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Adifisa entrega más de 300 kilos de tapones para el niño Carlos Rigote

Adifisa prosigue con su acción solidaria de recoger tapones de plástico para destinar el dinero recaudado a la familia de Carlos Rigote Vera, un niño pacense de 5 años y medio que padece tetraparesia espática severa, ceguera y síndrome de Lennox Gastaut. Tiene un 89 por ciento de minusvalía y un grado 3 de dependencia.

Una vez que el ayuntamiento no le ha dado permiso para colocar en un parque o una plaza un corazón solidario donde los alburquerqueños pudieron echar sus tapones, estos son recogidos en el propio Centro de Atención Temprana, en la avenida de Extremadura. No en vano, la pasada semana, Adifisa entregaba más de 300 kilos de tapones.

“Un tapón en el suelo contamina, pero en el corazón ilumina», recordaba en el diario Hoy Milagros Vera, madre del niño. Ese era el lema de Euexia Rural para dar valor al pequeño gesto de depositar tapones de plástico y la gran ayuda que supone para el beneficiario.

Adifisa, que ha recogido tapones para diversas causas solidarias, entre ellas un niño de Alburquerque, lleva años ayudando en la causa de Carlos Rigote, dado que su familia necesitaba fondos para poder adquirir un vehículo especial de movilidad reducida que facilite los desplazamientos mensuales a Madrid del pequeño Carlos, además de sufragar todos los gastos médicos que conllevan su enfermedad. El propio CD Badajoz no dudó en ofrecerse para colaborar y pone contenedores para la recogida de tapones en cada puerta de acceso al estadio en los días de partido y en las oficinas del Nuevo Vivero. «Nos llegó un vídeo del niño con la camiseta del Badajoz pidiendo ayuda y nos emocionó. Es un niño de los nuestros y como club, por nuestra vertiente social, estamos obligados a ayudarle», expuso Pablo Blázquez al tiempo que resaltaba la fuerza y el amor de Daniel y Mila por sacar adelante a su hijo.

Carlos Rigote nació el 21 de abril de 2015. Es gemelo de Hugo, su hermano que lleva una vida normal. Mila Vera tuvo que dejar de trabajar porque su hijo Carlos necesita atención las 24 horas del día. La familia se mantiene y soporta los gastos de la enfermedad del sueldo de militar del padre Daniel Rigote. El objetivo que se plantean con esta iniciativa es llegar a las 160 toneladas de tapones (unos 35.000 euros) que les permitan comprar un coche especial para evitar que la columna del pequeño Carlos sufra en los desplazamientos. Aunque sigue supervisado por la Seguridad Social, una vez al mes viaja a Madrid para recibir tratamiento privado durante una semana bajo el control de un neurólogo y una neumóloga.

Mientras Adifisa colabora en esta causa, en Alburquerque le dan la espalda a la asociación que hace un año pidió permiso para instalar un corazón solidario que sirviera para recoger más tapones y hace más de un año pidió una reunión con la alcaldesa, porque tiene paralizado un proyecto de ampliación del Centro de Atención Temprana, y Murillo ni siquiera ha contestado. Como tampoco respondió a Ipal en el último pleno cuando preguntó por ambas iniciativas de Adifisa.

Esta asociación lo único que hace, además de trabajar con profesionales de diversos ámbitos con niños y adultos, es realizar acciones solidarias y, sin embargo, se encuentra con un revés inexplicable de las autoridades locales.

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Portada: Marta Trigo, logopeda del Centro, con los últimos tapones entregados por Adifisa.

Foto 2: Carlos Rigote.

Foto 3: Uno de los corazones solidarios existentes en numerosos pueblos de la región.

Foto 4: Padres de Carlos, en el Nuevo Vivero.