Pulsa «Intro» para saltar al contenido

Cartas emponzoñadas (XII)

ANTONIO L. RUBIO BERNAL

 

Puerto de Albahacar, primavera 2021

¡Hola, Rosita! Tu despedida me sobrecogió; destilaba cariño y humildad; hasta la he releío. Un consejo: a veces lo que es humanismo, aquí, deviene en cachondeo. Pero tú eres así; lo que hubieses disfrutado viendo la cara de mi nuera tras llamarme a voces: “¡anda, aquí le manda hoy hasta un paquete; ya no se conforma con cartas!” Cuando vio el libro de Landero, El huerto de Emerson, se quedó muti. Bien empleado le estuvo por ser tan mal pensá. A ti, muito obrigado.

Acudí a la finca con mi hijo a rayar, un año más, el trozo de tierra donde irá el huerto. Después de los ganchos pasó el cosquilde y quedó liso como el zaguán. El terruño también se cansa y conviene cambiar su ubicación si se quiere recoger algo de frutos. ¡Cuánto elogiabas mis tomates con queso fresco, aceite y orégano! ¿Recuerdas el año que por agosto, San Lorenzo, vinisteis conmigo a recolectarlo a la sierra? Mis picadillos con sardinas, cebolla fresca y mucho pepino. ¡Anda, se me viene a la cabeza, tu plato preferido en las noches de verano era el escabeche de habichuelos, en el patio, con cervecita fresca! Siempre repetías: “lo mejor del mundo mundial”. ¡Qué pena que lo vuestro no cuajase por el cabeza chorlito que habita en casa! Ya te lo dije un día: soñé con que serías la nieta que Dios me negó.

Puerto, ya, ni yo mismo, sé cómo está. Ayer, sábado, me armé de valor, con jato limpio cogí calle arriba, sin anunciar mi ausencia, veinte pavos en cartera, y me planté en “El Cerco del Reaño”. Esperando el sentir de un pueblo me encontré… qué, tres fuerzas políticas, una muy considerá por el rango del referente, otra porque es la que salva nuestra dignidad en “La Casa de los Truenos”, y la muy digna de izquierda, ex combatientes, que ahí están erre que erre, pero qué, de Puerto quién, te digo que si no fuese por la guardería, cuatro gatos y un vocero. Muy dignamente Juan Pedro, el munipa, de mantenedor. Son motivos para estar triste, máxime cuando bebes un vinito que tiene Fernando “Macareno” y saludas a pocos. Ni sé si serán los tiempos, o las ganas de sentirnos desgraciaos, pero aquí pocos conocen el alcance de “la avería”. Un jueves de lucha y con motivo de “escrache” toó dios se da por aludío. Y no quiero ofender, pero ¿así somos? ¿Aún no hemos concluío lo básico, que si no se lucha, no hay na que hacé? Mira, Rosita, que me encierro en casa, leo, medito, peo, si es menester, gasto folios usaos de esos que me proporciona tu “ex”, y soy feliz, con vino, aceitunas y recuerdos. La memoria, bien empleá, da alas y mantiene el vuelo; a veces, más que la realidad. Y nuestro mentor, todo su afán, mandar comunicados y estar ahí arropado de paisanos de fuera, pero volvemos a los gatos, cuatro. Y lo leyó, me gustó, pero no es mitinero, más bien instruido. Te coge en vis a vis, te escucha, te estudia y cuando ve cuerda floja, allá que te va. Agárrate. ¿De los presentes? O sobra miedo o falta valentía, con perdón. En Puerto, al día de hoy, mandan dos cadáveres políticos que ni saben hacia dónde vamos ni dónde terminaremos. Te concluyo, y ni sé si es correcto decirlo, no valoramos nuestra decencia como pueblo.

Perdóname, lo siento. Obligao me veo a emitir vituperios contra esta nefasta gestión municipal; pero bueno, voy terminando. Bien lo sabes, hablando de política me pongo malo. Ahora sin Peter, no sé ni a quién puedo leer lo escrito. Antes, al menos, de vez en cuando escuchaba en el cuchitril algún maullio; ahora, no sé si por miedo a la vida, temo a mi soledad. Por eso te escribo. Y mira que está cerca Portugal, pues como si mediase una inmensa lejanía entre nosotros. Igual con esto, ya ves que está cerca el alumbramiento, y con él el rango de bisabuelo, cuatro meses, pues pareciese que no llegará nunca. Te digo adiós, sin más, que si no te enfadas. Muchos muak de Ramiro para la Rosa de mis desvelos. ¿Quetaparecio?

Monsaraz, Primavera, 2021

¡Hola, Sr. Ramiro! ¡Qué divertido!; con razón me contaban que cuando usted llegaba a casa con una copita de vino era la monda; por lo visto gritaba: ¡No quiero torturas en casa; quien las quiera, que coja la puerta! Agora eu sei para onde estaba indo.

