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Los técnicos señalan que el retablo de San Francisco lleva “mucho tiempo siendo pasto de los insectos”

Técnicos que visitaron la iglesia de San Francisco tras el aviso de la Archidiócesis de Mérida-Badajoz, con motivo del desprendimiento de piezas de su retablo mayor, han dictado un informe del que se deduce implícitamente la dejadez que ha terminado por causar la gravedad de la situación de esta pieza importantísima del patrimonio cultural extremeño.

En concreto, el informe, dado a conocer esta mañana por el párroco Antonio Acedo, quien ha comparecido acompañado por el técnico en Turismo Eduardo Maya, recoge que “se observa un gravísimo y generalizado ataque de termitas y se aprecia que este retablo lleva mucho tiempo siendo pasto de estos insectos y ahora han empezado a desprenderse y caerse piezas más grandes, las últimas del cuerpo principal. Hay otras muchas que están empezando a desprenderse y amenazan con caerse”.

“Esto no solo pasa en el retablo mayor sino que los dos retablos laterales, que albergan a San Antonio de Padua y a San Pedro de Alcántara, tienen el mismo y serio problema”, añade el informe.

Por ello y para minimizar los riesgos, los técnicos aconsejan el cierre inmediato de la iglesia, tal y como informó AZAGALA el pasado domingo, “en tanto que una empresa especializada se haga cargo de la correcta bajada de las imágenes (protegidas y embaladas) para su posterior almacenaje en un lugar seguro y cercano (sacristías o habitaciones adyacentes), con el fin de calibrar el alcance del deterioro del retablo y actuar en consecuencia, como puede ser el desmontaje parcial o total del mismo, además de la localización de los posibles termiteros y desinfección integral del edificio”.

También señala el informe el ataque de estos insectos en la sillería del coro.

En consecuencia, los técnicos aconsejan medidas preventivas como las ya citadas, cierre de la iglesia para evitar riesgos materiales y personales, control de plagas, elaborar un proyecto de intervención para verificar la resistencia de los soportes y fijar los muros para conocer la estabilidad del conjunto del retablo, apear sus elementos y las esculturas, sin hacinarlas, y establecer fases de restauración del retablo.

El informe está firmado por María Antonia González, restauradora del Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales, y Juana Alfonso, Técnica de Historia del Arte, así como José Javier Cano, Director del Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales.

 

 

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