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Cartas emponzoñadas (XV)

ANTONIO L. RUBIO BERNAL

Dedicadas a ti, que estás ahí en cada entrega  y con tu lectura has logrado que lleguemos al ecuador de esta ilusionante aventura. Con el propósito de que disfrutes, correspondido siempre.

Puerto de Albahacar, próximo ya el verano 2021

Querida Rosita. Ojalá al recibo de ésta, mi carta, te encuentres como siempre, cual rosa de primavera; ahora ya muy contenta con la apertura de la frontera, ¿verdad? Perdón por el atrevimiento, para cuándo vendrás. Te recuerdo, quizá, en demasía; pero me encuentro bien, gracias a Dios, salvo lo que a continuación te confieso.

Ando renco; sufro un ataque de artrosis en la rodilla izquierda que me tiene maltrecho; tanto que tuve que recurrir a las “untauras”, ésta de árnica con aloe vera. Por si no lo sabes, es una planta que la usaba mi padre como antiinflamatorio, cicatrizante y sedante para los animales y en las personas es muy recomendable para esto mío; en gel, hecho con  alcohol de romero, calma mucho. ¡Ay, lo que recuerdo a la pobre mi madre cuando expresaba: “hijo, la felicidad es la ausencia de dolores”!

Ni tan siquiera sé si debiese, no sea que vuelva a “levantar la liebre” y se forme otra vez “la de San Quintín”. A eso de las nueve pasadas de una noche de éstas de lluvia vi la luz del cuchitril “encendía”; en principio pensé que me la había “quedao olvidá” y, por no escuchar a mi nuera, me acerqué. Pero qué dices, encontré a mi nieto con el “ataillo” de tus cartas entre sus manos. Le faltó el tiempo: “abuelo, déjame solo”. Se me cayeron los palos del sombrajo; fue tal el nudo en la garganta que no supe qué contestar, estaba llorando. Lo mismo no eres la más indicada, pero verle así me trastornó. Al rato salió, ni se sentó a cenar, dio las buenas noches y marchó a su cuarto cabizbajo. Por la mañana, a las siete y cuarto, como siempre que duerme aquí, salí a despedirlo, y con mirada apenada me soltó: “Gracias, abuelo; son tuyas, las tienes todas en la caja de zapatos, pero, por favor, no las destruyas nunca”. No supe qué pensar; es tan “rejoío”.  Jamás se había dejado ver de esa guisa, como si se hubiera “confundío” con la que tú bien sabes. Lo mismo estoy yo “trabucao” pero quisiera pensar que te sigue amando. ¡Si Dios me escuchase y vuestros caminos volviesen a encontrarse! No quiero darle más vueltas; mi nuera, que bien sabes cómo es, no se anduvo con miramientos y le “espetó” hace bien poco: “¡niño, sigues “colaito” por la “Mirla Blanca” (así te llama); monta el nido y a volar!”. Lo que estoy pasando; tú, en tus treces, y a él no sé si algún viento le será favorable pero, que yo sepa, no navega a puerto alguno; sólo le preocupa pasar el tiempo pero no cómo aprovecharlo.

Conforme a nuestro compromiso te ofreceré unos “brochazos” de Puerto, no sin la valiosa ayuda de la Mari, “La Chica de Oro”, pues bien sabes que solo soy incapaz. Corría el 27 cuando Ella, quien no dice ni “mu”, llevó a Pleno solicitar un nuevo crédito “pa” pagar “impagos gubernativos”, vamos, como siempre, “disparando con pólvora del rey”. Por oídas, de difícil beneplácito; de hecho su “insurrecto” confiesa que algunas partidas asemejan al “Fortín del Luna”, sólo que sin rocas, “en el aire”; luego si nos lo dan será por mediación de mandamás alguno. Sea como fuere, el legado asemeja a nuestras cartas, “emponzoñado”; toda la vida huyendo de “trampas” y nos meten otra “de cojones”, con la aquiescencia de “las que anunciaron el piro”. Pero no te lo pierdas, las amenazas de “quien nada es” no cesan; ¡ay, el carismático! atribuyéndose ahora hablar en nombre de un Colectivo Vecinal que ni Dios conoce (será creación propia, como tantas otras) y como tal se dirige a la Delegada de Gobierno, que le hace caso poniendo a tres guardias civiles a las puertas de “La Casa de los Truenos” para impedir al pueblo asistir al Pleno. Bueno, éste lo mismo emplaza que desaíra a la prensa para decir qué, “na”. Por el 29 el susodicho censura a una chica que le “cantó la caña” (al fin la juventud habla y se lanza a poner “las peras a cuatro”). No te lo pierdas, el 30 le explotó el grano con el “díscolo”, quien desoyó a “quien manda” y no votó según cuerda. A éste, al desobediente, el tutor lo felicitó por su actitud y le presentó disculpas tras haber dudado de su proceder (bien sabes lo que desconfía del adjetivo “político”). Para no cansarte (total qué vamos a adelantar, lo de lavarle la cabeza a un burro), llegó el 1 de mayo, cuatro gatos y medio, salvo que doscientas personas aquí sean una multitud, en “El Cerco del Reaño” en día tan señalado; ellos “sin coscarse” y cobrando; los trabajadores sin ver un “chavo” y comiendo de la caridad, tras “queja pública” en Augusta Emerita; y aquí sin agallas para plantarse. No te mareo, el 5 un pleno convocado por la “alta instancia funcionarial”, que no por ella, ¡este genio importado de la ineficacia y el Sanparamí!, donde dio largas a un “más y mejor”, pero del tema en sí, “tururú que te vi”. ¿Y sabes qué era ese “más y mejor”? Increíble, que tiene la poca vergüenza de poner al frente de la “nave municipal” al “EX”; vamos cual broma de mal gusto, descaro e impudor. De tolerarlo el pueblo, el mentor me ha referido que no pisaría Puerto hasta que tal “atropello dictatorial” se subsane, pues consentirlo te hace partícipe. ¿Ves, pa ‘qué seguir? La mayor desgracia de Puerto no es que poco lea sino que menos piense. A los mayores la ruina nos acompañará hasta el “Toril de la Bellota”; y a los jóvenes no os arriendo la ganancia. De “La Reina del Chimpuneo”, la CPOP, como la llaman, despediros mientras sigan los mismos mandando, por más que Agustín brille por méritos propios. ¡Olé sus huevos!

