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Con ¿prevaricación y alevosía?

Desde que en la tarde del jueves pasado esta revista publicara en exclusiva que la “gran sorpresa” que Murillo y su gobierno guardaban como oro en paño para salvar todos los males de Alburquerque, ese “cambio radical en la política y en la gestión”, era el fichaje del crack que ha reventado el ayuntamiento sin dejarlo ni un solo día en 26 años, comenzaron a arder las redes sociales contra este insulto a la inteligencia de los alburquerqueños y a la paciencia de muchos. Poner al pirómano a apagar el fuego”… ¡Toma ya! Y dice Murillo, Pipo, Santalla y no sabemos si alguien más que el “pueblo lo necesita como agua de mayo”, con total descaro, que vuelve el “mejor gestor que conoció jamás esta villa”, como si alguna vez se hubiera ido y como si el ayuntamiento nadara en la abundancia.

Pero, ojo, esta decisión puede costarle cara a la alcaldesa y tal vez a alguno más, como venimos avisando, dado que hay juristas que entienden que podría ser un presunto delito de prevaricación, recogido en el Código Penal. La prevaricación es un delito que consiste en que un servidor público dicta una resolución arbitraria en un asunto administrativo a sabiendas de que dicha resolución es injusta y contraria a la ley”. En este caso es injusto en tanto hay 200 trabajadores que no cobran sus salarios y encima se contrata a un “asesor” con 14 pagas de 1500 euros limpios, como denunció ayer Manuel Gutiérrez, portavoz de Ipal, teniendo en cuenta además que el beneficiario fue el que llevó al pueblo a la ruina y encima está condenado a una pena de inhabilitación para ejercer cargo público.

Y si nos atenemos a lo que entendemos por alevosía en el lenguaje coloquial, no en el judicial o penal, es evidente que Murillo y su gobierno parecen desafiar encima a los trabajadores, traicionar a todos esos que se manifiestan, diciéndoles: “no queréis café, pues tomad dos tazas”. Sin cobrar hasta 5 y 6 meses, sin un euro para pagar nada, y contratan a otra persona, con un gran sueldo, y encima al mismo que ha provocado que los trabajadores estén en una situación crítica y dramática.

No seremos nosotros quienes juzguemos el asunto, pero hay quienes apuntan al menos al presunto acto de prevaricación.

Tras la concentración de ayer, Manuel Gutiérrez acusó a la alcaldesa de reírse de todo el pueblo y “por arte de birlibirloque volver a la misma receta que nos ha llevado a la ruina”. Así, señaló, contratan a Vadillo para que “haga lo que no ha dejado de hacer nunca, porque en ningún momento ha abandonado el ayuntamiento y es el responsable de la gestión actual y dela pasada que nos ha llevado a la ruina total”.

El portavoz de Ipal señaló que “Murillo pasará de ser marioneta a supermarioneta y solo quedará para sentarse en el sillón en los plenos y no dejarnos intervenir”.

“Han expulsado de su despacho al trabajador que lo ocupaba desde hace muchos años para que el dueño del cortijo se siente allí”, señaló Gutiérrez, “en represalia por haber exigido sus salarios y como aviso para los demás”.

Recordó que el PSOE ha dado el paso y expulsado de su grupo a todos los concejales menos a uno, Juan Carlos Prieto, que es, dijo, “el único que se ha puesto del lado de la verdad” y pidió a dicho partido que vengan a Alburquerque a decir que “estamos con nuestro concejal y con el pueblo de Alburquerque”.

Gutiérrez aseguró que la solución no va a venir del ayuntamiento, sino que los trabajadores y los medios de comunicación están forzando a otras administraciones a tomar la iniciativa de resolver una situación que afecta a todo el pueblo”.

Aseguró que a nuestros gobernantes “los han echado de todos sitios, de la Diputación y de la Junta”, pero a ellos solo les interesan sus poltronas, sus sueldos que cobran todos los meses y que no se levanten las alfombras”.

Respecto a la presunta prevaricación al contratar a Vadillo señaló que “está claro que la situación es injusta y la ley interviene para que haya justicia”.

La intervención íntegra de Gutiérrez puede verse en el siguiente vídeo: