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La mayoría de los alburquerqueños apoya la manifestación por los impagos y Murillo se niega a hablar

Según una encuesta realizada por la emisora de radio RCA, la gran mayoría de los alburquerqueños apoyan la manifestación convocada por el sindicato USO y secundada por CCOO y UGT ante los impagos de las nóminas a los trabajadores municipales, a los que deben entre dos y cuatro meses de sus sueldos.

Varias personas entrevistadas por la RCA, tanto afectados como no afectados, coincidían en señalar a los micrófonos que la manifestación “debería apoyarla todo el pueblo”. “Hay que ponerse en el pellejo de los demás”, señaló, mostrando su empatía  uno de los encuestados.

Una mujer que regenta un negocio aseguraba que los afectados comentan la situación que están atravesando. “Si los trabajadores no cobran, no vienen a comprar”, señaló para añadir que “todo el mundo tiene que comer”. “Es un dinero que es suyo”, manifestó otro señor.

Un hombre que trabajó para el ayuntamiento y que, como otros muchos, finalizó su contrato sin cobrar, explicó que “me deben casi medio millón de las antiguas pesetas”, y añadió que “soy comunista, pero mira lo que están haciendo en Alburquerque”.

Varias mujeres afectadas se mostraron conformes con la concentración del próximo jueves y algunas dijeron que asistirán, pero otras dijeron que no.

La RCA preguntó a la alcaldesa en su última comparecencia por su opinión sobre la manifestación y, aunque parezca mentira, echó balones fuera y no tuvo ni una sola palabra de aliento o de esperanza para los cientos de familias afectadas. Murillo dijo que “no voy a hacer valoraciones ahora, sino en su momento”. La alcaldesa no solo no dijo nada acerca de cuándo van a pagar o cómo van a solucionar esta grave situación, sino que avanzó que “explicaré mucho más de lo que está sucediendo” … No aclaró a qué se refiere y terminó diciendo que “cuando tenga toda la información lo haré… porque tenemos que tener en cuenta otros aspectos”.

Por tanto, ni Murillo ni Vadillo han dicho nada sobre los impagos a los trabajadores, muchos de los cuales están pasando un auténtico calvario.