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Me gusta Alburquerque

TINA RODRÍGUEZ (*)

Hasta 2015, las referencias de Alburquerque eran a través del Fandango de su nombre, cuando bailaba en el Grupo Folclórico Los Jateros. “Vamos a Alburquerque con mucha ilusión, a ver a la Virgen que es la de Carrión…”. Nunca hasta entonces había pisado ese pueblo maravilloso, señorial, que te da la bienvenida con un castillo majestuoso y que me recuerda tanto a Fregenal. Será por eso que me encanta.

Cuando te transmiten amor y pasión por algo, tú lo mirarás siempre con el mismo cariño y te encantará. Siempre ha sido así en mi vida. A mí me fascina el Arte y la Historia porque tuve la gran suerte de tener la mejor profesora que pudiera tener, María Luisa Sánchez, con quien la política me cruzó después y de quien aprendí en el Instituto y aprendo cada día. Ella siempre dice que hay que ver con los ojos del corazón, y con esos admiro a Alburquerque desde el mismo instante en que la vida puso en mi camino a la familia Maya.

Siempre le digo a Víctor que su sangre es 50% alburquerqueña, que parte de sus raíces están en este maravilloso pueblo. Que aunque después de la muerte de su madre le haya costado mucho volver porque el corazón se le encogía cada vez que ponía rumbo a esa carretera, sus hijos debían sentirse también de esta tierra hospitalaria, recia y emprendedora, donde nadie se siente extraño.  Son muchos los recuerdos, pero su tía Cipri siempre le espera para insistirle en que su madre se fue, pero en Alburquerque está ella para hacerle sentir en casa y recordarle a Mari Carmen en miles de conversaciones que le ponen un nudo en la garganta y que sólo se quitan con el abrazo de quienes tienen tu sangre.

Gracias a los Maya he aprendido a querer a esa bendita tierra, a valorar la fe en la Virgen de Carrión, de la que el abuelo Valentín fue Mayordomo, de la misma forma que en Fregenal se la tenemos a la Virgen de los Remedios y es lo más preciado para nosotros. He saboreado el ibérico, tan rico como el de Fregenal, un vino blanco como el de Encina Blanca, o sus exquisitos maríos. He paseado por sus calles, con ese frío en invierno que te hiela, y he admirado su patrimonio, tan poco puesto en valor.

Alburquerque no puede seguir adormecido porque atesora un potencial increíble que muchos pueblos querrían tener para sí. Tiene unos emprendedores estupendos, como mi querido José Rivero Sudón, es una tierra llena de oportunidades que no puede seguir adormecida por la ineficacia de unos cuantos. Esa tierra no debe permitírselo. Suelo seguir las publicaciones de Francis Negrete, un valiente en tiempos de adormecimiento cívico, y me llevo las manos a la cabeza con algunas cosas. No entiendo cómo los ciudadanos no se revelan ante tanta barbaridad. Por una décima parte, estoy convencida que los frexnenses se hubieran manifestado por las calles de Fregenal.

Ser Alcaldesa significa gobernar para todos, para los que te votaron y para los que no lo hicieron, dejar a la oposición hacer su trabajo lo más dignamente posible, buscar cada día oportunidades para quienes quieren emprender, mantener señas de identidad como el Contempropránea,  como el Castillo de Luna, como Las Laderas, no mentir ni bordear la ley en un ejercicio indigno para una democracia. Ser Alcaldesa es servir a tus ciudadanos y no servirte de tu puesto, ser riguroso con los ingresos y con los gastos, ser responsable y honrado. Así debe ser, desde mi punto de vista, un servidor público.

Eso es lo que desde el 13 de junio de 2015 yo intento practicar en Fregenal, aunque a veces sea más una carga que un cargo. Por eso no entiendo que la sociedad de Alburquerque esté adormecida, que no se levante, que no critique, que no sea consciente que cada día que pasa es un día perdido de oportunidades. Que el futuro está a su alcance y que no pueden rendir pleitesía a quienes están llevándoles a la ruina. La sociedad tiene que despertar y hacerlo de manera civilizada pero contundente.

Alburquerque aún tiene recorrido. Aún le queda vida. Luchad por él, porque vuelva el bienestar, porque el miedo deje de ser el santo y seña de la actuación de los ciudadanos. Los que estamos fuera y lo vemos desde otra perspectiva os animamos a uniros a la revolución. No os dejéis intimidar por nadie y sed protagonistas de vuestro futuro y, lo más importante, de la herencia que dejaréis a vuestros hijos.

Nos vemos en Alburquerque, donde una siempre se siente en casa. Un abrazo enorme y cariñoso.

(*)- Tina Rodríguez es Alcaldesa de Fregenal de la Sierra.

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Portada: Vista de Alburquerque./ ARCHIVO AZAGALA

Foto 2: Tina Rodríguez

Foto 3:Grupo Folklórico Albahaca

Foto 4: Tina, con Víctor Píriz, su pareja