ANTONIO L. RUBIO BERNAL
“A todos los que se marcharon del pueblo por necesidad y por estas fechas regresan sin saber qué encontrarán de aquello que dejaron; con singular mención a mi amigo José Manuel Leal”.
Puerto de Albahacar, pleno agosto del 2021
¡Hola, Rosita del alma mía! Me lo pediste, “escriba pronto”; y heme aquí. Empiezo porque el otro día salí de fiesta con mi amigo “Canuto”; gran homenaje, ¡ya era hora! Es cuando he “celebrao de verdá” ser bisabuelo. Rico, rico el pestorejo de La Angarilla” (qué “arriscaos” Antonio y Mari Pili). El garito es singular, y se come como a nadie le importa. Me pareció por un momento que viviese en la época dorada de Puerto en la que me divertía de lo lindo en verano con mi amigo Bargón, cuando enredarse con cualquiera era montarse una película; aquellos luengos mediodías, aquellas noches sempiternas de terraza, aquellos efusivos saludos, aquellas profusas risas en medio de la delicada avenencia reinante entre los puertoalbahaqueños; y en vida todos mis hermanos. ¡Qué tiempos! El remordimiento joío, lo único absurdo que me ha “acompañao toa mi vía”, y menos mal que no abarca haberte “dao” confianza, pues mi nuera (¡cómo te has “atrevío” a relatar lo del italiano ese!), “enseguía” me espetó: “claro, como usted le da tanta confianza, pues bien que se despacha, la gachona”.
Y por ley del susodicho, al remordimiento me refiero, anduve de vagar por “el reduto”, las laderas, la cruz de los caídos, el puente seco para terminar en regajales, previo chupito en El Rodeo. Vergüenza siento por mi falta de valentía en involucrarme, ocuparme y participar en todo lo que es común; nada más vi desidia, indolencia y abandono, fruto de un desgobierno, cruel e infame, que hasta las palomas de paso le susurran al oído: “pocos os escuchan, menos os quieren”. Y, como era viernes, aproveché y anduve por “El Cerco del Reaño”, alcahueteando desde el ventanal del Macareno, y hasta miedo vi, se palpa; no hay valor para meterle mano al asunto, se espera que el milagro venga de arriba. Como no hay perras…
Cual patata caliente posa en mi gallotera, y aunque no soy quién, ¿por qué eres tan libertina relatando tus cosas? Yo siempre fui más “comedío”, y mi nieto, creo, que también. Tras leer tu carta se limitó a dejar en mi mesilla una nota que decía: “un favor, abuelo, transmítele esto: no es necesario exteriorizar tu intimidad, y establecer comparaciones aún menos. ¿Será porque añoras? Cuídate”. Me limito a cumplir favores. Quien pareciese que también tuviese barruntas en el corazón es un servidor. ¡A buenas horas manga verdes! Te cuento, saludé a Micaela, “nacía” aquí pero viviendo muchos años en Barcelona, y a su prima Magdalena, más “conocía” por La Trula, de San Vicente, a la que conozco desde cuando vivíamos en el campo. A la primera le formulé la pregunta de rigor: “cómo encontraste el pueblo”, “este ya no es mi pueblo. Se lo han cargado entre una panda de… (me callaré por ser más educada). Se pierde la ilusión de venir”. Y la segunda dos veces, y en La Estellesa, ha “estao” aquí ya. Algo “inesperao”, aun reconociendo que no busco sexo sino amor, para nada llegar a ser “un viejo verde”. Te expresaré mi verdad: sin confianza en mis sentimientos, me aconsejo a mí mismo prudencia, para na quiero perder el recuerdo de mi difunta esposa (¡fuimos tan felices!); pero su vacío existe y no me importaría llenarlo, compartiendo emociones, sin perder la privacidad de mi vida; como aprovechar dos mundos, ¿me entiendes?
