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Una trabajadora represaliada e intereses inconfesables

En su última concentración por ahora, todos los miembros del Grupo de Trabajadores afectados por los impagos aparecieron con un cartel donde ponía “Todos somos Esther” para mostrar así su apoyo a una trabajadora represaliada por defender sus derechos. Según explicaría después Agustín Fuentes, encargado de leer un duro comunicado, Esther, que lleva muchos años en el consistorio, ha estado de baja por ansiedad causada por la situación y al incorporarse la han desalojado de su despacho sin darle ninguna explicación y le han quitado todas sus funciones, de forma que la han colocado en una mesa sin nada que hacer. “Es una gran profesional, pero eso a ellos no les importa”, aseguró, porque su único pecado ha sido ir a la plaza a reivindicar sus derechos laborales y leer algunos manifiestos.

Lo que le han hecho a esta mujer tiene un nombre…

Fue el primer momento emotivo de la noche que se saldó con un largo aplauso de todos a Esther, que estaba allí presente dando la cara como ha hecho siempre.

Fuentes recordó que los trabajadores cogieron el testigo de los miembros de la policía local, de Juan Pedro Pulido y del sindicado USO y ahora tendrán que ser otros quienes lo hagan, y contarán con su apoyo. Y tiene toda la razón porque todos somos afectados.

Recordó que han celebrado más de 30 concentraciones y han estado más de 100 días en la puerta del ayuntamiento, registrando cada día una solicitud para cobrar sus nóminas, sin recibir nunca ni una sola respuesta. “Es el atropello de quienes se creen por encima de ley y rechazaron las ayudas”, señaló, en referencia a la Diputación.

Habló de la “soberbia” de nuestros gobernantes y de su “defensa a ultranza de lo indefendible, inviable, imposible, de lo irreal, de lo nefasto para Alburquerque y su gente”. “Su actitud cobarde es la huida hacia ninguna parte”.

Agustín incidió en que este Grupo intentó que “todos formarais parte de esta lucha por recuperar la dignidad del pueblo y recuperar Alburquerque, pero no hemos conseguido llegar a calar más en la sociedad alburquerqueña, aunque ello habría supuesto un cambio más rápido”.  “Ellos no nos sacarán de la ruina, pero tampoco saldremos sin el compromiso de la mayoría y tendrán que ser nuestros hijos o nietos quienes lo hagan”, señaló.

Fuentes anunció que este será por ahora su última concentración, pero las convocarán de manera puntual dependiendo de las circunstancias. “Esto no es una rendición”, añadió, para terminar asegurando que “está en nuestras manos que Alburquerque tome la senda del cambio”.

Para terminar pusieron un momento de la intervención de Blanco-Morales, vicepresidenta de la Junta, en su comparecencia en la Asamblea cuando dijo: “ese empeño en mantenerse a toda costa en perjuicio de sus vecinos solo me cabe pensar que obedece a intereses inconfesables… Si hoy mismo dimitieran, les garantizo que la Junta hará todos los esfuerzos necesarios para restituir el buen gobierno del municipio”.