ANTONIO L. RUBIO BERNAL (PUBLICADO EN LA EDICIÓN IMPRESA DE AZAGALA EN 2015)
No menos que risa merecen palabras como que nuestro Alcalde pidió “una oportunidad para el diálogo y la negociación a quienes solo entienden el lenguaje de la imposición”; es decir, reclama justo la medicación que él ha negado a quienes llevan años y años sufriendo su falta de tolerancia y respeto, y si no, escuchen las voces de los colectivos locales y la fuerza de la oposición. Y nada mejor que para muestra un botón, qué ofreció a la hora de afrontar la hospedería. Se hace en el Castillo Álvaro de Luna porque así lo quiero yo, parece desprenderse de la información que llega del militante socialista próximo al anterior Presidente de la Junta.
Lo malo no es sólo eso, sino que mientras que se dicen simplezas y se apela a la no resignación y volver a la carga absurda e ineficaz de gastar tiempo en Madrid reivindicando lo que él sólo sabe, el deterioro del bienestar de muchas familias alburquerqueñas parece cabalgar de modo desbocado por nuestras calles, fruto de una ineficaz gestión municipal que incluso nos ha llevado a perder una de las pocas muestras de solidaridad del gobierno central con el pueblo: los fondos Aepsa, antiguo PER, sencillamente por no cumplir, quien ahora quiere exigir, las obligaciones que todos nosotros tenemos con la Seguridad Social. Lo que cuesta que algunos entiendan las condiciones del pacto: si quieres recibir, tendrás que contribuir. Pero no queda ahí. Tras nuestras orejas ronda la cuantía de la estratosférica deuda comunal bancaria que hace que todos nosotros seamos deudores de un buen pellizco, y para arreglar el entuerto no se le ocurre otra cosa mejor que, ahora, cuando todos estamos con la soga al cuello a causa de una crisis injusta y cruel, subir los impuestos, destacando en ello más que cualquier otro pueblo vecino.
Como diría el opositor venezolano “el pueblo no puede seguir esperando soluciones que sabe no van a llegar”. Desde la información libre y veraz que siempre este medio ha pregonado expresar nuestro desencanto cívico y democrático porque no se exijan responsabilidades, no sólo políticas sino también jurídicas, a quienes intentan alargar la agonía del pueblo con mentiras. Pero qué podemos esperar de quienes ni siquiera muestran sensibilidad con un humilde y grandioso museo etnográfico como el que tenemos la suerte de disfrutar.
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Portada: Todos los miembros de la oposición en Alburquerque.
Foto: Marcha en apoyo de la oposición en Venezuela.