Por hoy te dejo, los dolores me tienen “tullio”. Voy a “enrolarme”; de seguir así, ante Peralta me planto. Tú, cuídate. Te mando un par de muaks de esos que se estrellan contra tu cara. Muak, Muak, de Ramiro.

Monsaraz, próximo verano de 2021

¡Sr. Ramiro, unidos de nuevo por epístolas! Lo primero, déjese de ungüentos y placebos y póstrese ante el Doctor, al que usted tanto cariño le tuvo siempre y tan bien que le ha ido por su empatía, lenguaje y asesoramiento. Llamaré interesándome.

Francamente, llevo unos días pletórica de júbilo, y no por amores precisamente. Le revelaré el porqué: hace cuestión de días, en la Adega, un empleado con fama de brujo (al menos curandero sí es), me preguntó: “¿Miss Rosa, tem alguma coisa errada?”, y no supe qué contestar. “Nada, Joao, nada; obrigada”, fue mi réplica. Y prosiguió: “Eu sei que estes são tempos difíceis para a empresa, mas confie em mim, senhorita, nós vamos superar isso”. Aquellas palabras fueron motivo de comentario con Filipa, mi prima; también el jueves, cuando llamó papá, se las referí; y ayer me encuentro con una oferta en firme de una cadena portuguesa de alimentación interesándose por todos los vinos que tengamos en estocaje a abonar en 30 días desde la retirada. Durante la pandemia ha sido brutal la caída de ventas, y no sólo de vinos, también de aceite. Pero como dijese mamá, quien creo que ha puesto sus manos: “Deus aperta mas não se afoga”.

           Perdóneme, de verdad, con estas zozobras se fueron las fechas y no le hablé de la “Revolucão dos Cravos”, “O 25 de Abril”; llevo un año que entre la pandemia y los “cuernos” (de estos, la procesión va por dentro) no estoy muy allá; además, sin celebración alguna por tal motivo. Le resumo: fue un levantamiento militar que se produjo por esa fecha en 1974 y que acabó con un régimen antidemocrático que no convocaba elecciones desde 1925, restaurando así la democracia, y lo más grande, con sólo cuatro civiles muertos. Se abrieron las puertas de la Prisión de Caxias y salieron los presos políticos, retornando del exilio los líderes de la oposición; se nacionalizaron muchas industrias (alguna de mi familia) y también la banca. No fue del agrado del dictador Franco por la inquietud que generó en los gobernantes españoles, pues veían en el país vecino un precedente de aquello que podía ocurrir en España. Por dicha efemérides, el domingo 25 nos fuimos a comer a la Pousada Castelo de Estremoz mi prima Filipa, su pareja Estela y yo. Curiosamente hace años se conocieron, siendo ambas estudiantes en Lisboa, en una manifestación de exaltación de la fecha en la plaza de Largo do Cormo, barrio de Chiado. Estela, mujer a la que escucho con gusto por su encantadora sencillez y naturalidad, tan detallista como siempre, tuvo la deferencia de hacerse cargo de la “nota” alegando que es mucho lo que tiene que agradecer a nuestra familia; es ella la que está al frente del grupo olivarero que tenemos en Lagar da Serra da Ossa. A la tarde no faltó nuestro buen tazón de chocolate en la Pastelaria Formosa, acompañado de Pastéis de Belem, Pingos de tocha y Clarinhas de Fão. No sé si todas las relaciones lésbicas serán así, pero desde luego la suya aparentase que nadie más habitase en este mundo y sólo quedase la una para la otra, abandonadas ambas a su mutua protección. A dizer a verdade, Filipa, mujer muy independiente, con carácter fuerte y muy segura de sí misma, también es muy gentil, siempre pendiente de ella, observándola sin cesar, entornando sus pestañas a cada exposición proveniente de sus labios y abriendo sus grandes ojos a la más mínima exclamación. No sabría decirle si tienen o no dependencia emocional pero sí que no aguantan una conversación sobre una posible ruptura entre ellas, confiesan que sentirían pánico quedándose solas; así que poco han podido ayudarme. ¡Eles parecem tão apaixonadas!

