La alcaldesa ha enviado un escrito a cada trabajador municipal en el que les hace saber que para solicitar vacaciones o cualquier tipo de permiso o eventualidad, como podría ser por ejemplo el permiso por hospitalización de un familiar, es obligatorio a partir del pasado 21 de enero tener el “informe favorable del Asesor de esta Alcaldía”, es decir que hay que pasar la criba de Vadillo para conseguir su visto bueno. Además, les exige que comuniquen con 10 días de antelación la necesidad que tengan los funcionarios y el personal laboral.
Sin negociación colectiva, sin dar información a los delegados de personal, pisoteando el Estatuto de los Trabajadores y sus derechos laborales, la alcaldesa pretende someter a la voluntad personalísima de Vadillo cualquier decisión sobre los permisos o eventualidades de los trabajadores. Es evidente que ha sido el ex alcalde quien le ha exigido a Murillo que tome esa decisión, con el fin de amedrentar al personal y ganarse los favores que luego les echará en cara si les da un permiso al que tienen derecho por ley.
Eso es puro feudalismo, y si los trabajadores y el pueblo en general nos callamos ante esta nueva cacicada, es que nos merecemos todo lo que nos está pasando y lo que nos queda por ver.
En este sentido, Ipal lleva una pregunta al pleno de mañana, decretado por la alcaldesa de forma arbitraria a puerta cerrada y a las dos y media de la tarde para que no haya testigos, en la que tras poner en duda la legalidad de esta circular de Murillo, le preguntan si puede delegar esas funciones en alguien ajeno a la corporación, y también qué pretende con esta medida “si no es darle mayor visibilidad y protagonismo a la muy deteriorada figura de su mentor”.