Tendrás noticias, el pueblo últimamente arde como la tea, fruto del único tratado capaz de respetar este perdido e informal cabildo con el Honrado Concejo de Mesta de Pastores que nos obliga a respetar por encima de la campana gorda los pastos tanto de invernadero como de agostaderos esperando la trashumancia. Políticos de pacotilla que para nada valoran la trascendencia de las pequeñas cosas. A ver septiembre, en el Congreso, qué trae; bochorno y sinrazón, seguro. Y que se encierra cual toro bravo en la residencia; y a quién representa él sino a la “acctal” (de risas, una alcaldesa que delega sus funciones en el mayor artífice del mal, en el mayor fulero, en quien ha “vivío” de ganarse votos a cambio de ruina); que se encierre en sus pensamientos y analice el enorme mal “causao”, tanto dolor como el “infligío”, tanta envidia como la “incentivá”, y tanta frustración como la realidad muestra. Y que se va a encerrar, ya le valiera… ¿Dormirán tranquilos sabiendo que presiden un consistorio donde la informalidad deviene bandera, la irresponsabilidad banderín de enganche y la indignidad santo y seña? Y mientras tanto, cual “soldao” en garita, Ipal hurgando; jamás Puerto imaginó fuerza tal. Solicitan asuntos al pleno para sacar agallas a estos filibusteros de pobres arcas que sólo saben llevarnos al vacie ante un panorama no sólo triste sino desesperanzador incluso. ¡Te quié’ i’ ya con el par d’ ellos!
Cuídate, Rosita; espero pronto verte por aquí. ¡Es tanta la ilusión y ganas de verte! ¿Recuerdas cuando llamabas y nos veíamos por el teléfono? Ya verás lo lindo que está el rorro; con un brillo. Bueno, y con el trajino que le regalaste, deviene cual pincel. De muaks voy “sobrao”, los que quieras, pero no me olvides, por favor; todo en mí es afecto hacia ti. Recibe lo mejor de este humilde hombre, ya mayor, que ni aunque quisiera podría olvidarte, Ramiro.
Monsaraz, ¡ay, aquellos celestiales agostos en la Villa!, 2021
¡Qué bien, Sr. Ramiro, saber de usted tan pronto; su mágico mundo, entre la realidad y el ensueño! Siempre será un placer, mi única oportunidad, haber tenido este canal entre nosotros, aportando usted setenta y cuatro años, servidora menos de la mitad. ¡Divirta-se, por favor; por que fugir! Una sola vida divertida y gozosa vale al menos por dos aburridas y monótonas. Entre nosotros no debe existir timidez (son ya muchas las cartas que guardo en mi Vault), y aún menos importarnos los lectores; cartas que comunican estado, encierran historias y que sobre todo han ayudado a conocernos.
¿Por dónde comenzar? En principio, por pensar cada uno lo que quiera con libertad. Llevo muchos años pensando en términos económicos; realicémonos como personas, plenamente en nuestro interior. Me imagino su turné, con su colega, recordando al perdido; pero anduvo mucha distancia, ¿no? Y qué casualidad, mire usted por dónde, topó con una hembra. Eu não vou entendê-lo? Me alegro, aunque no le imagino comprometido, pero… las cosas ocurren. Sin miedo, y pa’ lante. Você não vai me apresentar? Claro que sí, iremos volando a Sanvi con mi Merche EQS gris y, tras saludarla, visitaremos Alcorneo, La Ceña, Las Huertas… para terminar en Valencia. Invito yo el almuerzo en “Ka Milio”. Se divertirá de lo lindo, seguro. Respecto a quien comparte su sangre transmítale: “Muchas veces lo discutimos, la libertad como don; yo ejerzo la mía. Siento tu falta de valentía para disfrutar de la tuya”.
Deparando en mí, la realidad me sobrepasa, mire usted. La Universidad, gracias a la mediación del Doctor, Profesor D. Leão Oliveira Rodriguês, Director de mi Tesis, está interesada en mi presencia en el área de nueva creación, “Economia empresarial; o Portugal de que todos precisamos”; Estela, esta mañana, me comunica “un correo de Mattia ilusionado en trabajar con nosotras, “l’operazione potrebba essere suiluppatra meglio” (vendría a ser, “la operación pudiese desarrollarse mejor estando yo presente”); Filipa, como siempre, dispuesta a echar el resto, vendría a la Adega de Borba; y a Estela no le importaría trabajar en el Centro Logístico de Reguengos; así que servidora, sin ser aficionada a replanteos, afronto mi sueño: “enrolarme en la Universidad”, supervisando a la vez todo lo nuestro. ¡Meu Deus, que tudo dê certo!
