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La palmera que formó parte del paisaje de Alburquerque

El árbol, al que dedicamos un reportaje en la edición impresa de AZAGALA, formó parte importante del paisaje de Alburquerque hasta el año 2013, porque jamás ha existido un árbol tan alto como aquel, ni ningún edificio de tanta altura, unos 35 metros.

La palmera no estaba enferma, como las que hubo que eliminar en el patio de la iglesia de San Francisco o en el paseo de la Alameda, pero se había convertido en un peligro para los vecinos de las casas colindantes, debido a que cuando hacía un viento fuerte o llovía mucho, el árbol se cimbreaba y se caían sus hojas secas al suelo con una fuerza tremenda, con el riesgo de provocar alguna desgracia.

Según las indagaciones que hicimos entonces, la palmera era la más antigua de nuestra villa y tenía alrededor de 200 años. Se encontraba en el patio de la vivienda de un alburquerqueño, Alonso Carrón, suscriptor de AZAGALA que reside en Oliva de la Frontera.

El trabajo realizado para talarla no fue ni mucho menos fácil Ante todo hizo falta contar con dos hombres que no temieran la altura ni tener que trabajar montados en una pequeña cabina que se zarandeaba continuamente. Fueron Tomás Escudero Fuentes y Juan Andrés Gómez Flores quienes realizaron la ardua tarea y sus nombres quedarán para siempre en los anales de la historia cotidiana de Alburquerque.

Tuvieron que contar con una grúa que se colocó en el corral de Daniel Duarte, desde donde operaba el encargado de mover la cabina en la que las dos personas citadas habían tomado las medidas de seguridad oportunas. Primero fueron cortando una a una las hojas y arrojándolas al vacío. Caían con tanta fuerza que se clavaban en el suelo del patio de Carrón. Posteriormente fueron cortando el tallo trozo a trozo hasta completar el trabajo que comenzó pasadas las 9 de la mañana y se prolongó hasta cerca de las 9 de la noche.

AZAGALA fotografía toda la faena, desde que Juan Andrés y Tomás se montaron en la grúa hasta que cayó la última hoja de una palmera que es ya historia y solo se podrá contemplar en imágenes antiguas de Alburquerque, como la que le mostramos arriba.

En la edición impresa de esta revista quisimos que el árbol, que formó parte del skyline (línea del cielo) de nuestro pueblo, fuera recordado siempre mediante una fotografía en la contraportada de esta publicación, y ahora hacemos lo propio en esta edición digital, para que todos los alburquerqueños conserven una imagen ya irrepetible del paisaje de nuestra villa.

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FOTO 1: Imagen de la palmera en la línea del cielo de Alburquerque, el mismo día en que fue talada.

FOTO 2: Juan Andrés Gómez y Tomás Flores, tras cortar la última hoja. Luego fueron cortado el tallo a trozos hasta llegar abajo.