Pulsa «Intro» para saltar al contenido

Cartas emponzoñadas (VI)

ANTONIO L. RUBIO BERNAL

 

Puerto de Albahacar, pleno invierno de pandemia, 2021

Hola, Rosita, te escribo porque pareciese que haciéndolo las penas y la rabia desapareciesen de mi mente. Me percato de que según el tiempo pasara, yo te echase más en falta. ¿Cómo explicártelo? Incapaz me veo, y menos escribiendo; pero por lo demás, aguardo a que dé la una por el reloj de La Torre, coger la medía del vino con aceitunas, la teta pan, y dejar que el tiempo, como las aguas de la rivera de Carrión, trascurra. Porque me digo a mí mismo que no tiene que ser bueno estar todo el santo día que si esto que si lo otro, como un molino siempre con lo mismo, poniéndote tarumba, ¿verdad? TÚ qué crees, ¿podremos con esto?

Te considero al día; con la huelga del muchachito se destapó la olla y está que hasta salen pompas de las judías. Jamás había visto tanto revuelo. Las dignas penurias del referido por un lado, y el Jefe de la Diputación que, con puño en mesa, tomó la decisión de quitarla de Bienestar Social (¡ya me contarás qué podía pintar ese mal ejemplo con la cantidad de gente que aquí están “pasándolas canutas” por no pagar lo que les debe precisamente ella!), han puesto a Puerto “en pie de guerra”. Ahora falta que los cabeza de su partido meneen cartas y ¡anda que le den!; y que se lleve también a su “séquito”, los que no le retiran su apoyo por vete tú a saber. ¡Serán tantos los adeudos! Y mientras, nosotros, a “joderse toca”, en boca de toó el mundo y esto cada día peor. ¿Llegará la intervención? Como bien sabes, los asuntos de aquí son como el buitre Griffon de Rupell, que chocó contra un avión; ya visitaron de nuevo nuestras “mierdas” el Congreso, ahora de la mano de una Diputada de Ciudadanos. Tengo curiosidad, ¿cómo piensas TÚ que se pronunciará el gobierno socialcomunista? Sea por una cosa u otra, el pueblo cada día más triste por considerarse incapaz de reconstruir su futuro; servidor, cada día más vacío de deseos.

Espero no ser imprudente, y menos inmiscuido. Lo escuché el otro día, primero en el zaguán, hablando mi nuera con la vecina, y después en la mesa, con mi hijo presente, que lo vuestro “se finí”; e imagino, por lo que contaban, que ya nada se puede hacer por salvarlo, pues, al parecer, tras ese muro frío de la infidelidad (“cuernos”, se llamaban en mi época), la confianza se haya alejado de vuestras vidas. Sentí rabia y estuve a puntito de llamar y pedirle explicaciones al “chorbo”, pero me faltó valor, si no me sobró miedo a que me soltase una fresca. No me reconocí a mí mismo; será el paso de los años lo que me hace ser cobarde. No entiendo cómo no ha podido ver todo lo valioso que en ti hay: poco necesitada de nada, obviando lo material, refugiada en tu intelecto y desapegada de todo aquello que cualquier humano añora. En esta vida no todo se explica ni tiene sentido. ¡Oh, mundo cruel, guiado la más de las veces por la mano del vil Satanás! Pero, Rosita, por una vez, hazme caso, sufrir por amor (romántico y pasional, como imagino que fuese el vuestro) es lo más triste que le puede ocurrir al ser humano, y no te lo digo por experiencia sino por lo que veo, que hasta quienes enviudan, en cuatro días olvidan. Llora tu duelo a solas, no idealices lo que fuese tuyo y disfruta de todo lo que la vida te ponga por delante, pues ésta no es más que un espejismo, unos días cortos otros eternos, igual que los propósitos. Te lo diré con palabras del librito que me regalaste por Navidad del tal Benedetti: “No te rindas, aún estás a tiempo de alcanzar y comenzar de nuevo, aceptar tus sombras, enterrar tus miedos, liberar el rastre, retomar el vuelo”. De mi nieto, prefiero callarme; siempre rechazó el yugo, desde niño consentido, abrazado al “buen vivir” y antipático con la disciplina.

Con tristeza te dejo; entre los asuntos de Puerto y lo vuestro me tenéis desazonado, y hasta cerote siento al ir a comprar el pan por temor a que me pregunten. Cuídate Rosita, quédate en casa con tu prima o con tu padre en Vilaviçosa. Estás muy solita. De Ramiro.

Monsaraz, pandemia de inverno 2021

¡Hola, Sr. Ramiro! ¡Qué alegría tan enorme! Usted, de nuevo, ahí. Al fin conseguimos ¡não perder tempo escrevendo!; lo mejor, siga haciéndolo y punto. Gostei muito da sua carta. Lo de la “acctal”, con su mochila repleta de mentiras, incumplimientos, malas artes y despropósitos, ¡não venha para mim! Dudo mucho que alguien se deje engatusar aún con lo que algunos de su cuerda llaman “proyecto subjetivo de vida en común con la villa”. São poucos os que, vindos de fora, o conseguem. Vamos, que no; sobran monsergas; y usted no me niegue ahora que no ha escuchado voces que piden su dimisión, que se marche de una vez y punto.

