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La Guardia Civil pone en su sitio al ex alcalde que estaciona en lugar prohibido para todos los vecinos

Prácticamente desde que dejó el cargo, el ex alcalde ha estado estacionando su vehículo junto al ayuntamiento, en la zona reservada a los automóviles de la policía local y de los servicios municipales. De esta forma, actúa como un privilegiado, porque mientras la mayoría de vecinos del pueblo tenemos que buscar espacio y a veces nos hartamos de dar vueltas sin encontrar aparcamiento, nuestro anterior alcalde llega y estaciona su coche en una zona en la que no puede ni debe hacerlo.

Pero ayer, un poco antes de las 13.00 horas, dos agentes de la Guardia Civil le recordaron que está prohibido estacionar donde él tenía el coche. Desconocemos si llegaron a denunciarle o no, pero varios testigos presenciales han corroborado esta noticia que circuló ayer ya por grupos de Whatsapp.

Es intolerable y una muestra más de la deriva de este vecino del pueblo, de su creencia real de que sigue siendo alguien que no es -como no se cansa de repetir Víctor Píriz-, el hecho de que esté exigiendo cada día a través de su “púlpito” que los alburquerqueños cumplamos con todas las normas, y resulta que él hace todo lo contrario de lo que nos pide al resto de vecinos.

Ya hemos contado aquí cómo últimamente le ha dado por atacar a las fuerzas del orden, en una estrategia errática que lo único que puede conseguir es que los agentes exijan el cumplimiento de todas las leyes a rajatabla, y resulta que él coge y estaciona en un lugar prohibido y se encara y discute encima con el agente que le advirtió de que allí no podía tener su vehículo.

La señal de zona reservada a la policía y a vehículos de servicios municipales y la prohibición para el resto de vecinos, la ordenó colocar él mismo cuando era alcalde, y parece increíble, como tantas cosas, que el único que se salta esta norma es quien la impuso.

Insistimos en que no sabemos si fue multado o el agente solo le avisó como hace con otros muchos alburquerqueños, pero el caso es que, por fin, alguien le ha puesto en su sitio.

¡Qué cierto es eso de que “no es lo mismo predicar que dar ejemplo”!