sábado, noviembre 15, 2025
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Las mejores portadas de Azagala (16)

Aureliano Sáinz

Nos adentramos en el 2023, es decir, en un año muy cercano a las fechas actuales. Año de gran transcendencia, puesto que, como podemos recordar, en el mes de mayo se celebraron las muy esperadas elecciones municipales que vendrían a ratificar la candidatura de IPAL como la más respaldada electoralmente, al tiempo que reafirmarían a Manolo Gutiérrez como alcalde de Alburquerque

Puesto que los años comienzan en el mes de enero, en nuestro caso iniciamos la nueva andadura con el 133 de Azagala. Por entonces, las futuras elecciones estaban tan presentes en la mente de todos que en la propia carta del director de ese número se nos dice: “El año que hemos empezado va a ser decisivo para el futuro de Alburquerque, porque el domingo 28 de mayo de 2023, nuestro pueblo se juega la recuperación de la senda del progreso, la dignidad, la modernidad, o la vuelta al pasado reciente más oscuro, con su oscurantismo, la ruina económica y moral y la desidia que ya sufrimos durante muchos años”.

Y es que todavía sobrevolaba y asustaba la idea de que el causante de la ruina del pueblo pudiera presentarse a las elecciones. En cierto modo, había algo de semejanza con esas tétricas imágenes de Halloween en las que los muertos resucitan para vengarse y aterrorizar a la población… No obstante, como ahora bien sabemos, esa sospecha no llegó a producirse, por lo que, por fin, entramos en la tan ansiada normalidad democrática; aunque, eso sí, cargando con la terrible mochila que nos dejó en herencia el susodicho individuo.

Avanzamos en el año y, como bien podemos observar, en las portadas de los números 134 y 135 se recuperan de nuevo las imágenes de personajes de Alburquerque que participan en eventos tan significativos como son el Carnaval y la Semana Santa. Imágenes que, de un modo u otro, nos han ido acompañando desde que Azagala viera la luz en el ya lejano 2008.

Puesto que, tal como indico, las tan esperadas elecciones presidían el ambiente que se respiraba en el pueblo, quisiera citar un artículo imprescindible del número 134, y que tenía por título “Los ocho alcaldes de Alburquerque”. En él aparecen las fotografías de sus protagonistas y un resumen de sus trayectorias, siendo hasta ese momento: Javier Carretero (1979-1979), Juan Viera (1979-1984), Arturo Álvarez (1984-1987), Emilio Martín (1987-1995), Ángel Vadillo (1995-2019), Marisa Murillo (2019-2022), Manuel Gutiérrez (2022-2023) y Juan Carlos Prieto (2023-2023).

En la larga historia de Azagala se suele recordar a colaboradores, suscriptores y lectores que nos han dejado definitivamente. En esta ocasión se menciona al infatigable y buen narrador que era Juan Díaz, quien, desde los inicios, no faltó en ninguna ocasión a sus páginas, cuyos escritos siempre se cerraban con un enigmático “Por Alburquerque Todo”.

En el número 135 se reitera la incertidumbre que habita en las mentes de los alburquerqueños, por lo que  no es de extrañar que la carta del director se inicie con un título premonitorio: “A un mes del entierro final”, ilustrándose con fotografías, de plano medio, en las que aparecen Manolo Gutiérrez, Luis Paniagua y Juan Carlos Prieto, quienes, efectivamente, darían la puntilla a esa etapa triste y sombría llamada vadillismo.

Por segunda y tercera vez se editan dos números especiales de Azagala dedicados a las elecciones municipales. La ocasión lo merecía. Son ejemplares de pocas páginas, pero absolutamente imprescindibles para entender el antes y el después de las elecciones que se celebrarían el domingo 28 de mayo.

El número 136, a todo color, apareció antes de las elecciones. A los tres candidatos, de IPAL, PSOE y PP, se les trataba con igualdad de criterios, tanto en sus páginas como en los debates que se llevaron a cabo en TDA, Baldío, RCA y la propia revista que acogía en sus páginas los textos que las candidaturas habían enviado a la redacción de la revista.

En el 137 ya se conocían los resultados. Ahora se sabía que IPAL había obtenido una mayoría que le permitía gobernar en solitario. Pero lo más interesante desde el punto de vista periodístico es el extenso artículo a tres páginas titulado “Historia de las elecciones en Alburquerque”, donde se recogen y se describen todas las que se han producido en la Democracia a partir de 1979.

Ambos números son un ejercicio de auténtico periodismo, ejemplos de neutralidad e independencia de una revista que siempre ha mantenido esta línea, al tiempo que se hacía palpable la importancia que tiene la revista Azagala como medio de información imprescindible en Alburquerque.

Dos esculturas muy distintas protagonizan los números 138 y 139. La primera corresponde a una imagen de San Francisco de Asís que se encontraba en el interior del pozo del convento del mismo nombre. La segunda, magnífica, ya no necesita explicación, pues el Caballero Medieval del escultor Pablo Lapeña se ha convertido en un verdadero símbolo de Alburquerque. (Por cierto, ¿cuándo se le concederá a Pablo Lapeña el título de hijo predilecto de Alburquerque?).

Resulta difícil sintetizar tantas informaciones y artículos que aparecen en estos dos números. Pero sí quiero destacar que en sus páginas se informa del fallecimiento (el 13 de agosto de 2023) del gran historiador británico Edward Cooper, a quien tanto debemos en la lucha por defensa del Castillo de Luna. Dos años después, en este 2025, se ha hecho justicia con un muy merecido homenaje, de modo que en el Centro de Interpretación del Medievo queda recogida su semblanza y una síntesis de su trabajo como investigador de los castillos de nuestro país y, con especial significación, de los del Reino de Castilla.

Nos vamos acercando al final de 2023, pero aún quedan dos números por editar..

“Siempre creí que Las Laderas estarían allí toda la vida”, escribe Manolo Gutiérrez en nuestra revista. “En los años de mi infancia, los chicos del barrio, El Reducto, casi nos criábamos entre esos impresionantes árboles”, sigue diciendo, “por lo que la nostalgia te hace difícil desligar la imagen que conservamos del paseo…”. Y qué razón tiene el actual alcalde: para varias generaciones, Las Laderas, fueron el lugar inolvidable de nuestras vivencias y de nuestros mejores recuerdos en Alburquerque.

Cuando recibí este número 140 me llevé una gran sorpresa, puesto que uno de mis grandes amigos de la infancia, Diego Bas (magnífico maestro) había escrito un artículo sobre mí, a doble página y cargado de fotografías, sin que yo supiera nada previamente de ello. Huelga decir que los buenos amigos son fuente de gratos e inolvidables momentos compartidos, que cuando se traen al presente uno se hace consciente, tal como apuntaba Aristóteles, uno de los grandes filósofos de la antigua Grecia, de que nuestro paso por este mundo merece ser vivido cuando se cuenta con esos buenos amigos que te acompañan por la intrincada senda que es la propia existencia.

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