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La autoimagen femenina

Por AURELIANO SÁINZ

A través de los dibujos recogidos en la investigación que estamos abordando, he podido constatar que, en líneas generales, y tal como apunté en el artículo anterior, la autoimagen de las chicas difiere de la que tienen sus compañeros de clase. Esto que puede parecer obvio, sin embargo, no lo es tanto si tenemos en consideración que el comienzo y el desarrollo de los sentimientos y emociones de los seres humanos son similares, pero a medida que se crece van siendo modelados por la cultura y por el género al que se pertenece.

Tenemos que entender que hombres y mujeres nacemos con sexos diferenciados, pero que la pertenencia a un sexo no conlleva, de entrada, la posesión de sentimientos, valores, costumbres, gustos, aficiones, etc., predeterminados, sino que estos se van adquiriendo poco a poco y aparecen los procesos de identificación con un sexo u otro, especialmente en el seno de la propia familia.

También la sociedad va influyendo, especialmente, cuando se entra en la adolescencia, ya que son los años en que se empieza a abandonar la infancia, pero todavía no se ha adquirido la madurez para expresarse con autonomía personal.

Así, al principio, el niño comenzará a identificarse con el modelo masculino que representa el propio padre y la niña con su propia madre. Esto lo conocemos muy bien quienes investigamos a los escolares través del dibujo, puesto que, por ejemplo, las niñas ya a edades muy tempranas se dibujan con pelo largo, vestidos, pendientes, tacones e, incluso, con pestañas en el rostro, dado que ve a su madre que se las pinta con rímel (sin embargo, con los personajes masculinos no lo hacen, aunque también tengan pestañas).

(Quisiera apuntar que hay casos en que niños o niñas no se identifican con el género que correspondería a su sexo; pero este tema lo abordaremos en otros artículos, ya que es un hecho psicológica y clínicamente demostrado que la correlación entre sexo y género no siempre se produce.)

Paso a paso, aunque hay elementos comunes en el proceso de desarrollo, también se irán acentuando las diferencias en esa adquisición del género femenino (y, lógicamente, también masculino por parte de los niños). Esto que parece obvio, no lo es tanto si tenemos en cuenta que todos los seres humanos nacemos potencialmente con las mismas estructuras emocionales y cognitivas, pero que se irán modelando con el paso del tiempo.

Estas ideas previas me sirven como presentación de la tercera entrega con la que cierro la investigación realizada con preadolescentes, es decir, con chicos y chicas que se encontraban en sexto curso de Primaria. Pero antes de pasar al análisis de cinco de los dibujos de las chicas que participaron en la prueba, quisiera manifestar algunas características que los diferencian de los realizados por sus compañeros.

Como podremos comprobar, los dibujos realizados por las alumnas presentan un mayor realismo y precisión en el trazado del rostro. Esto es un reflejo del cuidado y la atención que se presta a la imagen facial por parte del género femenino: en nuestra cultura se da más valor a la belleza que a la inteligencia en la mujer y, aunque se haya incorporado a puestos de alta responsabilidad, todavía se considera que la capacidad de razonamiento y abstracción es característica del género masculino; mientras que al femenino se le asignan como prioritarios los sentimientos y todo lo que se deriva de ellos.

Llama, por otro lado, la atención que en estos dibujos el rostro y la cabeza sean proporcionalmente grandes con respecto al tamaño del cuerpo. La respuesta a esta cuestión se debe, principalmente, a que las chicas han dedicado bastante tiempo a trazarlas lo mejor posible, por lo que, teniendo en cuenta que se han representado en plano entero, no eran conscientes de que les quedaba el resto del cuerpo para finalizar la tarea.

Otra razón que viene en apoyo de esta solución es que desde hace unos años en las niñas se ha impuesto lo que suelo llamar como estética monster, tan frecuente en películas de ciertos dibujos animados, en muñecas, en ilustraciones, en cómics… por lo que pueden acudir a este tipo de diseño tan del gusto de las adolescentes de hoy.

Una vez que hemos visto algunos de los rasgos de los dibujos de las chicas, presento y comento cinco del conjunto que obtuvimos de la experiencia.

Este primer dibujo corresponde a una chica de 12 años.

Sus características físicas son las siguientes: alta, pelo liso, morena y delgada.