¡Ay, la Villa, cuántos ríos de tintas nos ha costado! Y siempre el mismo anhelo, que la breva caiga, porque coraje no hay. Bien lo sabe, que incluso últimamente usted ha frecuentado los bares, para copas y excesos, es única; los compromisos son ya otra película, hay abundancia de cangui. Ya viene de lejos. Maldito medo, parede que frustra nossa realização! Y sobre el encierro del baranda, son los últimos coletazos, ni lo ha hecho ni lo hará; en los zancajos tiene que ya ni se le respeta ni se le escucha, salvo quienes todos sabemos. Ha llovido mucho desde aquella movida en Madrid dando explicaciones a miembros del 15-M sobre la situación de las renovables, el “dirertó”, como así le llaman por las redes. ¿Para qué sirvió? ¿Ha visto usted algo? Allá cada cual. Veremos cómo se toma la gente la apuesta de J. Pedro, reconociendo que eso no son sólo palabras; me encanta el coraje de este hombre. Resistencia tiene una nueva oportunidad, prestar su apoyo, pero no con agua y gazpacho, como usted apuntaba, sino despertando conciencias, mostrándose solidaria, dando la cara, pero sin rogar presencias.
Le contaré algo; gozaría yo de mis diecinueve años, en la Taberna nombrada, cuando un hombre, con más menos cuarenta y tantos años, me susurró “vosotras, que presumís del Che, canciones protestas y demás gestos revolucionarios, seréis testigos de la reivindicación de los derechos que aquí se nos roban, entre ellos, pensar libremente”. Lo califiqué de chorrada, créame, ¡mira tú!; tan solo quince años después le doy la razón. Pensar en la Villa ha sido algo que me ha acompañado allá donde quiera que mis huesos hayan topado; su gente, motivo de reflexión (bien sabe que somos variopintos); y las posibilidades de realización dentro de ella una de mis mayores repulsas, posiblemente por ese tipo de gente singular y porculera que, sin hacer absolutamente nada, tanto incordian. Ahí podría arrancar mi cosmovisión. Ello no quita que a personas como usted, a quien conocí dándole las buenas noches con una mochila repleta de apuntes, algún manual de economía, galletas y, por supuesto, un paquetito de tabaco (un mes y pico ya sin dar una calada), le esté infinitamente agradecida de lo que me ha aportado escuchar y leer todo lo que usted sabe sobre Puerto (me encanta su genialidad). A nuestra aventura epistolar, conforme a lo confiado por nuestro mentor, le quedan ocho entregas más y debemos ser egoístas, hablar de nosotros pero con la Villa de telón de fondo. Se acerca lo bueno, la olla está en ebullición; Saneba espera llamada (la refirió usted cuando publicaba anónimamente “¿Se puede? Hasta el corral”, con la inestimable colaboración de su nieto, quién si no). De recibo sería crear un “think tak” al respecto con objeto de estudiar posibles soluciones, aunque si la gente está por perpetuar al peor gobierno posible para ella, con tan elevadísimo número de parados, la gente joven sin alternativas, endeudados hasta los ojos, con enorme crisis institucional y ausencia palpable de democracia, sigan votando “al par d’ ellos” y gocen de tan burlesco espectáculo.
Por este mundo pasó un hombre, Malato de apellido, quien pronunciase algo que siempre me ha hecho reflexionar, “la ignorancia de las masas es la principal fuerza de los gobernantes”, y justo de eso han vivido, y siguen viviendo, los susodichos. ¡Qué triste!, ¿no cree? Gustosa saltaría yo al grito de “¡Fuera vividores de la política!”, pero no caerá tal breva, de momento; el mañana será diferente, si realmente la Villa aprende algo de esta hecatombe, causada por gerifaltes carentes del más mínimo proyecto a desarrollar salvo su subsistencia, para lo cual piden dinero y más dinero, como si así pudiesen continuar por los siglos de los siglos, con la mentira como recurso y el engaño como aliado. ¡Quanto eu daría para ver alguns rostos quando tudo fosse conocido! Sueño con que el futuro sea de puertoalbahaqueños, hombres y mujeres, que vivan para la política, no de ella, pergeñando con entusiasmo todo lo que ahora nos falta: proyectos ilusionantes y realizables, no sortilegio de chorradas sobre el papel y en la imagen: playa, helipuerto, can garden…
Le dejo, las obligaciones me llaman. Andamos de arqueo, y me he traído trabajo a casa; quiero auditar mi parcela para así saber exactamente el estado en que la dejo; espero que saneada y con capacidad de maniobra. Cualquiera escucha a mi papá si no. A usted, no me canso, todo mi cariño y respeto. Queda menos tiempo para vernos y hablar, reír, viajar (“Y volverán las ganas de bailar, aquellas noches locas recorriendo Portugal”, le cantaba yo por aquellos entonces a su nieto), comer, beber y ser felices juntos. Le traje al rorro una cosita de Italia; espero le guste a su nuera, la donairosa. Muak, muak de ésta, su gran amiga, Rosita, La Portuguesa.
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