Ir al paraje de la Cruz de San Blas este fin de semana ha sido una experiencia realmente grata. Allí ya no se van los alburquerquerños a comerse el bollo, porque esta tradición está prácticamente desaparecida. Tampoco existe allí ya el circuito de bicicletas (BTT) que, durante unos años, pareció que iba a ser un acontecimiento que durara para siempre y que atraía a mucho público, sobre todo cuando se cambió aquel circuito del Risco de San Blas, por la bajada desde el castillo hasta el parque de José Castro, antiguo Llano del Pilar, con aquel salto espectacular en las escaleras del patíbulo.
Ahora hay un acontecimiento que parece haber venido para establecerse. Ojalá sea así. No vamos a hablar de deporte, porque ya sabemos que estamos vetados y nadie nos ha dado información de esta competición, sino solo de lo que vimos allí ayer con la caída de la tarde.
El ayuntamiento ha hecho un gran trabajo de acondicionamiento de la zona baja del paraje de San Blas, justo donde quiso construir chalets y un grupo de vecinos lo impidieron con una recogida de firmas. Ahora se ve que era preferible este uso y, por supuesto, más sostenible ambientalmente y posiblemente generador de ingresos.
En lo alto, la Cruz de San Blas, con un manto de vegetación amarillo a los pies del Risco; abajo, unas instalaciones que ya las quisiera tener el fútbol en Alburquerque. Al entrar te encuentras con una gran animación en un espacio amplio: a la derecha, una larga barra de bar para atender a los jugadores y sus familiares. De allí, y pasando una rampa de cemento construida este mismo año, vas accediendo a la zona de acampada, con abundante césped, y a las dos pistas de balonmano playa, con sus dos correspondientes graderíos. Estaban a tope a las 8,30 de la tarde, porque en las horas de mediodía y por la siesta el calor era insoportable, según los comentarios. Y para complementar todo, la piscina a unos 50 metros.
En AZAGALA hemos hablado muchas veces de la capacidad de Agustín Rubio, responsable del Patronato Municipal de Deportes, para organizar eventos deportivos, en los que él no se limita a disponer, sino que da el callo como el que más, o más que nadie. Y esta vez ha vuelto a acertar. Desde esta revista queremos felicitar al ayuntamiento de Alburquerque por haber dotado a aquella zona desaprovechada de unas excelentes instalaciones para un acontecimiento que ojalá dure muchos años.
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