En la sesión extraordinaria de pleno forzada por Ipal para que la alcaldesa hable de la situación de los impagos a los trabajadores municipales, Murillo dio una de cal y otra de arena: hizo bien al permitir esta vez varias intervenciones del portavoz del citado grupo independiente, al que sí miró a la cara, pero levantó la sesión sin contestar a dos de las tres preguntas, a pesar de estar obligada a hacerlo por ley, en concreto dos muy importantes, cómo piensa el ayuntamiento resolver definitivamente este problema para que no vuelva a suceder y número de afectados por los impagos y cantidades que se les adeudan.
Murillo dijo que la situación es puntual porque las subvenciones no llegan a tiempo y por la subida del salario mínimo, así como porque se ayuda a todo el que lo necesita. Aseguró que todos los trabajadores han cobrado ya el mes de enero y se ha dado orden para que se vaya pagando febrero.
Manuel Gutiérrez replicó que si se contrata a gente debe estar presupuestado y, por tanto, no se pueden dejar de pagar las nóminas, ni a las empresas proveedoras, y añadió que todo el pueblo sabe que el problema es la ruina a la que han llevado al ayuntamiento. Por ello, dijo a la alcaldesa que dijese a cuánto asciende la deuda, pero ella evitó entrar en esta discusión, negando que las deudas con trabajadores se deban a eso, e insistió en los servicios que se prestan y en la ayuda con contratos a los necesitados, algo que, aseguró, no lo hace ningún ayuntamiento.
Murillo dio por finalizada la sesión, mientras Gutiérrez replicaba que quedaban dos asuntos sin contestar ni tratar, pero ella no se dio por enterada y dijo que había permitido que el portavoz de Ipal ofreciera sus argumentos.
Ante esta situación, Manuel Gutiérrez compareció ante los medios y sus palabras las publicaremos a lo largo del día de hoy.
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Foto: Murillo tras levantar la sesión.