(A mis distinguidos y desocupados lectores. Esta deuda de gratitud permanecerá mientras dure mi apego al pueblo, que, como alburquerqueño alejado, espero sea de por vida)
ANTONIO L. RUBIO BERNAL
Domingo, 13 de septiembre, los católicos celebran San Juan Crisóstomo, uno de los cuatro Padres de la Iglesia de Oriente. Permitan mis dudas, ¿acaso alguien cree que nuestros políticos harán méritos como para pasar a la Historia con suficiente bagaje de flores por más que repitan “residencias de ancianos” y “servicios sociales”?
A usted, señora presidenta del cabildo, con el debido respeto y consideración personal, me dirijo. Tuve el gusto de leer su Saluda en la revista de la Hermandad de la Virgen de Carrión donde aludía a “la salud” y a “las personas”, olvidando mencionar la economía. No quisiera pensar que desconoce qué mal se verían las dos primeras sin el auxilio de la tercera. Pero no fue ese detalle lo que más llamó mi curiosidad. Para nada. ¿Le gustaría saberlo? Partiendo de mi particular pamplinoseo a la hora de analizar un texto, a final incluía un párrafo que contenía un a modo de canto espiritual con invitación a que “más allá del ruido mediático profundicemos en nuestro interior y valoremos la esencia de la persona; a través de la cooperación y ayuda mutua salvaremos los obstáculos; celebremos la vida en su más amplio significado de la palabra”. Sin cuestionar para nada la autoría de tan noble texto –no viene a cuento-, sinceramente, ¿cree que la política practicada por su gobierno se refleja en las palabras transcritas? ¿Debo interpretarlas como sincera confesión? Sin remilgos; tan angelical parágrafo deviene, a la luz de lo que prosigue, en ofensa a la sociedad alburquerqueña anclada en un serio estado de emergencia social a causa de la política practicada desde hace tiempo, y de la que usted lleva formando parte desde 2007 –ha llovido ya-.
Bajemos al ruedo de lo cotidiano. ¿No cuenta con nadie en su equipo –preferiría que lo hiciese usted personalmente, claro-, con el suficiente coraje político como para rebatir aquello que yo, por ejemplo, afirmo en mis escritos? Pareciese como si esta crónica semanal de la realidad local, extraoficial y apartidista, que le atribuye (des)gobierno, desatención, colapso financiero, bancarrota, sociedad olvidada del progreso, sola entre quejidos, no mereciese la más mínima réplica. Vamos, como si no existiese. Triste, rayando el desconsuelo. Incluso sabiendo que cada día incrementa el número de sus asiduos lectores, ustedes no se dan ni por aludidos. Otros políticos saldrían en los medios a desmentirlo, e incluso a atacarlo. ¡Pero qué se ha creído éste! Pues ni aun por esa. Baste con la callada por respuesta. Y qué está ocurriendo. Se lo explico en pocas palabras: los más avispados comienzan a pensar ¿será verdad? ¿A qué se debe tan vergonzoso mutismo? ¿Por qué nadie del ayuntamiento ofrece una mínima explicación o rebate lo dicho? Así las cosas, le daría, una vez más, un consejo: ya no vale sólo con tachar a los discrepantes de “enemigos del vadillismo”; se hace necesario aclarar realidades, precisar cuentas, explicar el porqué de la pérdida de subvenciones; la gente está harta de su proceder y quiere entender por qué mientras los demás pueblos avanzan –porque reciben ayudas-, nosotros permanecemos sucumbidos en la total ruina porque todo nos lo quitan. No vaya a pensar que no es gorda.
Fíjese, mi paisano Antonio Aparicio –ojala fuese espejo para muchos-, al que bien que aprecio, en su singular artículo titulado “Días de inseguridad, fechas pasajeras”, se lo repitió hasta la saciedad: MÁRCHESE, es decir, abandone el cargo. Por mi parte le pediría, a usted y a su equipo, que si decencia política les queda, con humildad, dimitan en bloque, con usted al frente, y den paso a otros compañeros. Visto lo visto, les ha quedado grande la responsabilidad contraída con la villa; bien han quedado utilizando hasta la saciedad la palabra “proyecto” para indicar sólo “cortinas de humo por doquier” (playa, aeródromo, parking, etc.), justo lo que para nada necesitamos por ser “pura fantasía”.
¡Querido Abu/al/Qurq, tú bien mereces otra “cosita”!; que la moneda te muestra la otra cara para endulzar el agrio presente, que rulen en tu seno la lealtad y honestidad de tus representantes políticos, que la fraternidad y cariño entre tus vecinos vuelvan a lo que fue costumbre, que la solidaridad entre todos se haga realidad, que se superen rencillas partidistas, que todos volvamos a ser valorados y necesitados, que se actúe con sensatez para poder afrontar los duros tiempos que se avecinan. Y en ese contexto descrito sí tendrían cabida las palabras de nuestra presidenta: “valoremos la esencia de la persona”, “cooperación y ayuda mutua”, “celebremos la vida”; no que, por el contrario, ahora suenan a músicas celestiales con solos de cantos de sirena; y baste ya el tiempo gastado en tanta fútil altanería, tanto desatino en el proceder diario y tanta palabrería de profeta que en la más soez de las miserias nos tienen sumidos. Me limito, como en otras ocasiones, a tenderle la mano en pro de mi querido pueblo; y lo hago con humildad y públicamente por no poder hacerlo en persona, que ya me gustaría. Siempre la rehusó; no sé, quizá, aparte de poderle caer mal, pensando que mi única pretensión era vilipendiar su persona en mis escritos. Craso error. Si lo desconocía, se lo repito: lo único que me ha preocupado siempre ha sido su gestión -¡nefasta!, por cierto-, gestión que debiera abochornar a quien con orgullo debiera ser nuestra alcaldesa, la de todos los alburquerqueños.
Quizá recuerde el día que, tras analizar su primer año de regencia, le cité a Margaret Atwood (“La gente con miedo es capaz de sacrificar derechos a cambio de una falsa seguridad”, El cuento de la criada), pues llévese por cuenta que cada día que pase quedarán menos que estén dispuestos a ello. Mala cosa es la desgracia, créame.
Es lo que hay, señora corregidora. Desde mi dacha, de nuevo, feliz domingo.
Y como repite mi buen amigo Luria en nuestras largas caminatas: “el puto Covid sigue ahí; manda narices con su leche. Y la gente sin miedo, sin mascarillas y venga bares, cumpleaños y botellones; la terminación será joía. Salga el sol por Antequera y póngase por donde quiera”.
_____________
Portada: Imagen incluida en el programa electoral de Murillo al frente del PSOE con la promesa de una playa en Carrión.
Foto 2: Imagen de la promesa realizada en 2015 por Vadillo de reformar toda la Alameda y hace un parking subterráneo de dos plantas debajo.
Visitas: 0