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Un café “manchado” con debate, autocrítica y esperanza en un Alburquerque nuevo

Jesús Martín, joven honesto y con muchas ganas de trabajar por el cambio, se presentó como próximo concejal

Justo veinte personas asistieron al café-debate planteado como iniciativa innovadora, interesante y transparente por Manolo Gutiérrez, portavoz de Ipal. El acto se celebró en el reluciente comedor de la planta baja de Tegamar y fue todo un ejemplo de lo que debe ser el Alburquerque nuevo, con diálogo, acuerdos, transversalidad y autocrítica. Y fue esto último lo que, acertadamente, hizo Gutiérrez, en tanto señaló que él es el único culpable de crear la expectativa de cambio en el pleno del pasado jueves, porque pensaba que con la dimisión de toda la oposición, se disolvería el ayuntamiento y una gestora formada por técnicos se encargarían de gestionarlo. Sin embargo, tras consultar a abogados en un tema para el que no existe precedente, al final se enteraron de que, efectivamente, se disolvería la corporación, pero los concejales que no dimitieran, esto es, Murillo y sus cuatro comparsas, seguirían en esa gestora y la presidiría la actual alcaldesa. O sea, la solución sería aún peor.

Gutiérrez pasó entonces a hablar de la segunda alternativa, la entrada de dos nuevos concejales en el grupo socialista, algo que se producirá próximamente porque ya están pedidas las credenciales a la Junta Electoral Central, en Madrid. Cuando esto sea efectivo, la oposición contará con 7 concejales por 5 del gobierno local. Ese sería el momento de quitarse de en medio a Vadillo, que no podría ejercer de asesor, y que él y Murillo perdieran los sueldos que todos les estamos pagando religiosamente.

En ese momento intervino uno de los presentes, Jesús Martín Chaves, un joven honesto, inquieto y muy sensible con los problemas de Alburquerque, quien desveló que él uno de los concejales que van a entrar para acompañar a Prieto, e insistió en ese nombre, Juan Carlos Prieto, porque aunque aseguró que siempre ha sido socialista, él se presta a colaborar para conseguir el cambio en el pueblo, para sumar, sin sectarismos. Añadió que no venía a defender al partido a nivel regional ni nacional, sino a contribuir a hacer un Alburquerque mejor y dijo confiar en Prieto, pero también en la oposición que hace Ipal.

Luego tomaron la palabra diversas personas presentes y se abrió un debate con posturas diferentes y sin cortapisas, porque el café con Gutiérrez estuvo teñido de libertad, verdad y esperanza y, como decimos, fue transversal porque se dieron cita tanto personas conocidas de la izquierda como conservadores y centristas. Todos unidos por una gran preocupación debido a la dramática situación a la que el vadillismo ha conducido a Alburquerque.

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Foto: Jesús Martín Chaves