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Madrid, la casa de todos

 

VÍCTOR  PÍRIZ

Debía tener poco más de dos años. Mi primer recuerdo de Madrid es una foto saliendo del zoo en un carrito empujado por mi madre tocándome el pie. Ahí debió comenzar mi relación con la ciudad más bonita del mundo.

Estos días, especialmente estos, quiero acordarme de mi ciudad, porque Madrid es la ciudad de todos, una ciudad abierta, cosmopolita, con luz, con brillo, con alma. Es mi ciudad y la tuya, la de todos.

Quiero acordarme de mi primer partido en el Bernabéu con nueve años, de mi primer trabajo en la torre Windsor de la Castellana en Arthur Andersen, de mis lágrimas después de conseguirlo. Quiero acordarme de aquellos años viviendo allí, de la celebración de la novena copa de Europa en Cibeles, de las noches en Huertas o Avenida de Brasil. De los búhos, del 11M en ese hotel junto a Atocha… de las caras de impotencia, de la rabia, de los taxis parando y recogiendo a los heridos a toda velocidad. De la solidaridad de aquellos días.

En Madrid murió mi madre en 2013 y tampoco quiero olvidarme. Quiero acordarme de mi toma de posesión en el congreso en 2016 y de una ciudad que tiene vida a cualquier hora del día o de la noche. De esas tardes en el museo del Prado o en el Thyssen, de las noches en el Bernabéu o en el Palacio de los Deportes. Los amaneceres corriendo en el Retiro o el maratón de Madrid de 2018, o la San Silvestre Vallecana de 2014. Las manifestaciones por las negociaciones con ETA con mi amigo Mario, o los viajes con mis hijos al parque Warner o al Zoo. Madrid es ese Aeropuerto Adolfo Suárez con Tina esperando para volar a cualquier lugar del mundo, o esa tienda de Primark en Gran Vía en la que entras… con paciencia.

Madrid y sus restaurantes, su piano bar. Madrid y Sabina o Taburete. El primer concierto con Clara. Madrid es Raquel y Antonio, que se convierten en tu familia allí, porque los extremeños al final nos encontramos unos a otros.

Madrid es la ciudad más acogedora del mundo, la más abierta. Nadie te pregunta de dónde vienes o a dónde vas. Y es una ciudad solidaria.

Madrid fue la casa para cientos de miles de extremeños que a mediados del siglo pasado comenzaron a irse allí a probar fortuna, a buscar una vida mejor en la capital del país, que les acogió con los brazos abiertos, porque es una ciudad que te acoge siempre, que nunca te falla, que te abraza y no te suelta.

Por eso estos días estoy pasándolo especialmente mal por una ciudad que tiene pulso, que tiene vida, pero que está sufriendo. Nadie podrá cerrar nunca Madrid porque nadie podrá parar su latido. Nunca. De esta saldremos todos los españoles juntos y unidos y miraremos a Madrid con el orgullo de quien ve al que nunca se rinde, a quien es capaz en horas de montar un hospital de 5500 camas, quien es capaz de poner todo lo mejor de sus gentes para sacar adelante esta situación.

Sé que lo están pasando mal, sé que no son los mejores días, sé que los madrileños os sentís prisioneros de una ciudad, sé que no os gusta cuando se critican las actitudes de algunos y se generalizan. Pero todo va a pasar. Pasará. Y cuando salgáis a la calle lo haréis orgullosos de vosotros mismos, orgullosos de vuestra ciudad, de vuestros médicos, de vuestros enfermeros, de vuestro Alcalde, de vuestra Presidenta, de todos aquellos que se están jugando su vida en las calles para salvar la de otros muchos. Saldréis orgullosos de vuestra policía local, de la policía Nacional, del Ejército, de todos aquellos que están ayudando a contener la hemorragia.

Madrid está sufriendo, y con vosotros todos nosotros. Echo en falta llegar a la Carrera de San Jerónimo y escuchar a esos extremeños que trabajan en el Congreso hablar de nuestra tierra con nostalgia, hablar de los buenos espárragos que hay en la zona de Burguillos,o del jamón de Maldonado que se han encontrado en un restaurante . Echo en falta los teatros y los cines de Gran Vía.

Quiero rendir mi homenaje a Madrid y los madrileños. Estamos orgullosos de vosotros, de nuestra capital de España, de la ciudad de todos, de mi ciudad. Volveremos. Volveré. Y lo haremos tras ganar esta batalla con el alma encogida pero con la sonrisa de quien sabe que regresará a casa, a la de todos.

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Portada: Víctor Píriz cita a Sabina al hablar de Madrid.

Foto 2: Primer recuerdo de Madrid de Víctor, con su madre, la alburquerqueña Mari Carmen Maya.

Foto 3: Paseantes en la capital de España.