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El “método vadillista”

Por EMILIO JOSÉ BUENO

 

Sr. Cobarde bajo nombre falso, en respuesta a su comentario en facebook titulado FRENTISMO LOCAL, ESTÓMAGOS AGRADECIDOS VS SUPREMACISTAS MORALES:

Mire Ud., con el debido respeto (que ya es mucho concederle a quien se esconde tras un nombre falso, mucho peor que un seudónimo por infinitas razones). En su afán de justificar lo injustificable comete errores de bulto, que, por supuesto sería muy largo ponérselos de manifiesto uno a uno, los que a mi modo de ver comete, por lo que solo le resaltaré los que considero de mayor envergadura.

Mire Ud, se refiere al “método vadillista” como un método (acabado de momento), pero que lo justifica porque no existe alternativa política para desbancarlo en una expresa alusión a IPAL. El primer error es que parte de una premisa errónea, al pretender comparar lo que Ud. define como un método con una alternativa política y eso sencillamente está abocado al fracaso (comparar cosas desiguales). Pues no existe proyecto político que pueda ofrecer alternativa a ese “método vadillista” que refiere y trataré de razonárselo.

El referido “método” tiene sus pilares fundamentales en: contratar trabajadores sin pagar la seguridad social, contratar servicios y profesionales sin pagar a hacienda, contratar con proveedores sin abonarle sus servicios. Eso aderezado con no dar explicaciones cuando son imprescindibles y atacar personalmente a los que se subleven. Y eso tan resumido puede darse cuenta que no es método alguno, sino una manera de generar más de 11 millones de euros en DEUDAS, en un ejercicio de irresponsabilidad sin precedente. Es decir, una irresponsabilidad en la gestión de lo público y de las obligaciones de dar respuesta de sus actuaciones, más cerca del delito que de la propuesta política. Y, ante ello, nadie con un mínimo de responsabilidad puede ofrecer una alternativa, pues su mala gestión está cada día más abocada a una intervención e inhabilitación de por vida a los autores de semejante barbaridad.

¿Qué alcalde puede ofrecer cumpliendo con la legalidad vigente lo que el “método vadillista” , que usted justifica, ha prometido y ofrecido a Alburquerque? Eso es como correr dopado, solo esperando que un día nos perdonen las irresponsabilidades cometidas, amparadas en un beneficio al pueblo que solo ha redundado en ruina y créditos impagables. Eso no es crear empleo sino multiplicar deuda y, lo peor, arruinar a un pueblo sine die.

Por otro lado, el principio de igualdad y mérito para acceder a la oferta de empleo público, como bien sabe, Sr. Cobarde, hace años que en Alburquerque no existe. El “método Vadillista” lo sustituye con el beneplácito DEL QUE TODO LO PUEDE, que es quien considera y arbitra quien debe de ser contratado. (Otra cosa es cotizar y pagarle el salario del NO trabajo para el que se contrata). Con ese “método” lo que sin duda se crea es necesidad, dependencia y servilismo (armas geniales cuando un hombre es un voto y una familia entera muchos votos más).

Ante tal desvarió de la gestión municipal, aquellos a los que Ud. en su escrito de “punto y final como así lo acaba” nos califica de supremacistas morales, universitarios que desde sus “sillones de cuero”, fuera de Alburquerque, acusan en RRSS (redes sociales) de estómagos agradecidos a los que sostienen en democracia al “método que ensalza” y, como uno de ellos, me veo en la necesidad de responderle en primera persona (a pesar que sea el sentir general de los que conozco). Mire, solo pretendo desde esa posición que dice de privilegio, ponerle voz a los que tienen que guardar silencio para mantener a sus familias, a los que se tienen que rotular la camiseta para pedir apoyo. Ni tengo miedo que me señalen con el dedo por influencia del creador del “método”, ni dependo de EL, para seguir viviendo. Y como yo, todos aquellos que en circunstancias similares a las mías desde la relativa distancia tratan de ayudar a los que no se pueden defender en el ejercicio de la defensa de la libertad y de la justicia social. Tratamos de aportar nuestro granito de arena, no contra el creador del método sino contra el método que maltrata laboralmente a los trabajadores vulnerando hasta derechos básicos por los que incluso recientemente han sido condenados, y a la oposición relegándola a la humillación más perversa. Por supuesto jamás reprochando aquellos que como Ud., Sr. Cobarde, quieran seguir viviendo de la miseria a la que “el del método os somete”, sino luchando y poniéndole voz valiente y desinteresada a todos aquellos que quieren dignificar su relación laboral y su convivencia, es decir trabajar y cobrar puntualmente, o ejercer su cargo electo municipal con dignidad.

Y sobre todo Sr. Cobarde (escondido en un nombre inexistente) … No censure lo que hacemos desinteresadamente, tratando de aportar lo mejor de nuestra formación y profesiones al bien de Alburquerque.  Y por supuesto, mucho menos lo califiquen de supremacismo moral, que es de lo único que él “método y su creador están muy bien despachados”, pues durante años bajo ese supremacismo se han señalado y apartado a personas injustamente, solo por no compartir con el creador sus postulados.

Nadie está, como refiere en el comentario que le contesto, frente a nadie, solo algunos están escondidos tras otros con usted para intentar mantener su estatus, en lugar de dar explicaciones de hechos tan graves como los que a diario suceden en el pueblo y, sin embargo, nunca tienen respuesta.

Yo, con el respeto que comencé acabo, mas nunca diré como usted punto y final, sino punto y seguido, para que todos juntos podamos acabar esta mala pesadilla, que en Alburquerque por razones desconocidas se repite superándola en descalabro, con una frecuencia más preocupante. Ahí está mi mano y lo que pueda aportar no dude que seguiré haciéndolo.

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Portada: Vadillo, siendo alcalde, en 2018, levantando la sesión sin contestar a las preguntas y abroncando a la oposición de Ipal.

Foto 2: Vadillo, en rueda de prensa, tras ser procesado por la justicia.

Foto 3: Vadillo, en su última rueda de prensa, cuando recuperó a ORPO, en 2019.

Foto 4: Vadillo, en la puerta de los juzgados, en Badajoz, para protestar por que, según  él, le perseguía la justicia y los medios de comunicación daban una “imagen distorsionada” de su persona.