En un discurso tan entretenido como singular, Luis Landero quiso dedicar toda su intervención a las palabras, la mayoría perdidas, que recuerda de los años de la niñez en Alburquerque. Citó, cómo no hacerlo, a nuestro colaborador Eugenio López Cano, miembro del Consejo de Redacción de AZAGALA, debido a que éste tiene recopilados todos esos vocablos que hemos publicado por fascículos en esta revista, de la que Landero es suscriptor y lector. No en vano es “socio de honor” de AZAGALA.
Fue especialmente gracioso cuando, tras haber entregado uno de los premios a María López, una estudiante muy alta, el escritor alburquerqueño vino a señalar algo así como “menuda tarama” está hecha. Fueron muchas las palabras que citó: empicao, farraguas, burranco, gafaito, espolijao, arrepío, escarranchao, aguachinao, destronao… Y finalizó diciendo que, tras el acto de entrega del premio que lleva su nombre, esperaba una “furriola”.
En el vídeo de arriba vemos la intervención íntegra de Luis Landero, quien empezó con los agradecimientos sinceros a los que hacen posible este premio y tuvo palabras especiales para Luci Pintor, directora del instituto organizador del premio, que se jubila tras finalizar el curso, y a quien deseó felicidad tras su dilatada etapa laboral.
(Más información e imágenes en la edición impresa de AZAGALA)
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PORTADA: Landero y Sofía Maeso, estudiante del IES Floridablanca, de Murcia, ganadora del premio Luis Landero en la trigésimo tercera edición.
FOTO 2: Landero, con el alcalde Juan Carlos Prieto, y la presidenta del Ampa, Ana Belén Gamero.
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