Le agradezco mucho su consejo pero no es que me importen demasiado las risas de los demás; você já está me conhecendo, y espaldas tengo. Me despedí con naturalidad, tal y como soy, falando com o caração, pues como dijese el cordobés Séneca en una de sus cartas a su amigo Lucilio “de una cosa querría convencerte: de que siento cuanto digo; y no solamente lo siento, sino que le tengo afecto”. Mas há algo mais, si en algún momento descubriese que la “venganza” con Mabel fuese mi móvil, me llenaría de pavor por descubrir mi deplorable calidad humana. Eu nunca gostaria de sentir o que o grande Fernando Pessoa disse: “me siento tan aislado que puedo palpar la distancia entre mí y mi presencia”; deve ser terrível esquecer de si mesmo, cayendo en un vacío repleto de miedos e impotencia sólo por rencor y aversión. Cuando sucedió lo nuestro leí el libro “El arte de no amargarse la vida”, de R. Santandreu, y me quedé con algo que practico a menudo: “la vergüenza y el temor a hacer el ridículo se vence pensando bien; no enfrentándose a él”. Lo del libro enviado, me hacía ilusión; así que en lugar de poner mi dirección, puse la suya. Assim tão fácil. Ya me lo prestará. No olvide que estamos compartiendo una aventura narrativa y todo lo que sea aprender nos viene bien.

Avanza en la escritura; se preocupa más por contar cosas que no por cómo hacerlo. A final logrará lo que los técnicos llaman una “inmersión ficcional”. ¡O que eu gostava de rever aquelas noites de verão na casa dele quando ele ia estudar! Los azafates de pimientos asados, los picadillos camperos, los escabeches de todo tipo… ¡Soy tan comilona! Ese es el camino, acaparar el interés del lector empleando un tono natural y dejando la escritura en un segundo plano; nós somos contadores de histórias, não poetas. Cuando regrese a Badajoz capital (ahora sólo tengo salvo conducto para ir a la sede de la empresa), le compraré algún otro libro de Alberto Moravia y descubrirá qué maestría. Ele é meu narrador favorito. Ahora bien, le tengo que confesar: ¡Qué tono tan bajito ha empleado hablando de Puerto! ¿Tanto le ha decepcionado subir al “Cerco”? Me ha hecho pensar y es cierto, está por ver que los colectivos puertoalbahaqueños hayan comprobado que la estrategia de presión funciona ahí. Vi lo videos y tampoco yo califico ese seguimiento, con prensa de comparsa, como escrache. ¿Le soy sincera? No sé, al día de hoy, ni sé si merece la pena remover conciencias. Pero ojo, tengo amigos que apuntan si estamos en el filo de la navaja. De todos estos revuelos bien sabe lo que pienso. La reivindicación, la protesta, plantar cara, siempre son bienvenidos; devienen en la única vía por donde luchar contra la humillación, por donde combatir por nuestra pervivencia como pueblo, de batallar en pro de una sociedad justa e igualitaria en la Villa. Allá cada cual; mañana será tarde. ¡Ay, eu também me lembro de suas Reflexões de domingo!

¡Qué fácil resulta pensar y qué difícil ser! En el nuevo papel que me ha tocado vivir, todo son prisas, nervios, reuniones, video llamadas, mensajes, requerimientos, avisos; y, con ganas o sin ellas, eu devo cuidar da minha aparência, no sólo ante los socios sino también ante los empleados; así que se ríen de mí cuando digo: eu levo meu tempo, vou ao banheiro e dou um retoque no meu look. Me llaman coqueta, pero no tengo por qué ocultarlo, lo soy. A propósito, las tuve ya con la “marisabidilla”, sobrina de Poliana; ela não esperaba que o casal de pombinhos fose para Almada e eu me tornaria ou regente. Hasta consejos de fuera (que no de mi papá, por desgracia) estoy recibiendo; el Senhor Salgueiro da Silva, sócio externo majoritário na empresa, bien me lo ha recalcado: “Não preste atenção a esta senhora. Isso era coisa do seu pai; quem comanda é você”.

A lo nuestro; créame, en coquetería estamos de enhorabuena; Filipa ha encontrado una modista en Reguengos, mamá de un empleado, que nos ha involucrado en algo singular: diseñar nuestras propias prendas de vestir. Meus desejos não têm limites. ¡Qué buenos ratos mirando patrones, modelos, estampados de cara al verano! Así establezco vías de desconexión, pues bien sé que mi futuro no será placentero; piense que soy persona que se siente más cómoda en defensa que no en ataque y en esta empresa hay accionistas ajenos a la familia (como el referido más arriba), con muchos vínculos de amistad y afecto de por medio, a los que en determinados momentos hay que “enseñarle los dientes”, e isso nem sempre é fácil, y menos cómodo. ¡Qué tiempos aquellos en los que tras hacer el amor caía en silencios eternos en los que hasta el cava Encina Blanca perdía su intensidad! Todo era gozo, paraíso personal; ahora, todo premura, stress.

Por supuesto que llegada la fecha le hablaré de la Revolución de los Claveles (1974) –Revolução dos Cravos, la llamamos aquí, aunque también la conocemos por “O 25 de Abril”, fecha del levantamiento militar contra el régimen de nuestro país por no convocar elecciones democráticas desde 1925-, com testemunho pessoal da minha tia Caterina. ¡Ay si hubiese ferias de mayo para volver a la Villa! Donde sueño con ir el 4 de septiembre con mi prima y una amiga será a Mérida; actúa “Love of Lesbian”, um dos meus grupos musicais favoritos, y no me lo puedo perder. Las entradas sacadas están. ¡Qué tiempos aquellos cuando Puerto era referente nacional indie con la Cop! Confiemos en la responsabilidad y solidaridad de la gente en la lucha contra la COVID. Le envío un millar de besos; cuídese, ya queda poco para que le vacunen. Sabe bem que eu tenho você na minha memoria e no meu coração. Muak, Sr. Ramiro, de su Rosita, La Portuguesa.