Cualidades destacables: seria, formal, tranquila, tímida y reservada; como dato a tener en cuenta es que solo se relaciona con su amiga. Como estudiante: autoexigente, diligente, trabajadora, responsable, con inquietudes artísticas. Grado de aceptación: media-baja en el grupo clase y mediana participación en el mismo.

Interpretación a través del dibujo: En una primera mirada se comprueba que la autora, efectivamente, ha realizado un excelente trabajo, en el que el rostro se corresponde en gran medida con los rasgos reales. Esto implica una gran diferencia con los rostros de sus compañeros, dado que los de ellos eran esquemáticos y sin que expresaran características faciales propias. Por otro lado, se aprecia y se confirma la seriedad en la propia mirada de la chica. Otro detalle significativo es que los brazos los tiene totalmente pegados al cuerpo, como manifestación de su carácter reservado y de la escasa relación que mantiene con los demás.

De igual modo que en el caso anterior, la autora de este dibujo tiene 12 años.

Sus características físicas son: mediana estatura, morena, pelo liso, lleva gafas. Cualidades personales: madura, responsable, segura de sí misma, marcado afán de liderazgo y alta autoestima. Como estudiante: muy trabajadora, comprensiva, con iniciativa, colaboradora y muy participativa. Grado de aceptación: medio.

Análisis a través del dibujo: Aunque no tiene el nivel gráfico del trabajo anterior, la autora se siente segura de sí, a pesar de que no le agrada llevar gafas, por lo que prescinde de ellas en el dibujo del rostro. Los brazos los tiene algo extendidos, como expresión de apertura hacia los demás. Puesto que alrededor de su figura quedaba espacio vacío, lo completa con una flor y circulitos de colores que, añadidos al eslogan que porta en la camiseta, “Enjoy Today”, nos apuntan a una chica confiada y de carácter alegre.

La autora del tercer dibujo tiene 11 años.

Sus características físicas: muy alta, delgada, morena y de pelo liso. Cualidades personales: independiente, responsable, autónoma, ordenada, reservada, tímida, madura y con iniciativa. Como estudiante: muy trabajadora, estudiosa, detallista y autoexigente. Sociabilidad: medianamente sociable y grado medio de aceptación.

Análisis a través del dibujo: La autora de este tercer dibujo responde bastante bien a los rasgos descritos sobre su personalidad. El trazado del rostro es lo suficientemente claro como para que se la pudiera identificar a través del propio dibujo. Tal como apunté al principio, al comenzar por el rostro ha dado lugar a una desproporción acusada con el resto del cuerpo que se aprecia en la pequeñez de los pies. Por otro lado, el carácter minucioso se manifiesta en el trazado de las manos con las uñas, y su timidez al presentarlas por el reverso.

La autora del cuarto dibujo ha cumplido los 12 años.

Sus características físicas: baja, delgada, pelo castaño y liso. Características personales: muy inteligente, alegre, inquieta y “pizpireta” (en la propia denominación de su profesora). Como estudiante: trabajadora y estudiosa. Grado de aceptación: alto entre los niños y muy bajo entre las niñas.

Análisis a través del dibujo: Un detalle singular que viene a confirmar los datos aportados por la profesora de la alumna autora del dibujo es que se representa con la boca entreabierta viéndosele los dientes. Esto puede tener distintos significados dependiendo de los sujetos: en algunos casos, puede ser signo de agresividad; pero en este indica que la autora se está riendo, lo que es manifestación de ese carácter alegre que posee. Por otro lado, la alta aceptación por parte de sus compañeros puede ser la razón que no la tenga entre sus compañeras, como expresión de cierta envidia oculta.

Cerramos este pequeño recorrido del trabajo de investigación de la personalidad a través del dibujo de sí mismo con este trabajo de una chica de 11 años.

Sobre sus características físicas podemos destacar: estatura media, rellenita, pelo moreno, rizado. Características personales: muy alegre, autoestima alta, curiosa y bastante sociable. Como estudiante: muy trabajadora, con iniciativa y responsable. Grado de aceptación: media.

Análisis a través del dibujo: Al igual que en el caso anterior, nos encontramos con una chica de carácter abierto y alegre, tal como se expresa a través de un dibujo en el que la autora se representa con cierta ingenuidad y a la que la rodean una flor y un conjunto de estrellas, como manifestación, por otro lado, de imaginación y fantasía. A pesar de la sencillez del dibujo, es posible reconocerla por el trazado del propio rostro, con el que no ha tenido problemas a la hora de añadir las gafas que porta.