EUGENIO LÓPEZ CANO
Está situada a espaldas de la iglesia de Santa María del Mercado, hoy arruinada y convertida, por desgracia, en gallinero.
Un templo, en tiempos, “con la facultad de exempcion de parroquia y poder celebrar sus funciones con sus capellanes a la que está agregada la hermandad con el título de la Misericordia e Instituto, se dan mortajas a los pobres, compuesta en lo antiguo de yndibiduos de la primera calidad y en la actualidad, los más son labradores y gente onrrada” y hoy, como decimos, transformado en un miserable estercolero, sin que la propia Iglesia y sus cristianos hagan nada para honrarla, un espacio, aunque exclaustrado, que bien se merecía que se le diera un justo fin.

La fachada se exteriorizaba con dos vanos de noble cantería, uno que corresponde a la puerta principal, de arco de medio punto, y el otro a una ventana de luz, a la derecha. En los muros de la nave mayor se adivinan los arranques de la bóveda de cañón y las dos capillas de arco de medio punto rebajado en la Epístola. El testero es plano y sobre el presbiterio se elevan los restos de una cúpula semiesférica, sobre pechinas, sostenidas por cuatro arcos torales. En el muro de la derecha se observa igualmente la puerta adintelada de acceso a la sacristía, de planta cuadrada, así como restos de pinturas murales y una columnilla de granito, artísticamente labrada.
Cuando dejaron de existir la iglesia y hospital de la Santa Misericordia –posiblemente el solar que se halla a su izquierda- sus funciones fueron las referidas a dicha Cofradía, para convertirse más tarde en asilo de pobres transeúntes, todavía existente en 1929, incluso, hasta hace poco, ya en ruina, y con peligro para las personas, sirvió de refugio a vecinos y forasteros indigentes.
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