En lo que ha sido el comportamiento más vergonzante que jamás hemos visto en el campo de fútbol y en general en nuestro pueblo, el alcalde Ángel Vadillo abandonó las instalaciones del estadio municipal Juan José Marmelo, dejando a todo el mundo plantado, porque no le gustaron las palabras del entrenador, Santos Granado, quien hizo unos comentarios razonables y cargados de razón.
Pero vamos por parte. En un terreno de juego que es un auténtico patatal, como hemos podido comprobar al pisar el barro, tenía lugar en una fecha atípica la presentación de todos los equipos del Club Polideportivo Alburquerque, más de cien jugadores, desde niños hasta adultos. Había mucho público, al menos 400 personas.
El presentador, muy bien como siempre Pablo Cordovilla, había anunciado el turno de intervenciones previstas por el club: jugadora de la cantera; jugador del primer equipo; entrenador de éste último, presidente y alcalde.
Así, comenzó hablando una niña de las categorías inferiores, quien animó a las pequeñas del pueblo a dejar atrás los complejos y jugar al fútbol. Seguidamente tomó la palabra, Chico, en representación del primer equipo. Este recordó cómo empezó su afición por este deporte gracias a su padre, Manuel Gutiérrez, que fue presidente del club en el primer ascenso de la historia a Tercera División. Recordó también a la anterior presidenta Raquel del Pozo y alabó la valentía de la nueva directiva al tomar las riendas del club.
Posteriormente, tomó la palabra el entrenador Santos Granado, quien habló de cómo la directiva ha confiado en él, de sus pupilos, y como era su obligación, del estado del terreno de juego. Dijo en concreto que correspondía a los “políticos”, sin citar a nadie, tener un campo en unas condiciones dignas para jugar y, lo que es más importante, para aprender a jugar. Señaló que esperaba que la situación cambiara próximamente.
En ese momento, Ángel Vadillo, que estaba esperando su turno junto al presidente José Pablo Díaz, se dirigió a éste con cara de pocos amigos y le hizo un comentario. Entonces, José Pablo fue al escenario dispuesto cerca del graderío, con mucho público, y habló con Cordovilla, quien dijo entonces que la última intervención sería la del presidente del club. Evidentemente el alcalde había rechazado hablar porque no le gustó la verdad absoluta que comentó Granado.
Pero la cosa no acabó ahí, sino que mientras hablaba José Pablo, Ángel Vadillo, en lugar de escuchar al máximo mandatario del club, como era su deber, y con una falta de respeto total, se marchó. Salió del terreno de juego, sin hablar con nadie, mientras la mayoría de las personas asistentes le miraban sin dar crédito a lo que veían. Nuestro alcalde pasó por delante de la caseta, sin detenerse, enfiló por detrás de las gradas y abandonó el campo de fútbol.
Lógicamente, los comentarios de entrenadores, jugadores de la primera plantilla, y personas en general, era la vergonzosa actitud de Ángel Vadillo. Por cierto, unos padres de niños de la cantera nos contaban que un árbitro comentó en el último partido en el otro campo, el de las pistas de atletismo, donde juegan los niños, sin vestuarios, sin luz, sin hierba, en un barrizal, que, si le tocaba volver a Alburquerque, no volvería a pitar más en esas condiciones y que suspendería el partido.
Recordemos que el pasado año, en esta misma presentación de todos los equipos, allá por septiembre de 2017, el alcalde prometió en su intervención que en esta temporada el campo de fútbol sería ya de césped artificial. Y luego acusa a otros de mentir…
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FOTO DE PORTADA: Ángel Vadillo abandonando el campo de fútbol por las palabras del entrenador.
FOTO 2: Santos Granados, en el momento de su intervención.
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