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Presentamos el contenido del número 101 de AZAGALA

Ya está en la calle el número 101 de la revista AZAGALA. Se ha enviado a los algo más de 300 suscriptores que tenemos por toda España y en algunos países extranjeros, se ha repartido a los 150 de Alburquerque, y se encuentra en librería Colón, donde la adquieren la mayoría de vecinos de nuestro pueblo.

La revista hace un repaso por los 25 años del Festival Medieval, recordando personajes y actos que ya no existen, con fotos de ediciones anteriores, además de incluir un extenso reportaje de este año. Como siempre, hablamos de lo positivo y de lo negativo, porque solo haciendo notar aquello que no ha salido bien, se puede corregir en el futuro. Sería muy fácil decir que todo es perfecto, que los actos han salido redondos, que la participación ha sido mayor que nunca. Pero, en primer lugar, estaríamos mintiendo a los lectores y, en segundo, sin autocrítica no se puede enmendar aquello que está mal. Nosotros queremos un festival aún mejor. De esta manera, exponemos el principal “peligro” que se cierne sobre esta gran fiesta alburquerqueña.

Además, hablamos con uno de los padres del Festival, Juan Ángel Santos, en una entrevista magnífica, entretenida, sin desperdicio alguno.

Recordamos a Domingo Collado, Eugenio Salvatierra y Pedro Sánchez, tres personas que han fallecido recientemente, este último un médico por el que se movilizó Alburquerque, entonces unido, para exigir que continuara en nuestra villa.

Publicamos una carta que han dirigido a un profesional de la medicina como la copa de un pino, el doctor Francisco Bueno Llarena, conocido como Paco Bueno, accesible a todos, entregado a sus pacientes, investigador, dialogante…

Pepe Toledano escribe sobre “El águila negra de Alburquerque” y desvela al final quién es ese “aguilucho”. Vicente Martín sobre el Ford A y recuerda cómo “tan pronto como escuchaba el sonido del motor, resonando por las calles del pueblo, dejaba los bolindres, las chapas o las repionas, y corría hacia la plaza con mi corazón de niño saltándome en el pecho”.

Mari Cruz Mozo, especialista en Turismo, nos habla de la “gallina de los huevos de oro” de nuestro pueblo. Francisco José Negrete escribe sobre dos amigos que marcaron su vida, Pedro y Bárbara, al primero de los cuales dedicamos un reportaje especial que incluye un escrito suyo defendiendo la justicia social a la hora de tratar el cáncer, cuando está enfermedad ya le estaba devorando. Asimismo, Negrete trata sobre Toñi Matador, un “símbolo y un ejemplo para la mujer alburquerqueña”.

Fausto Carozo nos habla del Casino; Luis Haro de su despedida de Alburquerque, Manuel Unión sobre el camalote que inunda el Guadiana; Elías Cortés sobre un irónico “experimento revolucionario” y sobre los “botellones rurales” que hacían en el pueblo allá por los años 50. Juan Díaz habla sobre el descubrimiento del fuego y Enrique Pírez acerca de la edición de este año en el Medieval, un escrito en el que pide la recuperación de las grandes obras dentro del castillo.

Antonio Rubio nos trae un nuevo diálogo entre personajes entrañables en la “barra del bar”, mientras Eugenio López sigue con su historia de la guerra civil en Alburquerque y con los juegos y canciones antiguos de nuestro pueblo.

Por su parte, Julián Cano cuenta la historia de un crimen que acaeció en Alburquerque en 1898, y Alejandra Leo nos deja dos poemas deliciosos dedicados a su padre, nuestro inolvidable amigo Manuel Leo.

En páginas de Sociedad, titulamos “Bailando con lobos” a un artículo dedicado a Pedro José Meléndez, el joven alburquerqueño amante de la naturaleza que nos dejó con 40 años, y de cómo el lugar donde se erigió el pequeño montículo con una leyenda sobre él, se puede convertir en una especie de lugar de peregrinación.

Felicitamos a Casilda Cordero en sus 94 años. Se trata de la madre de nuestro compañero José Leal, a quien debemos la iniciativa de esta edición digital de AZAGALA. Damos la bienvenida a Álvaro, un niño catalán-alburquerqueño, cuyos padres se desplazaron desde Cataluña a Alburquerque para casarse así y trajeron a más de 100 invitados de aquellas hermosas tierras.

Un gran reportaje es el que dedicamos al encuentro, tras más de 50 años sin verse, de Uribe y Lázaro, dos grandes amigos alburquerqueños que podrían haberse ganado la vida como futbolistas profesionales.

Descubrimos, gracias a Esteban Santos, un árbol grandioso, casi como el “abuelo”, pero mejor conservado, y una mujer lanza una llamada casi desesperada ante la angustia de su hija, quien sufre lo indecible porque encuentra a perros sueltos por la Alameda.

Terminamos con el Festival Medieval, las extraordinarias fotos de David Díaz y hablando de los antepasados de nuestra anterior Rostro del Mes, Marta Trigo.