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CARTA A AZAGALA: “Nadie me dijo que mi padre, usuario de una residencia municipal, tiene sarna”

ISABEL RODRÍGUEZ FOLLECO

Mi padre Juan Rodríguez, que tiene 91 años de edad, ingresó en la residencia municipal Virgen de Carrión en septiembre del año pasado. Poco después de un mes de estar allí comenzó a sufrir picores y las enfermeras le daban Atarax y otros productos, pero no mejoraba. Me enseñó como tenía sus manos y yo le tranquilicé diciéndole que era de la circulación, pero mi padre insistía en que tenía un picor por todo el cuerpo que no podía resistir.

Le llegaron a dar sacarina como placebo porque decían que podía ser algo psicologíco, pero los síntomas no mejoraban.

Hace un par de semanas, me pidió que entrara con él en la habitación y me enseñó el estado de todo su cuerpo. Yo incluso me asusté, al tiempo que me sentí indignada. Le pedí a la enfermera que llamara a la doctora, pero me contestó que esta no iría a la residencia. Me fui y al final la llamaron, pero yo no estaba ya allí.

Al día siguiente fui al centro de salud para hablar con su doctora. Me presenté como la hija de Juan Rodríguez, usuario de la residencia Virgen de Carrión, y le pregunté qué le ocurría a mi padre. Ella se extrañó de la pregunta y me dijo si yo no sabía lo que tenía. Entonces me desveló que tenía un cuadro de sarna, como el que hubo en la residencia seis meses antes.

Me fui a la residencia y allí me dijeron que al personal de aquel centro no les constaba que tuviera sarna, que eso era mentira y le enseñé el informe de la doctora en el que dice claramente lo siguiente de mi padre, Juan Rodríguez: “Paciente de 91 años que ha presentado sarna, que se ha tratado a él y al resto de convivientes del centro en el que está institucionalizado. Presenta persistencia de prurito por lo que está tomando medicación oral y se ha dado nuevamente tratamiento tópico para la sarna”.

La enfermera y el personal de la residencia seguían diciendo que a ellos no les consta que tenga sarna y entonces les pregunté que para qué le estaban dando entonces el tratamiento contra esta enfermedad.

Unos días después me llamó al ayuntamiento la alcaldesa, Marisa Murillo, y me reuní con ella y con la concejala Magdalena Carrasco, y ellas también me decían que no estaban informadas de ello, que no sabían nada, cosa que evidentemente yo no me creo.

Lo que más me dolió por parte de la alcaldesa es que me llegó a decir varias veces que a mí no me importaba la salud de mi padre, y eso me llegó al alma, porque mi familia para mí es lo primero en el mundo.

El caso es que pienso que me han ocultado el problema de mi padre y la sarna es muy contagiosa, y le hemos visitado yo misma, mi marido, mis hijas, mis nietas, su hermana y, en general, ha estado en contacto con el resto de usuarios de la residencia. Y yo sin saber nada y con el riesgo que eso tenía.

Decir que disculpo al personal de la residencia porque entiendo que no quisieran decir nada, pero con la salud de mi padre y la de mi familia no se juega. Y por dignidad y para que esto no vuelva a repetir, porque entiendo que es una obligación informar a todos los familiares de los problemas de nuestros seres queridos, he puesto una denuncia por falta de información sobre la enfermedad de mi padre.

Fdo. Isabel Rodríguez Folleco

DNI: 08.853.986 K

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Foto: Mano de Juan Rodríguez, afectada de sarna./ CEDIDA