          Me relata una escena muy enternecedora de su nieto, mas se eu for honesto, y quizá también por la subida que tengo estos días a causa de la operación mercantil referida, no es que salga de casa con la idea de que me puedan meter mano, pero me gustaría tener una “aventurita” y darme un “revolcón” con un maromo. Es mucho el tiempo ya sin sentir a un hombre próximo a mí, digamos que por daño colateral de las referidas “astas”, y para mí el amor es lo único codiciable de este mundo. Ha sido mucho el tiempo gastado repitiéndome a mí misma las palabras pronunciadas por mi tía Caterina cuando le comunicamos Filipa y yo que tenía novio en Alburquerque (yo sola no me atrevía): “Filha, se você o ama, debe fazê-lo sem ter em mente que um dia ese amor pode acabar”. ¡Mi tía, la única persona que me ha hablado de mi querida madre, su hermana!, que si era una mujer muy hacendosa con lo suyo y con lo de los demás, que si era muy cuidadosa con sus relaciones sociales, que si era incapaz de perder una amistad, que si era piadosa con los pobres… Sobre su nieto no quiero confundirme nunca más sin estar segura de si lo que me atrae es su belleza y postín o su inteligencia y capacidad; tampoco soy yo mujer para ser colocada en el lugar que un hombre quiera, admirada por sus atributos físicos o elogiada por sus cualidades intelectuales. Y por supuesto, é hora de desatar a paixão em algum outro novo relacionamento. Se Deus quisesse me agradar, ojalá él encontrase otra chica, se enamorase y fuesen felices; eu quero viver minha vida, el año próximo presento mi tesis y mais tarde veremos o que fazer. Ele, agora, não ocupa nenhum lugar no meu coração (¡vaya con el dichosito portugués hoy!). Deseo volver a Almada, disfrutar con mi padre, ahora que ha desaparecido la presión del negocio y ha remitido la COVID; también con mis amigos; comer, beber, cantar en karaokes, bailar (por qué no, siempre me gustó), y, lo más importante, olvidar. ¡Aqueles  pores do sol à beira-mar! Y por la noche, ya en mi cama, susurrando a mis oídos el choque constante de las olas contra las rocas, pensar en mí. Quién fuese como las olas, con fuerzas para volver a comenzar siempre, aún después de haber roto una y otra vez.

           Puerto, después de lo leído, pues “otra que te meto, Juana”, como refiere usted que gustaba decir su hermano Vicentón cuando “le daba al vino”. ¿Cuándo gritará ¡BASTA! a tanta “burla”, útil sólo para engordar nuestra hecatombe? Subsanar lo público para emporcar lo privado. ¿A dónde así? Le vendría bien un “take back control”, recuperar el control sobre sí misma, y superar así tanta contradicción como la existente en su seno. Y a todo ello, ella, “quien no dice ni mu”, como usted la refiere, sin afrontar sus responsabilidades públicas como política, sin salir a dar la cara, sin afrontar ante los vecinos los enormes problemas que la gente sufre, al menos intentarlo (no ha demostrado una ínfima “habilidad numérica”, ¿verdad?); porque lo de los impagos de salarios a trabajadores es de “¿me lo dice o me lo cuenta?”; se fosse o setor privado, onde seria a voz dos sindicatos. Y el PSOE mientras, ¿qué, hibernando? Aquí las desdichas no cesan; y “será un primor” de gestión ver al “EX” obrando conforme a qué, ¿al renombrado “Sanparamí”? ¿A los de su cuerda? ¿A la ruina ocasionada por él mismo? ¡Ay, con su “anárquico proceder” demostrado a lo largo de la veintena y pico de años ¡ Por si éramos pocos, parió la abuela. ¡Movimiento “Resistencia”, enfunden plumas y saquen brillo a sus lenguas, la guerra ha sido declarada! O verão chegará em breve. Puerto se quedará solo; la gente, forzada, saldrá pitando; vivir en él devendrá imposible e indigno para algunos; las deudas nos sacarán los ojos. Sinto pena da minha amada Villa.

           Le dejo. Siempre es un placer estar a su lado. Foi uma satisfação compartilhar boas noticias tão cedo. Si todo va normal se me espera por la Feria de Mayo. Me encantaría, después de tanto tiempo y lo que usted significa para mí, que, libre ya del “enjalmo” de su nuera, viniese con Pura y su madre a comer a Urra, muy próxima a la frontera de La Codosera, Restaurante O Álvaro; así disfrutaría del Mercedes EQS, gris, y de la comida portuguesa, claro. Piénselo, por el dinero no se preocupe, correré con los gastos, me han ofrecido su casa para quedarme. Un muak enorme cargado de cariño y respeto, Sr. Ramiro. Muak, muak, estos dos de “amiga”, de su Rosita, La Portuguesa.