La idea absurda a innecesaria de pavimentar el paseo de las Laderas ha sido la decisión más criticada de todas las tomadas por nuestro alcalde desde que llegó al poder hacer casi 24 años. Cuando quiso levantar la torre de hormigón de 35 metros de altura al lado del castillo, la mayoría de alburquerqueños estaba en contra, pero entonces no se atrevía a manifestarlo. Sin embargo, las cosas están cambiando y la gente parece que no está dispuesta a tragar con los antojos de Vadillo, quien, a espaldas del pueblo, sin llevarlo a pleno y sin presentar el proyecto, quiere cometer un atentado brutal contra las Laderas.
En las redes sociales hemos podido leer ayer opiniones y argumentos de toda clase, la inmensa mayoría en contra de pavimentar el suelo de tierra, idóneo incluso para la salud, como recomiendan los médicos a la hora de pasear. Y lo argumentos no se quedan en la estética del paseo, sino que apelan a los sentimientos de los alburquerqueños que hemos amado siempre las Laderas y que una persona, por mucho poder que tenga, no puede de manera unilateral pasarse por el forro las emociones y el sentir de muchas generaciones de personas.
El proyecto de ensanche de las Laderas está bien, pero puede hacerse sin colocar todo el suelo de granito.
Ayer muchos hablaron de organizarse y montar una campaña de recogida de firmas e incluso una concentración a las puertas del ayuntamiento para exigir al alcalde y a su grupo que den marcha atrás. Porque, ojo, aunque algunos concejales sospechamos que están en contra, su silencio es cómplice del atentado contra el paseo.
Pero también hemos tenido conocimiento de conversaciones privadas para crear una plataforma al estilo de Adepa, e incluso hubo quienes pidieron directamente la resurrección de esta asociación que salvó el castillo de otros de los proyectos surgidos de la megalomanía de Ángel Vadillo, quien después de 3 años y medio sin hacer nada, viene ahora con obras grandiosas que no podrá hacer por falta de fondos.
En el grupo de Facebook denominado “Alburquerque pasado y presente”, su administrador tuvo la idea de hacer una encuesta para recoger el sentir de los alburquerqueños sobre la pavimentación del paseo. Sabemos que, aunque la muestra es de sobra suficientemente grande, 185 personas, el resultado no tiene valor científico porque, entre otras cosas, no recoge proporcionalmente a todos los grupos de edad. Pero, ojo, quienes menos entran en Facebook y por tanto no votaron, son los más mayores y estos, por sentimientos, vivencias y el propio conservadurismo de la edad, estarían abrumadoramente en contra de destrozar con granito el lugar más emblemático de Alburquerque.
El resultado fue de 144 votos en contra del pavimento y 41 a favor. El 77 por ciento de los alburquerqueños se opusieron al atentado. Y esto puede ser solo el principio.
El pueblo parece por fin dispuesto a despertar del largo letargo y a no comulgar con ruedas de molino.
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FOTO DE PORTADA: Alburquerqueños, algunos de los cuales ya no viven, paseando por las Laderas, con el suelo de tierra que ha tenido siempre.
FOTO 2: Imagen de los destrozos cometidos por el ayuntamiento al eliminar los árboles ornamentales del hace años. Fue el primer golpe contra el emblemático paseo.