otra los comerciantes y obreros. Sin embargo, el trato entre unos y otros siempre fue correcto y los hijos de unas familias y de otras compartían juegos en las calles.

  En la misma plaza de San Francisco se celebró hasta el año 1944 una fiesta de mucha tradición y muy arraigada en la villa de Alburquerque. Se trataba de la Velada de San Antonio, un acontecimiento que atraía al barrio a la mayoría de vecinos de la localidad.

  Algunas mujeres mayores residentes en la plaza de San Francisco narraban cómo el día 12 de junio, día antes de la celebración del patrón San Antonio, las chicas vendían flores, dulces, churros y frutas, actuaba la Banda Municipal de Música y se proyectaban películas de cine mudo en dos fachadas de sendas viviendas de la citada plaza.

  El dinero recaudado era para San Antonio y se repartía a los pobres. Así, cada vez que asistían a misa se les entregaba un vale que, en Navidad, canjeaban por comida o dinero.

  Aunque la fiesta desapareció en 1944, todavía existe la Cofradía de San Antonio de Padua en la localidad. En el año 2024 se recuperó esta hermosa fiesta.

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PORTADA: Imagen de un acontecimiento en la plaza de San Francisco. Prohibida su reproducción.

FOTO 2: Ventanas interiores de las aulas del antiguo instituto ubicado en el convento.

FOTO 3: Entrada principal del convento.

FOTO 4:  Antigua Velada de San Antonio.

FOTO 5: Velada recuperada el pasado año.

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