De lo que me refiere de la pandemia, salgo lo mínimo, todo el santo día en casita delante del ordenador. A Évora no voy, no tenemos cursos presenciales y todo se despacha telemáticamente; y a Vilaviçosa tampoco.  Pero le confío algo: tengo fe en la ciencia, y gracias a ella saldremos; ya lo verá. La compañía Grifols anda haciendo ensayos clínicos con la inmunoglobulina hiperinmune anti-SARS-Cov-2. Para que me entienda, probando un medicamento que proporcionaría inmunidad inmediata contra la COVID-19. ¡A que se alegra! Por ahí sonará la flauta. Hasta entonces, responsabilidad y solidaridad. Ojalá, tras esto, seamos todos mejores personas.

¿La situación de la Villa? Uf, con tanta información, de sindicatos, de partidos, de compañeros del “Resistencia”… De nuevo, ¡não venha para mim! El PSOE extremeño lleva años siendo responsable último de todo lo consentido. Para muestra un botón, el indulto que le consiguió al “ex” fue “de padre y muy señor mío”. Así que afronten su responsabilidad y den la cara. Si esto hubiese ocurrido en una empresa privada, ¡no haría tiempo que hubiesen rodado cabezas! Mas a política dirige tudo. Lo que no se puede consentir, desde posiciones de “izquierda”¿?, es que muchas familias sigan en situación penosa porque la Administración no les pague los salarios que les adeuda, olvidando que todo sueldo no sólo es motor que motiva a trabajar sino agente reactivador de la economía como parte del ciclo económico, a lo que añado que con su afección al pago de impuestos deviene en fuente de recaudación para el país. Que salga el “muchachito”, como usted le llama, diciendo que “si protesto hace dos años me tengo que ir de Alburquerque” me lleva a cuestionarme qué democracia nos hemos dado (¿despotismo puro y duro?), qué régimen tienen implantado (¿la opresión por miedo?), dónde radica la equidad como vía para lograr la tan alardeada justicia social, en fin, para qué seguir. Y me vienen mis colegas puertoalbahaqueños apuntando sólo a unos cuantos; son todos: ORPO, PSOE, el “ex”, la “acctal”, el séquito de concejales orpistas y socialistas, e incluso nuestro “Puerto de Albahacar”, tan afligido ahora preguntándose el por qué y el cómo ha sido posible, por haber otorgado reiteradamente su confianza a quienes puramente no la merecían (le cegó el peso de la Historia a sus espaldas). De verdadeira vergonha.

Cambiando de chip. Desde que vi su carta bajo la puerta supe que me sacaría el tema. Pensaba callarme, pero… Tras años, (desde pequeños los tres), siendo compañeros (en el Cole, en el Insti y en la Facultad; ella no, marchó a Cáceres a estudiar Derecho), lo nuestro surgió al albur, una noche de “after”, bebiendo pacharán tras el concierto de “Viva Suecia” en Contempopránea, en la que me dije a mí misma: “Anda, por qué temer. Atrévete”. Y me lancé, con confianza en lo que hacía, vislumbrando abandonar la soledad que, por circunstancias (huérfana de madre desde muy joven y mi padre viviendo en Vila), siempre me ha acompañado. Le confieso, brotó en mí la fascinación, el embrujo del amor. Pero fracasé; y lo peor, la manera, sin merecer, salvo una escueta nota donde expresaba: “Rosita, por Mabel sabrás todo”. Duro, ¿verdad? Recordando a Sabinas, que tanto nos acompañó en nuestra intimidad: “el amor es igual que un imperdible prendido en la solapa del azar”. Comprenderá ahora por qué subía a Badajoz, día sí otro también, con la oficina cerrada, ¿verdad? Usted fue quien levantó la liebre; a mí me brotaron las sospechas y un amigo pacense se encargó de matarla. Salían del portal felices, cogiditos de la mano, con arrumacos de por medio, piquitos al instante… ¡Oh, meu Deus, seja generoso comigo e dê-me um sopro de esquecimento contra tanto cinismo, tanta engenhosidade e tanta devassidão em igual medida como eles tiveram!

¡Grande su recuerdo con el “No te rindas” de Mario! Y gracias por sus palabras de ánimo, pero, sinceramente, arrependimentos de amor nenhum. Soy muy mía, pero jamás me he negado a compartir cariño y amistad (por no ir más lejos, ¿quién le ayudó con el portugués cuando preparó la prueba para la Caixa?, amén de aquello que mi padre, por sus influencias, pudiese hacer); por cierto, se ha tomado muy mal lo nuestro, pero bien lo sabe: no le permito ni mu, y menos juicios de valor. Para nada mi porvenir se ve alterado con su pérdida; y por otro lado, no soy yo de las que ocultan por remordimiento los placeres solitarios del cuerpo. Em tempos de Covid, remédios caseiros.

Espero que tras lo expuesto haya perdido el miedo al qué dirán. Cuando todo pase, volverá la alegría, los abrazos… y saldremos, usted y yo, con la cara bien alta, dando testimonio de nuestra valentía y amistad. ¡Vamos até beber juntos vinho! Para nada me importaría ayudarle a recobrar su vanidad. Sin más, saludos desde este bello rincón portugués, Monsaraz, Monte de Jaras. Siempre en débito por su cariño, receba um forte abraço de “su” Rosita, la portuguesa.